
La situación durante las primeras horas del día fue algo caótica, ya que se observaron pocas unidades de transporte público en los principales paraderos de Lima y Callao, dificultando el traslado de miles de trabajadores
En las estaciones del Metro de Lima y Metropolitano, las largas colas no se hicieron esperar, al punto que la PNP y personal de seguridad tuvo que ayudar, ya que estas se mantenían a lo largo de varias cuadras.
Por la tarde, la situación prácticamente se restableció, con una nutrida presencia de buses.
La violencia en el sector transporte de Lima y Callao ha escalado a niveles alarmantes. Lo que comenzó como amenazas y cobros ilegales dirigidos a conductores —en su mayoría informales— hoy se ha extendido a los dueños y dirigentes de empresas formales. Según denunció Martín Ojeda, director de la Cámara Internacional de la Industria del Transporte y uno de los dirigentes más representativos del gremio, los extorsionadores ya no se conforman con intimidar a los choferes.
La violencia contra el sector transporte ha llegado a un punto crítico. Los ataques y amenazas contra conductores y empresarios no cesan, y ante los recientes asesinatos de sus compañeros, los transportistas han convocado un nuevo paro para este 4 de noviembre. En medio de este escenario, el premier Ernesto Álvarez se reunió con dirigentes del gremio para escuchar la grave situación que enfrentan y se comprometió a acompañar la manifestación.
El presidente José Jeri anunció el despliegue de un contraataque estatal contra las bandas criminales, tras completar el mapeo de estos grupos y la identificación de sus ubicaciones en distintas zonas del país. La declaración se dio durante una jornada marcada por reuniones con dirigentes del transporte y funcionarios de alto nivel, en respuesta a la paralización parcial del servicio y al incremento de extorsiones y violencia que afectan a conductores.

El presidente de transición, José Jerí, llegó hasta el puente Ricardo Palma, en el Rímac, para escuchar a un grupo de transportistas que acataban el paro convocado para este martes, en rechazo a los continuos asesinatos de choferes reportados en los últimos meses.
La jornada del nuevo paro de transportistas que se realiza en Lima y Callao este 4 de noviembre dejó a cientos de usuarios varados y provocó que el costo de algunos pasajes aumentara hasta cuatro veces ante la escasez de buses de transporte público.

Con el acatamiento parcial, pero contundente del paro de transportistas en Lima y Callao del pasado martes 4, numerosos ciudadanos empezaron a preguntarse por las redes sociales y en las calles si la medida de protesta se replicará algún otro día de la presente semana.
El paro de transportistas impactó este 4 de noviembre la movilidad en Lima y Callao, donde miles de pasajeros resultaron afectados ante la suspensión del servicio en respuesta a la ola de asesinatos y recientes protestas en el sector.
Desde la mañana, buses de diversas empresas se han dado cita en varios puntos de concentración para acatar la convocatoria a movilizarse en caravana hacia Acho, en respuesta a los recientes crímenes y extorsiones contra conductores de transporte urbano. Como parte del paro de transportistas, se han citado en la avenida Universitaria (Comas) y en la avenida Habich (San Martín de Porres).
Desde las primeras horas de la mañana, Lima amaneció prácticamente paralizada. El paro de transportistas afectó a diferentes distritos de la capital, como El Agustino, San Juan de Lurigancho y Ate, desde donde cientos de usuarios intentaban movilizarse, sin éxito, hacia sus centros de trabajo.




