La violencia en el Callao no se detiene. En plena vigencia del estado de emergencia, una nueva balacera volvió a sembrar temor entre los trabajadores del transporte público. Esta vez, los disparos se registraron en el local de maniobras de la empresa HRE Express, ubicado en el distrito de Ventanilla, donde presuntos integrantes de la banda criminal “Los Malditos de Gambetta” atacaron el inmueble a plena luz del día.
El atentado ocurrió a dos días del anunciado paro de transportistas en el Callao. Según fuentes policiales, al menos cuatro proyectiles impactaron contra el portón y las paredes del terminal, dejando evidencias claras de un ataque extorsivo. Los agresores no solo efectuaron los disparos, sino que también dejaron un papel con amenazas directas: si la empresa no accede a sus exigencias económicas, “la próxima vez habrá un muerto”.
Policía y militares cercan la zona del atentado
Minutos después del ataque, agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) llegaron al lugar para iniciar las diligencias y recolectar evidencias balísticas. En coordinación con el Ejército, las Fuerzas Armadas desplegaron un contingente armado en los alrededores del terminal, buscando evitar un nuevo atentado.

Imágenes difundidas por medios locales muestran la presencia de efectivos policiales y militares custodiando el ingreso de la empresa, donde aún se observan los impactos de bala. Testigos relataron que los trabajadores del área administrativa y los conductores se encontraban aterrados tras escuchar las detonaciones. La Policía ha identificado al grupo criminal como el principal responsable de este ataque, considerado el tercer atentado en menos de una semana en la zona.
Extorsión y miedo en las rutas de transporte público
Las bandas dedicadas a la extorsión han extendido su dominio en los distritos del Callao y Ventanilla, exigiendo pagos a los empresarios del transporte a cambio de “protección”. De acuerdo con las autoridades, los ataques contra locales y unidades son parte de una estrategia para amedrentar a los propietarios y obtener dinero bajo amenaza de muerte.
El frente policial de Ventanilla informó que aún esperan la llegada de los representantes legales de la empresa HRE Express para formalizar la denuncia correspondiente. Por ahora, los custodios del terminal son los únicos que permanecen en la zona, bajo constante resguardo policial. “Están asustados, temen por su vida”, comentó uno de los oficiales que participa en la investigación.
Los efectivos de Inteligencia han recomendado rastrear las líneas telefónicas y movimientos bancarios de los sospechosos, con el fin de ubicar a los cabecillas de la organización. Pese al estado de emergencia, la extorsión a transportistas sigue creciendo, lo que evidencia la limitada eficacia de las medidas adoptadas hasta el momento.

Paros de transportistas en medio de la inseguridad
El nuevo ataque ocurre a puertas del paro de transportes programado para este lunes 3 de noviembre en el Callao, una medida promovida por los gremios de conductores en protesta por la inseguridad y la falta de apoyo estatal. Para el martes 4, se ha anunciado una paralización de 24 horas en Lima Metropolitana, lo que podría afectar la movilidad en diversas rutas principales.
Durante la semana pasada, las manifestaciones en Ventanilla derivaron en enfrentamientos entre transportistas y la Policía. Varias vías fueron bloqueadas con neumáticos y vehículos, lo que generó caos vehicular y enfrentamientos con el uso de gases lacrimógenos. Ahora, con la tensión al límite, los empresarios exigen garantías para trabajar sin temor a ser víctimas de ataques o asesinatos.
Los líderes de los gremios, entre ellos Martín Ojeda y Martín Valeriano, han sido señalados por sus recientes aspiraciones políticas, lo que ha generado controversia sobre la motivación real de las protestas. Sin embargo, los trabajadores del sector coinciden en que el miedo por la ola de atentados y la extorsión es real y crece cada día.

Autoridades bajo presión ante la escalada de violencia
El atentado contra HRE Express refleja el avance del crimen organizado en el Callao, una región bajo estado de emergencia desde hace semanas. Aunque la presencia militar se ha intensificado, los ataques persisten y ponen en evidencia la falta de acciones preventivas.
Vecinos de la zona expresaron su indignación por la inseguridad constante y exigieron una respuesta inmediata de las autoridades. “No sirve que lleguen los militares después de los disparos. Queremos patrullaje constante”, comentó un residente de Ventanilla.
Fuentes del Ministerio del Interior indicaron que la investigación busca determinar si la banda “Los Malditos de Gambetta” mantiene conexiones con otras organizaciones delictivas que operan en el primer puerto. Por el momento, se reforzará la vigilancia en los puntos considerados de alto riesgo, mientras continúan las pesquisas para dar con los responsables.



