Paro de transportistas: así se desarolla la situación en el Centro de Lima, Lince, Jesús María y San Miguel

Aunque se acata la paralización de manera parcial hoy 4 de noviembre, cientos de usuarios de Lima reportan dificultad para movilizarse hacia su centro de labores

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Vehículos, principalmente del tipo custer
Vehículos, principalmente del tipo custer como los llamados anconeros, transitan por la Av. Alfonso Ugarte y la Plaza Bolognesi.

El paro de transportistas se acata hoy, martes 4 de noviembre, de manera parcial en Lima Metropolitana y algunos puntos del Callao. Sin embargo, numerosos usuarios reportan dificultad para movilizarse hacia sus centros de labores y otros destinos.

En el Centro de Lima, la situación se desarrolla con tranquilidad, aunque es notorio que hay poca cantidad de unidades de transporte público. El tránsito luce fluido, lo que no es común un martes por la mañana, cuando escolares, universitarios y trabajadores se movilizan hacia el sur o norte de la ciudad.

A la altura de la avenida Alfonso Ugarte y la Plaza Bolognesi, se observa que circulan los vehículos tipo custer conocidos como los Anconeros. A diferencia de otros días, se ven menos unidades de transporte. Los usuarios reportaron que les están cobrando 50 céntimos o un sol más. Los taxi colectivos pueden llegar a cobrar hasta más de 10 soles en una ruta del norte hacia el Centro de Lima.

Un nuevo paro de transporte
Un nuevo paro de transporte se acatará este martes 4 de noviembre en Lima y Callao, anunció Martín Ojeda. (Andina)

Por las avenidas Tacna y Garcilaso de la Vega, los buses del Corredor Azul, con sus líneas 301, 305 y el Semiexpreso, circulan también con normalidad. Aunque en estos paraderos se reportan colas de pasajeros más largas de lo normal.

Un numeroso grupo de transportistas del cono norte, uno de los sectores más afectados de la capital por las extorsiones y sicariato, se movilizan en sus vehículos vacíos rumbo al Centro de Lima. El tráfico podría volverse intenso si se reporta algún bloqueo de vía en el corazón de la ciudad.

En el distrito de Lince, también se observan pocas unidades de transporte público. El grueso de usuarios viene trasladándose con taxis o a través de las líneas del Corredor Azul que circulan por toda la avenida Arequipa. Al igual que en Centro de Lima, también se reportan largas colas en algunos paraderos.

A pesar de las tensiones
A pesar de las tensiones del paro, Lima experimentó un inicio de jornada donde las opciones de transporte fueron limitadas pero efectivas.

Por la avenida Salaverry, a la altura del distrito de Jesús María, se ve que los llamados Anconeros circulan con poca frecuencia. Algunas unidades de esta línea vienen acortando su ruta y solo están llegando de la Panamerica Norte hasta el Centro de Lima.

En San Miguel, los usuarios informan que también presentan dificultad para abordar las unidades de transporte público. Algunos aseguran que deben esperar 20 minutos o más, lo que no es usual.

Reacción desesperada

El llamado al paro, encabezado por Martín Ojeda, vocero de Transportistas Unidos y representante de la Cámara Internacional de la Industria del Transporte, surge según sus palabras como reacción extrema ante una situación que califica de “desesperada”. “No aceptamos bloqueos, es un delito, también hemos advertido que no se dé quema de llantas”.

En medio del paro de transportistas, manifestantes suben a buses para bajar a pasajeros en Carabayllo. (Video: Latina)

Indicó que la decisión es de ejecutar un apagado de motores sin corte de vías ni acciones violentas. La protesta busca visibilizar la emergencia que atraviesa el sector, pero también evidencia su debilidad organizativa: la medida divide más que unifica.

Bajo la consigna de “apagado de motores”, los gremios movilizados anuncian una significativa reducción de unidades en circulación y marchas moderadas.

Ojeda reiteró que la convocatoria es inamovible y responde a la creciente ola de asesinatos y atentadoscontra conductores. “Esta decisión es un llamado urgente para frenar las muertes, que siguen aumentando por la presencia de bandas más violentas”, explicó, al tiempo que cuestionó la eficacia gubernamental: “La delincuencia, el sicariato y la extorsión no tienen horario. Por eso, un toque de queda no resolvería el problema”.