Noely Megías, conocida como “la Veneca”, se convirtió en la pieza clave de un esquema de lavado de dinero en Iquitos, actuando bajo la fachada de un local nocturno pensado para distraer a la policía y a la opinión pública. El reciente operativo policial, que culminó con su detención y la de varios miembros de la organización criminal Injertos del Cono Norte, destapó la compleja red de movimientos financieros que abastecía a una banda dedicada a la extorsión y al manejo clandestino de fondos.
El caso revela cómo una aparente empresaria insertada en la economía y las redes sociales locales, acumuló cifras millonarias desde un club nocturno en la ciudad, mientras tejía conexiones directas con la estructura criminal que habría orquestado actos violentos y cobros ilegales en distintas regiones del país. La investigación fiscal y policial sigue rastreando los pasos del dinero y la identidad de quienes formaban parte de esta maquinaria.
Un nightclub en la mira
Las luces de un restobar con shows en vivo y remodelaciones constantes proyectaban la imagen de éxito y prosperidad en el centro de Iquitos. Sin embargo, detrás de la aparente normalidad, los agentes identificaron un flujo inusual de fondos y movimientos sospechosos en las cuentas vinculadas a Noely Megías. El local “Pa’ Juanchito” funcionaba, según fuentes policiales, como pantalla para encubrir operaciones ilegítimas y justificar el ingreso de grandes montos provenientes de diversas fuentes.

Durante varios meses, la señal de alerta provino de la desproporción entre las actividades comerciales del establecimiento y la mejora continua de sus instalaciones, que era exhibida en redes sociales. El cambio repentino en la apariencia del negocio encendió las alarmas de las autoridades, que iniciaron un seguimiento coordinado con la unidad de inteligencia, detectando así transferencias y depósitos fuera de lo común en la cuenta de la administradora.
De las redes sociales a la contabilidad criminal
A través de sus cuentas personales, la Veneca buscó desligar el éxito de su local de cualquier actividad ilegal, sumando seguidores y publicando imágenes de eventos, shows y renovaciones. No obstante, testimonios recabados por la fiscalía, así como testimonios protegidos, revelaron que el negocio habría canalizado fondos provenientes de extorsiones ejecutadas por la red liderada por el denominado “Monstruo”.
De acuerdo con las indagaciones, Megías no actuaba de manera aislada. La estructura financiera se apoyaba en recolectores y colaboradores que entregaban sumas a la administradora, quien luego utilizaba las cuentas del nightclub y otros mecanismos para dispersar el dinero y dificultar su rastreo. Las autoridades vinculan a la investigada con el manejo de hasta treinta y tres cuentas utilizadas para recibir cobros ilegales y realizar transferencias a otras plazas.
El operativo y las cuentas intervenidas

La intervención policial desarrollada el pasado fin de semana incluyó allanamientos simultáneos en diversas ciudades, con incautación de documentos, libretas y equipos electrónicos. Durante el procedimiento, los agentes localizan cuentas bancarias ligadas a la organización, por donde se calcula habrían circulado aproximadamente diez millones de soles en depósitos. El monto, según la presión sobre los denunciantes, era transferido periódicamente a cuentas de difícil rastreo y convertido en efectivo para el grupo criminal.
El despliegue abarcó inmuebles en Lima, Loreto, Cañete y Huaral, con la detención de catorce personas relacionadas a las actividades ilícitas y la retención temporal de Noely Megías como presunta operadora financiera. El hallazgo de registros minuciosos y documentación de transferencias refuerza la tesis de que la mujer desempeñaba un rol fundamental en la circulación de las ganancias ilícitas, bajo instrucciones de líderes como Jeff Fidalgo, alias Cachete.
Un eslabón crucial bajo vigilancia

El desarrollo del caso ha puesto en evidencia las estrategias empleadas por integrantes de organizaciones criminales para insertar fondos ilícitos en el circuito formal y presentar apariencia de éxito empresarial. Las autoridades sostienen que el rol de la Veneca iba más allá de una simple administración de local nocturno: dirigía la distribución y blanqueo de sumas provenientes de extorsiones a transportistas y comerciantes, muchas veces bajo amenaza.
La caída de Noely Megías y parte de su entorno financiero mantiene bajo presión a otros miembros de la organización criminal, mientras prosiguen las diligencias que buscan identificar la ruta exacta del dinero y determinar el alcance real de la red.



