
El Perú encara durante 2025 un incremento sin precedentes de friajes, un fenómeno meteorológico caracterizado por la entrada de aire frío de origen antártico, que atraviesa Sudamérica desde el sur hacia el territorio nacional.
Habitualmente, estos episodios afectan en especial a la Amazonía peruana, donde la masa de aire frío ingresa por la selva sur y se desplaza de sur a norte, alterando el clima de regiones como Madre de Dios, Ucayali y Loreto.
Según datos oficiales del Senamhi y del Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), cerca de 1.3 millones de personas viven en zonas vulnerables a estos cambios térmicos, un escenario que preocupa a autoridades y pobladores.
Este año, el Senamhi reportó la llegada de 26 eventos de friaje, cifra que supera ampliamente el promedio anual de 18 episodios históricos.
Para mediados de noviembre está previsto el inicio del evento número 27, lo que representa un récord y una advertencia sobre las tendencias climáticas en la región.
Las consecuencias inmediatas se observan en disminuciones abruptas de temperatura, lluvias intensas y ráfagas de viento cercanas a los 40 km/h, factores que afectan la salud pública, la productividad agrícola y la calidad de vida de los habitantes.

¿Por qué aumentaron los friajes en 2025?
La causa principal de este incremento, según el Senamhi, es la acción persistente del Anticiclón del Pacífico Sur, un sistema de alta presión que empuja aire frío desde las latitudes australes hacia el interior de Sudamérica.
Esta temporada, la frecuencia e intensidad del anticiclón ha sido mayor en comparación con años previos, facilitando el ingreso repetido de masas de aire frío hasta la Amazonía y el Ande peruano.
El subdirector de Predicción Meteorológica del Senamhi, Piero Rivas, detalló que la cifra actual de friajes supera “con creces” la expectativa y que hay potencial para que este número suba aún más en lo que resta de noviembre y diciembre.
“En promedio, Perú registra 18 friajes al año, pero ya se han registrado 26, y aún es posible contar más”, indicó Rivas en entrevistas recogidas por Andina al Día.
Este comportamiento refuerza la idea de un cambio en la dinámica de los patrones atmosféricos, con incidencia directa en la selva baja y áreas rurales de difícil acceso.
El friaje se inicia con lluvias moderadas a fuertes, tormentas eléctricas y descensos de temperatura que pueden llevar los registros máximos de 35°C a apenas 21°C mientras que las mínimas bajan hasta 11°C en la Amazonía, escenarios que desafían la capacidad de reacción de los sectores sanitario y agropecuario.
Zonas vulnerables
Las zonas más vulnerables al friaje incluyen distritos en Ucayali, Junín, Amazonas, Cusco, Loreto, Madre de Dios, Pasco, Puno y San Martín, donde la proporción de personas expuestas es considerable.
Según el Cenepred, Ucayali concentra 25,9% de la población en riesgo alto, seguido por Junín con 19,6%. Las consecuencias inmediatas en la salud se reflejan en el aumento de infecciones respiratorias, ausentismo escolar y complicaciones para grupos como niños, adultos mayores y personas con sistemas inmunes comprometidos.
En paralelo, el friaje afecta las cosechas y la ganadería en la Amazonía. El descenso de temperatura puede causar estrés térmico en los cultivos y animales, mermando la producción y facilitando escenarios de inseguridad alimentaria.
Ante esto, el Gobierno implementa el Plan Multisectorial ante Heladas y Friaje 2025-2027, que prevé más de 30 intervenciones coordinadas por 10 sectores públicos, incluyendo la entrega de viviendas bioclimáticas y asistencia en salud para las familias más afectadas.



