La hermana menor de Alejandra Baigorria expuso, mediante un video, los episodios de violencia que vivió y cómo logró romper el silencio después de años. Las declaraciones emocionaron al público y abrieron debate sobre las heridas familiares no resueltas.
Horas después, Alejandra respondió desde la cautela, pidiendo mantener esos temas en privado y asegurar que ella también atravesó momentos difíciles. “No todo debe contarse públicamente. Hay asuntos que se resuelven en casa”, expresó.
Thamara Medina y el relato que conmovió a las redes

Thamara Medina sorprendió al compartir en video un testimonio cargado de emoción, en el que relató cómo vivió una infancia marcada por la violencia y el miedo. Con voz pausada y tono reflexivo, explicó que no buscaba señalar a nadie, sino liberar un peso que había cargado durante años.
“Hoy quiero contar la historia de una niña que creció rodeada de gritos y silencios, en una casa donde el miedo era más constante que el amor”, narró. En el video, que rápidamente se volvió viral, aseguró que decidió hablar porque necesitaba sanar y no continuar repitiendo los patrones de dolor que la marcaron desde pequeña.
Thamara recordó episodios en los que el afecto se mezclaba con el maltrato y la indiferencia. “A veces había gestos de cariño, pero casi siempre estaban envueltos en el olor del alcohol o en la violencia”, dijo. En su carta visual, reflexionó sobre cómo aprendió a callar y disimular el dolor, creyendo que el amor podía doler y que el silencio era una forma de protección.
Con el paso de los años, explicó que esas experiencias moldearon su forma de relacionarse y que, en su adolescencia, repitió vínculos que le recordaban el dolor. “Creía que si me gritaban era porque yo no era suficiente”, confesó. Sin embargo, destacó que con el tiempo algo dentro de ella cambió. “Una fuerza me decía que tenía que romper la cadena. Que había otra manera de vivir”, afirmó.
Alejandra Baigorria pide discreción y unidad familiar

Horas después de la publicación del video, Alejandra Baigorria fue abordada por la prensa y expresó su posición con serenidad. La empresaria, conocida por su carácter fuerte en televisión, esta vez optó por la mesura. “No voy a opinar del tema porque creo que los asuntos familiares, sobre todo cuando involucran a personas que no pertenecen al medio, deben quedarse en casa”, señaló.
Sus declaraciones marcaron un intento por bajar el tono mediático a la situación. “Todos hemos pasado por momentos complicados. La diferencia está en cómo los enfrentamos. Hay cosas que no se deben decir públicamente, sino trabajar de manera personal o con ayuda profesional”, comentó.
Alejandra reconoció que también atravesó situaciones difíciles dentro del entorno familiar. “Yo he pasado cosas, y peores. Mis hermanos también. Todos tenemos historias que preferimos manejar en privado”, añadió. Según indicó, su principal preocupación es preservar la paz emocional y evitar que las diferencias personales se transformen en espectáculo mediático.
“Creo que lo más importante ahora es cuidar la salud mental de todos. Estos temas se tratan con psicólogos o dentro de casa, no en redes sociales. No quiero dañar a nadie”, concluyó la empresaria ante las cámaras.
El recuerdo de la infancia y el eco en la familia

En su video, Thamara también recordó el incidente ocurrido durante la boda de Alejandra, en abril de 2025, cuando protagonizó un enfrentamiento con su madre que fue grabado y ampliamente difundido. Aquella situación, explicó, fue el detonante para contar su verdad.
“Reaccioné con la furia de la niña que nunca fue escuchada. Nadie sabía lo que había detrás, cuántas veces había sido empujada o sacada de su casa”, expresó con voz temblorosa. Dijo que aquel episodio marcó un punto de quiebre: “Fue el momento en que entendí que debía hablar, no por venganza, sino por sanación”.
El video cerró con un mensaje esperanzador. “Hoy esa niña abraza a su yo del pasado. Le dice que ya pasó, que no fue su culpa, que sí merece amor”, afirmó. También se dirigió a su público: “Si tú te reconoces en estas palabras, no estás sola. Contar tu historia no es debilidad, es valentía”.
Mientras tanto, la madre de ambas, Verónica Alcalá, no ha brindado declaraciones. Sin embargo, el testimonio de Thamara ha generado una ola de apoyo en redes sociales, donde miles de usuarios destacaron su fortaleza al hablar sobre un tema sensible.
Pese a las diferencias expuestas, ambas hermanas parecen coincidir en algo: la necesidad de sanar. Thamara a través de la palabra; Alejandra, mediante la discreción y el silencio. En medio del ruido mediático, la familia Baigorria enfrenta nuevamente la mirada pública, entre la empatía del público y el deseo de cerrar heridas.



