
El expresidente peruano Martín Vizcarra fue condenado a 14 años de prisión por delitos de corrupción vinculados a los casos Lomas de Ilo y Hospital de Moquegua. El veredicto, emitido hoy por el Cuarto Juzgado Penal Colegiado Nacional, dispone además una inhabilitación de nueve años para ejercer cargos públicos y una multa de 94.900 soles. La decisión judicial generó una fuerte polarización en redes sociales.
La sentencia señala que Vizcarra, como gobernador regional de Moquegua entre 2011 y 2014, recibió sobornos por 2,3 millones de soles (alrededor de USD 680.000) de las constructoras Obrainsa e ICCGSA a cambio de conceder los proyectos mencionados. La jueza Fernanda Ayasta Nassif explicó que la Fiscalía probó la solicitud y recepción de estos pagos: “un millón de soles en dos entregas para Lomas de Ilo (400.000 soles en enero de 2014 y 600.000 soles en abril) y 1,3 millones para el Hospital de Moquegua”. El fallo asigna seis años de prisión por el caso Lomas de Ilo y ocho por el Hospital de Moquegua.
Tras conocerse el fallo, Vizcarra publicó en X (antes Twitter) que la condena es “una venganza por haber enfrentado a un pacto mafioso”, además de advertir que “no me voy a dejar doblegar”. También anunció que Mario Vizcarra, su hermano, continuará su lucha política.
Reacciones en redes sociales

En plataformas digitales, las reacciones no se hicieron esperar y mostraron una marcada división. Entre los comentarios que celebraron el fallo, destacó uno que consideró: “Martín Vizcarra servirá de ejemplo para mantener fuertes las mentes de los más jóvenes para futuras generaciones. Pues, este se las lavó sin asco alguno. Agarró a los indecisos y los convirtió en la muy mal llamada ‘generación equivocada’”.
Otros usuarios pusieron el foco en la figura del expresidente, cuestionando su honestidad y coherencia: “Contento, tranquilo, satisfecho: las últimas tres mentiras de Martín Vizcarra antes de su sentencia. Ni a la hora nona abandona su talento natural para la fábula: seguirá mintiendo hasta el final, imperturbable, frío y clínico”.
Al mismo tiempo, aparecieron voces que cuestionaron la legitimidad del proceso judicial y aludieron a supuestas motivaciones políticas: “Jueces del pacto mafioso leen inminente condena a Martin Vizcarra. Le dan credibilidad a dichos de delincuentes confesos y a testigos pero no al ex Pdte. Condenan al supuesto receptor de la coima, pero a los que la entregaron están libres. Así funciona la justicia política”.
En el sector contrario, abundaron mensajes que calificaron a Vizcarra de “ladrón” y “terrible mitómano”, e incluso hubo ironías acerca de su reacción tras el fallo: “Otra vez Martin Vizcarra a la cárcel. Se le quitó la sonrisa burlona, la soberbia y lo cachoso, ahora se pondrá a chillar gritando ‘soy un perseguido político’”.
El caso de Vizcarra se suma a una larga lista de expresidentes peruanos envueltos en causas judiciales por corrupción, como Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Castillo. La magnitud de los hechos probados y la reacción social “reavivan el debate sobre la confianza en los líderes políticos”, una discusión que sigue presente en la opinión pública y en las plataformas digitales.



