
El ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Hugo de Zela, viaja a Colombia para participar de la IV Cumbre de jefes de Estado y/o de Gobierno de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y la Unión Europea (UE). La cita se realiza desde hoy, sábado 8, hasta el lunes 10 de noviembre.
El encuentro marca un nuevo capítulo en la relación entre ambos países, tras el impasse diplomático registrado este año por la isla Santa Rosa, ubicada en medio del río Amazonas. En aquel momento, Lima y Bogotá retiraron a sus embajadores en medio de tensiones bilaterales, aunque semanas después, a fines de agosto, acordaron restablecerlos.
Ese restablecimiento del diálogo ha abierto espacio para una agenda común más amplia, en especial en materia de seguridad y cooperación fronteriza, temas que concentran buena parte del interés de ambos gobiernos. De acuerdo con la cancillería peruana, el objetivo principal de la Cumbre Celac-UE será promover un diálogo de seguridad integral y acciones contra la delincuencia organizada transnacional, un fenómeno “que no es posible enfrentar aisladamente”, según de Zela.
El titular de la cartera tendrá reuniones con sus homólogos de Europa, autoridades de la Organización de Estados Americanos (OEA), la UE y América Latina y el Caribe, como Brasil y Chile. Entre los temas que se tratarán se encuentra la cooperación en seguridad ciudadana y lucha contra el narcotráfico. “Es un diálogo que hay que profundizar y encontrar puntos específicos en común para luchar de manera aunada contra el crimen internacional”, indicó el ministro.

La preocupación por la seguridad en las fronteras, precisamente uno de los temas que motiva la participación peruana en la cumbre, responde a la creciente actividad de organizaciones criminales que operan de forma transnacional en la Amazonía y en otras zonas de la región. Estas redes no solo cruzan límites territoriales, sino que aprovechan la débil presencia estatal para expandir el narcotráfico, la minería ilegal y el tráfico de armas.
En ese contexto, Perú enfrenta una compleja red de amenazas compartidas con sus países vecinos, donde disidencias armadas y mafias transnacionales disputan el control de rutas fluviales y territorios estratégicos.
La incursión de las Farc
En la frontera entre Colombia y Perú, hay presencia de disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), según el internacionalista Óscar Schiappa Pietra. Esto ha provocado que se desarrollen actividades ilegales, como el narcotráfico, la tala de madera y la trata de personas, indica el especialista.
En mayo de este año, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Perú (CCFFAA) llevó a cabo un operativo contra el Grupo Armado Organizado Residual (GAOR) E-48 en el río Yaguas, en la región de Loreto.
Durante el enfrentamiento, las tropas peruanas lograron repeler el ataque y forzaron la huida de los agresores, quienes abandonaron su embarcación en la zona. En el interior de la nave, el personal militar encontró el cuerpo de un hombre que sería integrante de la facción disidente de las FARC.

La presencia de estos remanentes armados evidencia cómo las economías ilícitas en la Amazonía han trascendido las fronteras colombianas, conectándose con redes de contrabando, minería ilegal y narcotráfico que operan también desde Ecuador y Brasil.
Los ‘Choneros’ de Ecuador
En Perú se ha registrado la presencia de ‘Los Choneros’, una banda criminal de Ecuador liderada por Adolfo ‘Fito’ Macias. De acuerdo con el líder indígena Romer Orrego Ikam, esta organización opera en los ríos Marañón y Santiago. Aquí extraen oro que trasladarlo a su país de origen.
La estructura del grupo ha logrado permanecer operativa gracias, en parte, a la construcción de una carretera clandestina de seis kilómetros que permite el traslado de maquinaria y abastecimientos desde Ecuador.
A pesar de intentos de interdicción, la vía fue rehabilitada y actualmente facilita operaciones ilegales y movimiento de oro hacia el país vecino. Según el consultor en gobernanza ambiental, Fernando Cuadros, este entorno refleja una “captura territorial”, donde mineros informales y mafias consolidan redes compartidas con organizaciones extranjeras.
Estas dinámicas se repiten en distintos puntos de la Amazonía y han permitido la expansión de otros grupos delictivos de alcance regional, como el Comando Vermelho, cuya influencia se extiende desde Brasil hacia países fronterizos, incluido el Perú.

La presencia del Comando Vermelho
Como menciona la Cancillería de Perú, tendrán una reunión bilateral con Brasil. Entre los temas que podrían tratar se encuentran la presencia del Comando Vermelho en el Amazonas.
Meses atrás, durante un operativo policial de gran escala en las favelas de Río de Janeiro, autoridades brasileñas localizaron un fusil G3 vinculado a las Fuerzas Armadas del Perú entre las armas incautadas al grupo criminal Comando Vermelho.
El procedimiento culminó con la mayor incautación de rifles en un solo día en la historia del país, según reportó la División de Fiscalización de Armas y Explosivos (CEFAI) de la Policía. Entre el arsenal decomisado figura armamento procedente de otros países sudamericanos, lo que muestra el alcance regional del tráfico de armas.
Las investigaciones revelaron que la mayoría de los fusiles y municiones, incluidos ejemplares venezolanos, brasileños y argentinos, llegan a Brasil mediante rutas terrestres a través de la Amazonía, especialmente desde Paraguay.
Durante el operativo se confiscaron 93 rifles de un total de 120 armas, junto a miles de municiones y dispositivos tecnológicos empleados por el grupo narcotraficante para coordinar sus acciones en la zona.

La expansión de estas organizaciones confirma que la criminalidad en Sudamérica ya no puede abordarse desde enfoques nacionales aislados. Por ello, la participación del Perú en la cumbre de la CELAC y la Unión Europea cobra especial relevancia: busca fortalecer alianzas y mecanismos de cooperación frente a redes que operan con la misma facilidad con que atraviesan las fronteras las economías ilegales en la región.
Mandatarios e invitados a la cumbre
Mandatarios como el presidente español Pedro Sánchez y el jefe de Estado brasileño Luiz Inácio Lula da Silva arribaron primero a Barranquilla antes de ser trasladados a Santa Marta, reflejando la importancia y complejidad del evento. El objetivo declarado es consolidar a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) como una voz relevante en el debate global.
No obstante, la cumbre se ha visto afectada por la reciente inclusión del presidente colombiano Gustavo Petro en la lista Clinton, lo que provocó que algunas figuras clave, como la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen, el canciller alemán Friedrich Merz y el presidente francés Emmanuel Macron, optaran por no asistir. Estas ausencias resaltan las tensiones y desafíos diplomáticos que persisten en el contexto internacional, aunque no han restado relevancia a los temas centrales del encuentro birregional.



