Desde las primeras horas de la mañana, Lima amaneció prácticamente paralizada. El paro de transportistas afectó a diferentes distritos de la capital, como El Agustino, San Juan de Lurigancho y Ate, desde donde cientos de usuarios intentaban movilizarse, sin éxito, hacia sus centros de trabajo.
En El Agustino, especialmente en la zona de Puente Nuevo, se formaron largas colas de pasajeros que esperaban abordar una de las pocas unidades de transporte público que aún circulaban. En un inicio, aparecieron algunos autos colectivos que cubrían las rutas hacia Santa Clara y Huachipa, cobrando solo S/ 2 por persona.
Según constató un equipo de RPP, “solamente sigue transitando la empresa de transporte Etuchisa, que es la ruta C, que va desde Puente Piedra hasta Villa El Salvador”. Conforme pasaban las horas, la presencia de buses fue mínima, mientras cientos de pasajeros esperaban durante largo tiempo algún medio que los trasladara. Algunos incluso confiaban en que la Policía Nacional dispusiera unidades para ayudarlos, ante la ausencia de líneas regulares.

Aumento de pasajes y aglomeración en los buses
Bastó una hora para que el panorama cambiara por completo y se tornara más caótico. Desde Puente Nuevo, los reporteros registraron buses llenos hasta el límite, pasajeros colgándose de las puertas y un riesgo evidente para su seguridad.
“Compañeras, así llegan los buses aquí a Puente Nuevo, completamente llenos y hay pasajeros que intentan subir. Buses que van desde Zapallal hasta Villa El Salvador”, relató el reportero de Latina Noticias.
Incluso las cámaras captaron el momento exacto en que un agente policial empujaba a uno de los pasajeros al interior de la unidad para que pudieran cerrar la puerta. “El policía empujando al pasajero que intenta subir como sea a esta unidad... Entendemos, se dirige a su trabajo, probablemente ya pasó la hora de espera”, agregó.

Ante la alta demanda, los colectivos también incrementaron el costo del pasaje. De costar S/ 2, lo elevaron hasta S/ 5, aprovechando la desesperación de los usuarios que no lograban subir a los buses.
Como el caso de una enfermera, que debía llegar a su centro de trabajo, pues tenía un turno de 24 horas por cubrir, pero no conseguía subir a ningún bus.
“A las ocho de la mañana, joven, pero no puedo porque estoy desde las cinco de la mañana en el tráfico y no he podido pasar, lamentablemente”, relató, visiblemente molesta.
Caravana de buses en SJL
En San Juan de Lurigancho, los paraderos de buses lucieron repletos de pasajeros que esperaban una unidad de transporte público. Ante la escasa afluencia de vehículos, muchos optaron por otros medios para desplazarse, como la Línea 1 del Metro de Lima, donde también se registraron largas colas en las estaciones.
Alrededor de las 7:00 de la mañana, algunas empresas de transporte afectadas por la ola de extorsiones salieron en caravana por las calles. Vecinos del distrito registraron el momento en que las unidades de ‘La 50’ avanzaban en fila, portando carteles con mensajes que exigían “que paren las muertes”.

Las unidades de la empresa ETRASCPSA, una de las más golpeadas por los ataques del crimen organizado, bloquearon algunas vías como forma de protesta, en señal de reclamo por la violencia y la falta de seguridad que enfrentan los transportistas.
A esta manifestación se sumaron otras cinco empresas de transporte público y aproximadamente, desde las 9:00 a.m. bloquearon la avenida Los Próceres. Esta medida generó un momento de tensión con efectivos de la PNP.
“Nos matan y no hay nadie. Avanzamos y salen todos”, señaló un conductor de la empresa de transportes San Genaro quien se quejó por el proceder de la PNP.



