
El potencial de crecimiento económico en Perú se ha reducido durante la última década y las proyecciones de expansión del producto han pasado de niveles cercanos al 6% anual a un límite entre el 2% y el 3%, según el economista Luis Carranza.
De acuerdo con el exministro de Economía y Finanzas, este ajuste responde al impacto de factores estructurales internos, el clima político y la dependencia de los precios internacionales de metales.
Perú enfrenta caída en su potencial de crecimiento económico
En años anteriores, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Banco Central de Reserva (BCR) proyectaron que la economía nacional mantendría un crecimiento sostenido en torno al 6%. Sin embargo, esa expectativa ya no se sostiene.
A partir de 2013, el rendimiento real comenzó a distanciarse de las previsiones oficiales y la evolución del producto interno bruto (PIB) mostró un ritmo moderado. Las nuevas proyecciones plantean un crecimiento promedio de 2,9% hacia 2026, con un rango que oscila entre 2,5% y 3,2% según estimaciones de organismos multilaterales y fuentes oficiales.

“Eventos coyunturales internos o externos pueden explicar desvíos, pero el potencial de nuestra economía era 6%. No lo digo yo, lo dice el MEF, el BCR. Y, en el último año, 3%. Eso es lo que hemos perdido y eso lo ven ustedes en el día a día. Es un análisis teórico sobre esa pérdida de productividad. Y en ese análisis verás que ahora nuestro crecimiento no va a pasar del 3%, sino que va a estar entre 2% y 2,5%“, enfatizó.
La revisión a la baja se vincula con una combinación de desafíos institucionales y pérdida de eficiencia estatal. La menor dinámica en la inversión privada, los problemas en la gestión pública, el rezago en el marco regulatorio y la paralización de más de 44.000 obras públicas afectan el avance del aparato productivo y el clima de negocios.
Carranza: inversión privada y obras paralizadas frenan el avance económico peruano
Según Carranza, estos obstáculos han llevado a Perú a perder posiciones en mediciones internacionales de competitividad, facilidad para hacer negocios y eficiencia operativa. Ello, pese a un entorno internacional que abre algunas oportunidades para el país, debido a los términos de intercambio históricamente altos, impulsados por el aumento de precios de los metales.
El superávit comercial anual sigue sosteniéndose y el tipo de cambio se proyecta estable, con un rango estimado de 3,50 a 3,55 soles por dólar hasta 2026. Aun así, los riesgos globales persisten debido al menor crecimiento mundial y a las tensiones comerciales que afectan a los mercados emergentes.
Déficit fiscal en Perú superará límites legales en 2025 y 2026
En el plano fiscal, Carranza asegurpo que el déficit proyectado para 2025 y 2026 —de -2,4% y -2,1% del PBI, respectivamente— supera el límite establecido por la regla fiscal. El crecimiento sostenido del gasto en remuneraciones públicas, que alcanzará el 6,2% del PBI en 2024, añade nuevos retos para la sostenibilidad de las cuentas públicas.
Los cálculos señalan que, si el crecimiento económico y el déficit primario no mejoran, la deuda pública podría superar el 60% del PBI en la próxima década, lo que pondría en riesgo el grado de inversión y la calificación internacional.
¿Estabilidad cambiaria y superávit comercial ofrecen oportunidades a Perú?
Finalmente, el exministro explicó que el consumo privado figura como uno de los principales motores de la actividad, impulsado coyunturalmente por el octavo retiro de fondos de las AFP. Se espera que este factor eleve el crecimiento del PIB en los años 2025 y 2026, aunque persisten dudas sobre su aporte al crecimiento sostenible.
Las exportaciones y la puesta en marcha de proyectos mineros y de infraestructura —Tía María, Zafranal, Línea 2 del Metro de Lima, San Gabriel, aeropuertos regionales, proyecto vial Santa Rosa— se suman como fuentes adicionales de dinamismo, aunque su avance depende del contexto político y de la gestión pública.
En tanto que las perspectivas inflacionarias permanecen bajo control, con proyecciones de 1,8% en 2025 y 2,5% en 2026, dentro de los rangos definidos por el Banco Central de Reserva. El superávit de la cuenta comercial, sostenido por los altos precios de los commodities, también contribuye a la estabilidad externa.


