
El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez vuelve a quedar en el centro de un escándalo internacional, luego de que la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) enviara una carta formal al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) alertando que la pista 16L, una de las dos pistas del terminal aéreo, no reabrirá el 30 de noviembre como se había anunciado. La misiva, remitida desde Miami el 19 de noviembre, detalla que el concesionario Lima Airport Partners (LAP) informó a último minuto que necesitará extender el cierre total hasta el 20 de diciembre de 2025, en plena temporada de mayor movimiento turístico y comercial.
El aviso cayó como un balde de agua fría en la industria aérea. Las aerolíneas, que programan sus itinerarios con meses de anticipación, advierten que el cambio repentino compromete más de 350 operaciones programadas y podría alterar los planes de miles de pasajeros que ya contaban con viajes por Navidad y Año Nuevo. La preocupación se intensifica porque el aviso de LAP a IATA se dio con apenas 12 días de anticipación, pese a que el concesionario ya tenía conocimiento previo de los retrasos en las obras de mantenimiento.
IATA advierte afectación masiva a aerolíneas y pasajeros en plena temporada alta
En su comunicación al ministro Aldo Prieto, IATA explica que la prolongación del cierre de la pista 16L, que permanece fuera de servicio desde el 26 de octubre, deja al aeropuerto funcionando con una sola pista por casi dos meses consecutivos. Este escenario reduce de manera significativa la capacidad de despegues en horas punta y puede generar retrasos, congestión en plataforma y reprogramaciones forzadas que afectan a los usuarios. La entidad destaca que el Jorge Chávez concentra más del 96% de los vuelos internacionales, lo que convierte cualquier restricción operativa en un problema de escala regional.
Según la carta firmada por Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para las Américas, la afectación prevista supera los 350 vuelos, una cifra crítica en época de viajes familiares, turismo y comercio. Cerdá subraya que la comunicación tardía complica cualquier ajuste en los cronogramas globales de las aerolíneas y limita su capacidad de informar de manera oportuna a los usuarios. El gremio también señala que el retraso era previsible, por lo que solicita que el Estado informe con urgencia a la ciudadanía y a las autoridades de protección al consumidor para evitar una ola de reclamos en las próximas semanas.
IATA además recomienda que LAP establezca reuniones periódicas y transparentes para reportar el estado real del avance de las obras de mantenimiento. La intención es evitar nuevos cambios a última hora y permitir que las aerolíneas puedan planificar estrategias de mitigación. Mientras tanto, el sector aéreo insiste en que seguirá ofreciendo medidas de protección a los pasajeros afectados por retrasos o modificaciones, aunque advierte que la operación con una sola pista complica los tiempos de respuesta ante cualquier imprevisto.
Cobro de la nueva TUUA de transferencia genera más dudas en medio del retraso

Mientras las aerolíneas enfrentan diciembre con una capacidad reducida, se suma otra medida que también ha generado preocupación. LAP confirmó que el 7 de diciembre iniciará el cobro de la TUUA de transferencia, que aplicará a pasajeros en conexión internacional. Este cobro comenzará justo cuando el aeropuerto seguirá trabajando con restricciones operativas y sin que se haya definido una tarifa definitiva por parte de OSITRAN.
Hasta el momento, el regulador solo ha fijado montos provisionales: US$12,67 para pasajeros internacionales y US$8,01 para nacionales, cifras que podrían cambiar si OSITRAN determina nuevos valores en su evaluación final. El Ministerio de Transportes señaló que el ente regulador debía definir las tarifas el 19 de noviembre; sin embargo, eso no ocurrió. Esto significa que miles de pasajeros podrían pagar tarifas provisionales que luego podrían ser corregidas, generando incertidumbre sobre reembolsos o ajustes futuros.
La falta de claridad también alcanza al procedimiento de cobro. LAP adelantó que instalará módulos físicos de pago en el terminal y que habilitará una plataforma en línea, pero aún no ha detallado el proceso completo, los plazos ni las alternativas que tendrán los viajeros para acreditar el pago antes de embarcar. Las aerolíneas temen que estas indefiniciones generen tiempos adicionales de espera y aglomeraciones en un terminal que ya enfrenta mayores demoras por operar con una sola pista.


