
El expresidente del Congreso y exlegislador aprista, César Zumaeta, reiteró su respaldo al retorno del sistema bicameral y cuestionó duramente el modelo unicameral vigente desde 1992. En entrevista con RPP, aseguró que la actual estructura legislativa ha permitido la aprobación de normas sin análisis técnico y sin los filtros necesarios. Para el exparlamentario, esta dinámica afecta la calidad de las leyes y genera distorsiones en el uso de las competencias que la Constitución asigna al Parlamento.
Zumaeta recordó que el país funcionó con un Congreso bicameral hasta que el expresidente Alberto Fujimori ordenó su cierre en 1992. Según indicó, desde entonces el sistema unicameral ha operado durante más de tres décadas sin lograr consolidar procesos legislativos sólidos. En ese contexto, resaltó que “en 1992, Fujimori cierra el sistema bicameral y abre el sistema unicameral que tiene 36 años. El año que viene va a cumplir 36 años el sistema unicameral y vamos al sistema bicameral”.
Asimismo, criticó la rapidez con la que se aprueban algunas normas en la actualidad. Señaló que “el sistema unicameral las leyes se procesan más rápido. Inclusive hay leyes de medianoche, exoneran el trámite de comisión, van al pleno y votan y ya está, y no tiene mucho estudio”.

Congreso crea normas sin análisis e inconstitucionales
Zumaeta advirtió que esta dinámica ha dado lugar a la aprobación de normas sin sustento técnico, incluyendo disposiciones que comprometen recursos públicos sin que el Parlamento tenga esa atribución. En ese sentido, sostuvo que “están sacando leyes que son absolutamente inconstitucionales. No se puede tocar un medio del dinero público (…) No se puede incrementar nada”, sostuvo para el citado medio.
Para el excongresista, el retorno al bicameralismo permitiría corregir estas deficiencias al introducir una estructura más ordenada y reflexiva para la elaboración de leyes. Explicó que el sistema de dos cámaras —Diputados y Senado— incorpora etapas adicionales de evaluación que actúan como mecanismos de control y prevención frente a decisiones apresuradas.
Zumaeta enfatizó que el bicameralismo ofrece un procedimiento más equilibrado y que permitiría filtrar propuestas con impacto económico o jurídico que carezcan de sustento. Consideró que este retorno ayudará a fortalecer la constitucionalidad y la coherencia de las normas aprobadas por el Parlamento.

¿Cómo funciona el proceso legislativo bicameral?
El exlegislador detalló que, en el nuevo esquema, “las leyes se empiezan a procesar en la Cámara de Diputados (…) De ahí va a senadores. El Senado revisa lo que ha aprobado diputados (…) y si está de acuerdo (…) se deriva la autógrafa al presidente de la República, y si no, se va al archivo”. Subrayó que este flujo legislativo garantizaría una revisión más rigurosa y una supervisión más completa de las iniciativas parlamentarias.
También destacó la existencia de mecanismos como “las conferencias intercámaras”, que permiten coordinar decisiones entre ambas cámaras y atender situaciones urgentes sin depender exclusivamente de una de ellas. Según explicó, este mecanismo facilitaría la resolución de discrepancias y permitiría acelerar la respuesta legislativa en momentos críticos.
Además, Zumaeta recordó que, en casos de urgencia, puede intervenir el Poder Ejecutivo “de acuerdo con el artículo 100 de la Constitución”, lo que permitiría priorizar proyectos de ley específicos cuando las circunstancias lo requieran.

Avance institucional
Finalmente, el exparlamentario valoró que el proceso de implementación del retorno al bicameralismo avance con reglas claras y planificación institucional. Destacó la publicación del reglamento del nuevo Congreso, así como de la Cámara de Diputados y del Senado, como pasos fundamentales para garantizar un funcionamiento adecuado de la estructura legislativa.
Zumaeta concluyó que el país requiere una reforma urgente y que el nuevo modelo contribuirá a mejorar la calidad de la legislación. Enfatizó que “necesitamos una reforma urgente”, comprometiéndose con la idea de que un Congreso bicameral permitirá un proceso más reflexivo, ordenado y constitucional.



