Chan Chan: restauran muros y senderos del complejo arqueológico que resiste al tiempo, al clima y a las invasiones

En La Libertad, el Proyecto Especial Chan Chan ejecuta trabajos de conservación en diversos sectores del complejo arqueológico para mitigar los daños causados por las lluvias y reforzar la seguridad del sitio Patrimonio Mundial

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Chan Chan, el complejo de
Chan Chan, el complejo de adobe más grande del mundo, vuelve a enfrentar el desafío de las lluvias y la erosión. (Difusión)

El legado de barro más grande del planeta enfrenta, una vez más, el reto de resistir el paso del tiempo y las amenazas contemporáneas. En La Libertad, el Ministerio de Cultura, a través del Proyecto Especial Complejo Arqueológico Chan Chan (Pecach), desarrolla un conjunto de acciones destinadas a preservar y recuperar las estructuras del sitio declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Se trata de una respuesta directa a los daños ocasionados por las lluvias y al deterioro que ponen en riesgo la integridad de los monumentos y el acceso seguro de los visitantes.

Los trabajos se extienden por distintos sectores del complejo arqueológico, entre ellos el conjunto amurallado Nik An —antiguamente conocido como Tschudi—, la huaca Arco Iris y la huaca La Esmeralda. Cada intervención busca no solo atender los efectos inmediatos de las precipitaciones, sino también asegurar una mejor experiencia para los turistas que recorren este importante destino cultural. “Las labores priorizan la conservación preventiva y la funcionalidad de los espacios que forman parte del circuito de visita”, señalaron representantes del Pecach.

La estrategia técnica se sostiene en un enfoque de conservación integral. Para ello, el proyecto ha contratado servicios especializados y adquirido materiales que garanticen la durabilidad de las estructuras. El objetivo es doble: proteger las superficies ornamentales y facilitar la movilidad en un entorno que combina patrimonio arqueológico, factores naturales y presencia humana constante.

Conservación de estructuras y mejora de senderos

El Ministerio de Cultura, mediante
El Ministerio de Cultura, mediante el Proyecto Especial Chan Chan (Pecach), desarrolla un conjunto de acciones de conservación y recuperación. (Difusión)

En el conjunto amurallado Nik An, los equipos del Pecach centraron sus esfuerzos en los sectores de Audiencias y Ardillas. Allí se reforzaron las coberturas protectoras con listones de madera y se sustituyeron planchas de fibraforte deterioradas. Estas acciones evitaron el ingreso de agua hacia los muros decorados con relieves, una de las áreas más vulnerables ante las lluvias. Además, se realizó el mantenimiento del sistema de drenaje: se reemplazaron canaletas dañadas y se retiraron materiales que impedían el paso del agua.

La conservación no se limitó a Nik An. En la huaca Toledo, uno de los puntos más afectados por las precipitaciones, se desarrollaron labores de emergencia en las fachadas norte y oeste. Se habilitó un nuevo sendero para mejorar la visualización del monumento: 280,60 metros cuadrados en la explanada norte y 108,40 en la fachada oeste. En paralelo, el equipo técnico ejecutó tareas complementarias como el acarreo de materiales, la preparación de morteros, la construcción de un pozo de agua y la limpieza de vegetación en un área de 120 metros cuadrados.

De acuerdo con el Ministerio de Cultura, las labores continúan en el sector este de Nik An, donde se implementa un nuevo sendero que se integrará con los recorridos existentes. Este tramo incluirá geobloques y pavimentos sintéticos drenantes, materiales que contribuyen a proteger los pisos originales y permiten un tránsito más seguro durante la temporada de lluvias.

Intervenciones frente a ocupaciones y actos vandálicos

Composición: Infobae Perú
Composición: Infobae Perú

A comienzos de 2025, el complejo de Chan Chan enfrentó nuevas amenazas que van más allá del clima. En el sector conocido como Los Huachaques, se detectó una ocupación irregular en un área intangible del sitio arqueológico. Ante esta situación, el Ministerio de Cultura, con apoyo de la Policía Nacional, ejecutó una acción directa para desmontar las instalaciones no autorizadas. El operativo se desarrolló sobre un terreno de aproximadamente 10 000 metros cuadrados, entre los vértices 23 y 24 del perímetro protegido.

Aunque durante la intervención no se hallaron personas en el lugar, las evidencias mostraban una ocupación planificada: estructuras precarias de madera, lonas verdes usadas como cercos y diversos objetos dejados por los ocupantes. “Nuestro deber es garantizar la intangibilidad de Chan Chan frente a cualquier forma de invasión”, manifestaron desde el Pecach. La cercanía de esta zona con la carretera asfaltada —a menos de dos metros en algunos puntos— expone la fragilidad del entorno patrimonial frente al crecimiento urbano y la falta de control constante.

Pocos meses después, en mayo, un nuevo episodio de afectación volvió a poner a Chan Chan en el centro del debate público. Un video difundido en redes sociales mostró a un joven que pintaba con aerosol una figura obscena sobre un muro original del conjunto amurallado. La grabación, realizada a plena luz del día y sin intervención de autoridades, provocó indignación entre los ciudadanos de Trujillo y en la comunidad cultural. “Este tipo de acciones no solo dañan físicamente los muros, también atentan contra la memoria colectiva del país”, advirtieron especialistas del Ministerio de Cultura.

Tras la difusión del clip, medios locales identificaron otras pintas cercanas al Museo de Chan Chan, con inscripciones como “Sparta Force”, “Boris” y “M y M”. También se observó acumulación de basura y vegetación seca dentro del perímetro protegido. Estas evidencias revelaron la persistencia de prácticas que vulneran el patrimonio, pese a los esfuerzos de las autoridades por reforzar la vigilancia.