La noche en que Adriano, un niño de seis años, presenció el asesinato de su padre en una fiesta en Tingo María, marcó el inicio de una búsqueda llena de incógnitas. Desde entonces han pasado siete meses sin rastro del menor.
La desaparición de Adrianito tras el crimen de su padre, Michael, permanece sin resolverse, en medio de denuncias cruzadas e hipótesis que apuntan hacia el entorno más cercano del niño, según reveló Día D en un reportaje.
Según el dominical, la tragedia ocurrió durante la celebración de un compañero de trabajo de Michael, padre de Adriano. Diversos testigos sostienen que la mamá del menor, identificada en redes sociales, estuvo presente en el evento.

Relatos coinciden en que esa noche se desató una violenta pelea, luego de que se hicieran públicas las relaciones extramatrimoniales de los adultos involucrados. La tensión derivó en gritos, golpes y disparos.
El cuerpo de Michael fue hallado quince días después flotando en el río Huallaga, con lesiones compatibles con asfixia y heridas de arma de fuego, según información policial citada por Día D.
Testimonios obtenidos reflejan la convicción de que Adriano fue secuestrado en esa fiesta con el objetivo de silenciarlo, al haber presenciado la muerte de su padre. Un residente declaró: “El niño ya observó, incluso dentro de la fiesta, había personas que estaban involucradas con el tema del narcotráfico”.

Los interrogantes
Grecia, quien niega cualquier relación con el crimen y la desaparición, ha sido señalada como principal sospechosa. Familiares de Michael y asistentes a la reunión sostienen que su presencia en la fiesta fue clave para desencadenar el conflicto, refiere Día D.
La madre asegura que se encontraba lejos esa noche. El reportaje también destaca que mantiene más de un teléfono móvil, uno de ellos reportado como perdido meses después del hecho, lo que ha generado dudas sobre la disponibilidad y veracidad de los registros de chat.
Su perfil de TikTok, con más de noventa mil seguidores, exhibía antes de la tragedia una imagen de madre abnegada y esposa dedicada. Ese mismo entorno digital se convirtió en epicentro de atención después de la desaparición de su hijo.
Cuando se le consultó sobre mensajes con Michael la noche del crimen, explicó que su antiguo teléfono se perdió, por lo que no pudo mostrar las conversaciones. “No, los mensajes no hay. Porque tenía un celular y se me ha perdido el celular”, indicó en la entrevista mostrada por Día D.

Testimonios cruzados
Información recabada por Día D señala múltiples versiones sobre lo sucedido ese 8 de abril. El anfitrión de la fiesta confirmó la llegada de Michael y su hijo al evento, sin poder precisar el instante exacto en que dejaron de ver a Adriano.
“Nos pusimos a tomar señores, su hijito siempre al costado, de ahí ya un poco pasadas las horas su menor hijo ya se fue solo a jugar con los dos menores”, explicó.
Las cámaras de seguridad recién se instalaron después de la fiesta, lo que impidió verificar movimientos y presencias. La familia de Michael sostiene la sospecha sobre Grecia, en parte porque demoró dos días en denunciar la desaparición. “Si ya veinticuatro horas tú no tenías información de tu esposo y de tu hijo, tú automáticamente tenías que denunciar ante la policía”, le recriminó la reportera, a lo que respondió que esperó la indicación policial.
Denuncias previas
La relación entre Grecia y Michael no se caracterizaba por la armonía. Según relató la madre a Día D, ambos se interpusieron denuncias por violencia doméstica y hubo una acusación por abuso contra un vecino, confirmando situaciones de desprotección hacia Adriano. “Yo le denuncié a él porque me quería quitar a mi hijo”, relató Grecia. Además, la madre denunció al vecino por tocamientos indebidos.
Los vínculos familiares y sociales de los protagonistas arrojan más sospechas sobre el contexto. El anfitrión del evento admitió a Día D que un pariente de su esposa había sido relacionado con actividades ilícitas, en referencia al tráfico de estupefacientes, y que estuvo presente esa noche.
Siete meses después de la desaparición, la familia de Michael permanece en silencio, mientras Grecia recorre distintos lugares e incluso contacta a medios para encontrar a su hijo. Un testimonio recogido recientemente por Día D generó movilización luego de que una persona asegurara haber visto a un niño similar en otra localidad, bajo custodia de una mujer desconocida.



