
En los últimos años, la salud emocional se ha vuelto un tema prioritario. Ya no se trata solo de cuidar el cuerpo, sino también la mente y las emociones. Según el Ministerio de Salud (Minsa), la autoestima es un factor clave para el bienestar psicológico y la prevención de trastornos como la ansiedad o la depresión. De hecho, el Seguro Social de Salud (EsSalud) señala que una buena autoestima permite a las personas afrontar mejor los retos cotidianos, establecer relaciones saludables y mantener una actitud positiva frente a la vida.
Sin embargo, no siempre somos plenamente conscientes del nivel de autoestima que tenemos. A veces, se refleja en aspectos cotidianos, como la forma en que hablamos, las decisiones que tomamos o incluso los colores que preferimos al vestirnos o decorar nuestro entorno. La psicología del color, una rama que estudia cómo los tonos influyen en nuestras emociones y comportamientos, ha encontrado que nuestras elecciones cromáticas pueden revelar mucho sobre nuestro estado interno y nuestra autopercepción.
Estos son los colores que eligen las personas con baja autoestima
La psicología del color sugiere que las personas con baja autoestima suelen sentirse más cómodas con tonos apagados, neutros o fríos, que reflejan un estado emocional de retraimiento o inseguridad.
- Gris: es uno de los colores más asociados a la baja autoestima. Quienes lo prefieren suelen buscar pasar desapercibidos, evitar el conflicto y mantener una sensación de neutralidad. Representa timidez, autocontrol y, en algunos casos, resignación.
 - Negro: aunque puede expresar elegancia y poder, en exceso puede reflejar una necesidad de protección emocional o una barrera ante los demás. Las personas con baja autoestima lo eligen para esconderse o sentirse seguras detrás de una “coraza”.
 - Marrón: vinculado con la necesidad de estabilidad y seguridad. Quienes lo usan frecuentemente pueden estar atravesando un momento de desconfianza o temor al cambio.
 - Azul oscuro: aunque transmite calma, en personas con baja autoestima puede reflejar tristeza o introversión. Sugiere una búsqueda de tranquilidad ante el miedo al juicio o la exposición.
 - Beige o tonos tierra apagados: estos colores suelen elegirse cuando la persona no quiere llamar la atención. Representan una actitud reservada, prudente o con poca expresión emocional.
 
¿Qué significa ser una persona con baja autoestima?

Tener una baja autoestima significa mantener una visión negativa o distorsionada de uno mismo. La persona con baja autoestima tiende a enfocarse en sus defectos, minimizar sus logros y sentir que no es lo suficientemente buena, atractiva o capaz. Su diálogo interno suele estar lleno de autocrítica, culpa y miedo al rechazo.
Desde la psicología, se entiende la autoestima como la forma en que una persona se valora y se respeta a sí misma. Cuando esta valoración es baja, aparecen sentimientos de inseguridad, dependencia emocional, dificultad para poner límites y miedo al fracaso. Además, puede generar comportamientos de complacencia excesiva, donde la persona busca constantemente la aprobación de los demás para sentirse válida.
Este tipo de autopercepción no solo afecta la salud emocional, sino también la física. Diversos estudios han demostrado que las personas con baja autoestima pueden experimentar mayor estrés, trastornos del sueño y mayor vulnerabilidad frente a enfermedades psicosomáticas.
Por qué una persona tiene baja autoestima

La baja autoestima puede tener múltiples causas, y en la mayoría de los casos se origina en la infancia o adolescencia. Uno de los factores más determinantes es el entorno familiar. Cuando una persona crece en un ambiente donde las críticas son constantes, la afectividad es escasa o las comparaciones son frecuentes, es común que interiorice una sensación de no ser suficiente.
También influyen las experiencias escolares, el bullying, los fracasos académicos o laborales y las relaciones afectivas dañinas. La presión social y los ideales de belleza difundidos por los medios de comunicación pueden agravar el problema, especialmente en mujeres jóvenes, generando una autoimagen negativa y poco realista.
Por otro lado, los traumas emocionales, la violencia psicológica y la falta de reconocimiento también pueden deteriorar la percepción personal. Sin un adecuado acompañamiento psicológico o emocional, la persona puede arrastrar estos patrones durante años, afectando su autoestima y su bienestar integral.



