
Beber suficiente agua cada día es fundamental para mantener el cuerpo en equilibrio. El agua interviene en la regulación de la temperatura corporal, la digestión, la circulación, la eliminación de desechos y el transporte de nutrientes esenciales. De acuerdo con el Ministerio de Salud (Minsa), una persona adulta debe consumir entre 1.5 y 2 litros de agua al día para asegurar una hidratación saludable. Por su parte, el Seguro Social de Salud (EsSalud) destaca que una correcta ingesta de agua ayuda a prevenir enfermedades renales, mejorar la concentración y mantener la piel en buen estado.
Sin embargo, no basta con beber cualquier agua: es importante que sea segura para el consumo humano. En el lenguaje cotidiano, muchas veces se usan como sinónimos los términos agua segura y agua potable, pero desde el punto de vista sanitario no significan exactamente lo mismo. Entender la diferencia entre ambos conceptos es clave para cuidar nuestra salud y prevenir enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera, la hepatitis A o la fiebre tifoidea.
El agua segura
El Minsa define el agua segura como aquella que no contiene microorganismos ni sustancias tóxicas que puedan causar enfermedades. En otras palabras, es el agua que, luego de ser tratada o desinfectada, resulta inocua para la salud humana.
Este tipo de agua puede provenir de diferentes fuentes, como redes públicas, pozos, manantiales o cisternas, pero debe pasar por un proceso que garantice su limpieza y desinfección. Generalmente, se utilizan métodos como la cloración, la hervidura o la filtración para eliminar bacterias, virus y parásitos.

El Minsa recomienda que el agua que se consume en los hogares peruanos contenga entre 0.5 y 1.5 miligramos de cloro por litro, ya que esta cantidad es suficiente para mantenerla libre de microorganismos sin afectar su sabor ni su seguridad.
En las zonas rurales o donde no existe acceso a una red pública de agua, se aconseja hervir el agua durante al menos tres minutos o utilizar pastillas de cloro para asegurar su potabilidad. También existen filtros domésticos certificados que eliminan partículas y microorganismos patógenos.
El concepto de agua segura está, por tanto, vinculado al resultado del tratamiento del agua, no necesariamente a su origen. Puede provenir de un río o pozo, pero si ha sido correctamente desinfectada, se considera segura para beber.
El agua potable
El término agua potable se refiere al agua que cumple con los estándares de calidad establecidos por la normativa sanitaria nacional e internacional. Es decir, no solo debe ser segura desde el punto de vista microbiológico, sino también cumplir con criterios físicos, químicos y organolépticos (color, olor y sabor).
El Reglamento de la Calidad del Agua para Consumo Humano (Decreto Supremo N.º 031-2010-SA) establece los límites máximos permisibles de más de 90 parámetros que deben evaluarse para considerar que un agua es potable. Entre ellos están:
- Ausencia de bacterias coliformes y Escherichia coli.
 - Niveles adecuados de pH (entre 6.5 y 8.5).
 - Concentraciones seguras de metales pesados como arsénico, plomo o mercurio.
 - Ausencia de sustancias químicas tóxicas, como pesticidas o nitratos.
 - Características sensoriales aceptables (sin olor ni sabor desagradable).
 
El agua potable, por lo general, es la que se distribuye a través de los sistemas de abastecimiento público, como los gestionados por Sedapal (Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima) u otras empresas prestadoras de servicios de saneamiento. Estas instituciones se encargan de captar, potabilizar y distribuir el agua cumpliendo con las normas del Minsa. En otras palabras, toda agua potable es segura, pero no toda agua segura necesariamente es potable, ya que puede cumplir solo parcialmente con los parámetros establecidos por ley.
Diferencia entre agua segura y agua potable
La principal diferencia entre ambos conceptos radica en su grado de tratamiento y control de calidad.
- El agua segura es aquella que ha sido tratada para eliminar los agentes patógenos y, por tanto, no representa un riesgo inmediato para la salud. Se enfoca en la desinfección, es decir, en la eliminación de bacterias, virus y parásitos.
 - El agua potable, en cambio, es un concepto más amplio que incluye no solo la seguridad microbiológica, sino también la calidad química y física. Es el agua que cumple con todas las exigencias sanitarias oficiales, garantizando que sea saludable, agradable al gusto y apta para el consumo cotidiano.
 



