Cambio climático y futuro del Perú: Infraestructura obligatoria para enfrentar lluvias intensas en los seis departamentos más vulnerables

Más de 1 547 284 personas se encuentran en riesgo muy alto por deslizamientos, huaicos y movimientos en masa en 24 departamentos del país

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(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

El cambio climático dejó de ser un fenómeno ambiental abstracto para convertirse en el principal determinante del riesgo de desastres en el Perú. El incremento sostenido de la temperatura atmosférica y oceánica altera los patrones de precipitación, intensifica los episodios de lluvia y activa quebradas, laderas y cuencas que históricamente permanecían estables. Su impacto ya es medible: según el Escenario de Riesgo por Lluvias de Verano 2026 del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (CENEPRED), más de 1 547 284 personas se encuentran en riesgo muy alto por deslizamientos, huaicos y movimientos en masa en 24 departamentos del país. Asimismo, 749 473 viviendas, 1 326 establecimientos de salud y 8 854 instituciones educativas están expuestos directamente a los efectos de lluvias extremas, inundaciones y saturación de suelos.

En este contexto, el cambio climático en el Perú se caracteriza por cuatro procesos que hoy configuran un escenario crítico:

1. Intensificación de lluvias convectivas, especialmente en zonas altoandinas y de ceja de selva, donde episodios que antes eran esporádicos ahora ocurren con mayor frecuencia y duración.

2. Saturación acelerada de suelos arcillosos, coluviales y aluviales, que pierden cohesión al humedecerse, aumentando la probabilidad de deslizamientos y flujos de detritos.

3. Reactivación de más de 3 000 quebradas y torrenteras en la costa y sierra, incluyendo Arequipa, Áncash, Puno, Cusco, La Libertad, Huánuco y Lima.

4. Expansión urbana desordenada que ubica viviendas en laderas inestables, cauces de quebradas y pies de cerros, multiplicando el riesgo de desastre.

Frente a este escenario, los departamentos con mayor población expuesta son Cusco (355 362 personas), Puno (203 790), Huánuco (146 144), Arequipa (140 375), Áncash (135 873) y Apurímac (111 953 en riesgo muy alto por inundaciones). En ellos coinciden factores de peligro (lluvias intensas, pendientes >30°, geología inestable), exposición (viviendas sobre laderas o cauces, infraestructura crítica vulnerable) y vulnerabilidad social (pobreza, limitada capacidad institucional) que determinan un riesgo extremo. Esta realidad se agrava por suelos altamente saturables: arcillosos en Puno, Huánuco y Cusco; coluviales en Arequipa, Áncash y La Libertad; aluviales en quebradas costeras; y suelos antrópicos en zonas urbanas marginales.

Ante esta evidencia, el Perú necesita adoptar un nuevo estándar obligatorio de infraestructura climática, capaz de resistir precipitaciones extremas y reducir la vulnerabilidad de las familias. Esto implica una transformación profunda en los proyectos de inversión pública y privada, especialmente en territorios críticos como La Convención, Pisac, Calca, Secocha, Yura, Chiguata, Caraz, Yungay, Huarmey, Sandia, Macusani, Aucayacu y Amarilis.

Pilares esenciales para invertir en estos departamentos:

1. Ingeniería de estabilización de laderas:

Todo proyecto situado en pendientes debe integrar, obligatoriamente:

- Muros de contención (gaviones, enrocado, muros reforzados)

- Mallas geodinámicas ancladas

- Anclajes y pernos de roca

- Terrazas de paso o bermas de estabilidad

- Revegetación con especies de raíces profundas

Estas soluciones reducen la posibilidad de colapso en suelos coluviales y arcillosos, más comunes en Arequipa, Cusco, Áncash y Huánuco.

2. Infraestructura de drenaje pluvial y subterráneo:

- Canalización de aguas de lluvia

- Cunetas revestidas y drenes subterráneos

- Colectores pluviales para caudales extremos

- Canales disipadores y obras de desvío en cuencas altas

La ausencia de drenaje convierte una lluvia intensa en un desastre mayor, especialmente en Cusco, Áncash y Arequipa.

3. Encauzamiento y control de quebradas:

- Diques de retención de sedimentos

- Presas secas

- Trampas de sedimentos

- Revestimiento de canales

- Sistemas de disipación de energía

Casos como la Quebrada El León en La Libertad y el Proyecto Integral del Río Rímac son referentes para expandir este enfoque.

4. Sistemas de Alerta Temprana multiamenaza (SAT):

En zonas críticas, la instalación de SAT debe ser condición obligatoria para cualquier obra:

- Pluviómetros automáticos

- Sensores de movimiento (inclinómetros)

- Alerta sonora y visual

- Protocolos de evacuación comunitaria

- Comunicación directa con COER/INDECI

Ningún proyecto en zonas de riesgo muy alto debería ser aprobado sin un SAT plenamente operativo.

El Perú debe rediseñar su infraestructura bajo estándares climáticos que consideren lluvias extremas, suelos saturables y activación de quebradas. La inversión pública debe priorizar soluciones por cuenca, integración geotécnica, drenaje resiliente, control de quebradas y sistemas de alerta. Solo así Cusco, Puno, Huánuco, Arequipa, Áncash y Apurímac podrán reducir efectivamente su vulnerabilidad y proteger a más de un millón y medio de peruanos expuestos a un riesgo muy alto, que seguirá incrementándose año tras año.