
Lima Norte es un motor económico y social con un potencial inmenso. Sin embargo, la realidad educativa y laboral de sus jóvenes plantea un desafío que debemos transformar: el de formar para propiciar el desarrollo glocal. Esta idea significa dotar a los estudiantes de las habilidades no solo para conseguir un trabajo, sino para crear valor y prosperar tanto en su propia comunidad como en otros territorios, creando puentes de intercambio de bienes y servicios para el progreso de todos.
Las cifras actuales nos indican la magnitud del reto. Según el INEI (2025), más del 60% de los jóvenes de esta zona trabajan en el sector informal, una cifra que otras fuentes elevan a más del 62% para el grupo de 18 a 29 años, lo que implica trabajar sin beneficios laborales ni capacitación formal. La falta de oportunidades y las brechas de aprendizaje llevan a que solo 4 de cada 10 escolares en Lima Norte logren continuar con estudios superiores después del colegio. Falta mucho por hacer.
Esta alta informalidad juvenil y la baja continuidad educativa son dos caras de la misma moneda. Si la educación superior no está firmemente ligada a la empleabilidad y al emprendimiento, el talento de nuestros jóvenes se desperdicia y no llega a plasmarse en más PBI y bienestar para todos.
Para lograr que la educación superior sea realmente un motor de desarrollo glocal, es fundamental enfocarse en dos dimensiones de formación.
Por un lado, abordando competencias claves que les permitan a los jóvenes generar valor no solo en su propio entorno sino fuera de las fronteras. Las competencias técnicas y digitales son indispensables: el BID (2024) proyecta que el 65% de los empleos futuros requerirá habilidades digitales básicas y técnicas aplicadas. Esto es especialmente relevante en sectores emergentes como servicios tecnológicos, logística y sostenibilidad. Asimismo, las competencias socioemocionales (blandas) casi explican el 51% del éxito laboral. No basta con el conocimiento técnico. El Foro Económico Mundial (2025) revela que el 46% de los empleadores peruanos cree que los egresados carecen de habilidades socioemocionales cruciales, como la comunicación, el liderazgo y la adaptabilidad. Estas habilidades son esenciales para emprender y gestionar equipos en un entorno local pero, sobre todo, global que es frenéticamente cambiante.
Por otro lado, cimentando los valores de los jóvenes para que tomen sus decisiones bajo estrictos principios éticos y morales. Formar no solo acaba en transmitir lo que la inteligencia artificial, el machine learning o la ciencia de datos nos brinda, formar es generar ciudadanos de bien comprometidos con su comunidad local y el mundo.
Lima Norte concentra ya el 28% de la población de Lima. Este crecimiento exige una oferta educativa superior que sea accesible y orientada a la empleabilidad glocal, en sintonía con la transformación digital y la necesidad de contar con un mundo firme en valores.



