
El proceso de decisión sobre la adquisición de nuevos aviones caza para la Fuerza Aérea del Perú (FAP) mantiene al país en un intenso debate técnico y geopolítico. Entorno a la futura decisión, hay una gran expectativa a nivel nacional.
En una entrevista concedida a El Montonero, el mayor general en retiro Fernando Ordoñez Velásquez, quien fue viceministro de Políticas para la Defensa, señaló que el caza Rafale francés se presenta como la mejor opción frente al F-16 estadounidense, principalmente por su garantía de “independencia operativa” y respeto a la “soberanía nacional”.
La discusión sobre la compra de los nuevos caza coloca a las autoridades peruanas ante una disyuntiva sobre qué proveedor seleccionarán. Esta decisión, según advirtió Ordoñez Velásquez, resulta determinante para el balance de poder en la región y la capacidad disuasiva del país a futuro.

Tras recordar que la capacidad disuasiva es una “responsabilidad nacional” y no sectorial, señaló: “Si nosotros no mantenemos actualizadas, modernizadas y con suficiente capacidad tecnológica nuestras Fuerzas Armadas, ninguna política exterior que pueda el Perú presentar o exponer hacia la comunidad mundial, en promoción de sus intereses y en defensa de sus intereses, va a ser respetada”.
En el mismo sentido, insistió en que la adquisición de la nueva flota no puede postergarse más. “Ya estamos atrasados, muy atrasados en la toma de decisiones para el contrato de la adquisición del caza de quinta generación que necesitamos. Ya está demasiado demorada esa decisión”, afirmó el general FAP.
¿Gripen descartado?
Luego de la reciente compra de aviones Gripen por parte de Colombia, se despejó el panorama de opciones para el Perú. De acuerdo con el general Ordoñez, existen diferencias fundamentales a la hora de comparar el F-16 y el Rafale.

Para el ex comandante, la experiencia operativa y la historia reciente obligan a analizar la compra bajo criterios que van más allá de lo técnico. Aunque oficialmente no está descartado, el Gripen parece la opción con menor posibilidades actualmente.
“Los pilotos de combate queremos los mejores aviones de combate, porque queremos tener éxito en las operaciones de defensa de la soberanía”, aseguró Ordoñez Velásquez.
Sin embargo, enfatizó que la decisión no involucra solamente la aeronave, sino todo el sistema de armas. Es decir, incluye la plataforma, el armamento, los sistemas electrónicos, la vigilancia y la autonomía para operar.
Sobre el Gripen, el general sostuvo que, aunque “puede impresionar en cualquier feria aérea”, la dependencia de componentes y licencias de terceros limita en extremo la autonomía operativa de Perú. Así, la competencia se reduciría a dos opciones: el F-16 y el Rafale.

Dilema de la soberanía
Para Ordoñez Velásquez, el factor decisivo está en la política internacional de los proveedores. Desde su experiencia como piloto, subrayó las diferencias tras décadas de operar aeronaves de origen estadounidense, francés y ruso.
“Nunca Francia y nunca la Unión Soviética ni Rusia condicionaron el abastecimiento y la provisión de partes, componentes, motores, sistemas electrónicos y sistemas de armas al Perú”, comentó.
A propósito de los dos tipos de caza, el ex jefe militar argumentó: “Hay una tradición histórica de respeto de Francia hacia las decisiones soberanas de Perú. Francia está a la par de los Estados Unidos como potencia nuclear, no tiene la proyección mundial que sí tienen los Estados Unidos, pero en el Consejo de Seguridad hablan de igual a igual”.

Resaltó, además, que “la principalísima ventaja es que Rafale es cien por ciento francés. Francia se ha asegurado—después de las humillantes derrotas e invasiones que tuvo en la Segunda Guerra Mundial y en la Primera Guerra Mundial—tener independencia y soberanía en defensa".
“De manera tal de que los aviones Rafales son cien por ciento franceses, sus motores son cien por ciento franceses, sus componentes electrónicos y armas son franceses. Y eso nos asegura a nosotros en una relación de Francia proveedor, respetuoso de nuestra soberanía”, agregó.
Para Ordoñez Velásquez, la autonomía y la garantía de respeto en la relación con el proveedor hacen del Rafale la opción más aconsejable frente al F-16. Señaló que el criterio principal no es solo técnico, sino político y estratégico.
“Estaría contento, feliz de volar cualquiera de esos tres aviones, de volarlos. Pero ya pensando en el nivel gran estratégico de las grandes decisiones de Estado, de lo que le va a significar al Perú durante cuarenta años, con inversiones que van a sobrepasar no los 3.500 millones de dólares de ahora, sino que van a superar de repente los 7.000 millones de dólares a lo largo de cuarenta años”, sostuvo.

Trasfondo de la política
La transformación tecnológica en las Fuerzas Armadas peruanas, según Ordoñez Velásquez, también atraviesa por la búsqueda de independencia industrial para la producción y mantenimiento de sistemas de defensa.
La reciente orientación hacia la doctrina occidental y la colaboración con países aliados refuerza esa tendencia a consolidar una soberanía tecnológica, sin perder de vista la necesidad de alianzas estratégicas.
En su opinión, el desarrollo tecnológico militar “ha incidido en el desarrollo de otros sistemas que producen mayor nivel de bienestar y desarrollo en esos países”, en referencia a las potencias industriales.
Explicó que la industria nacional requiere mayor inversión en ciencia y tecnología, promoviendo la colaboración público-privada para incrementar tanto la autonomía como la capacidad de innovación.
La discusión que surge en el Perú sobre la selección de su nuevo avión de combate define mucho más que la modernización material de la Fuerza Aérea: resume el dilema sobre cómo proyectar la defensa y la soberanía en un escenario regional complejo y cambiante, donde la elección de proveedor puede influir durante décadas, sentenció.



