Interceptan en Cusco encomienda con ocho cráneos humanos enviados desde Lima sin documentación ni autorización legal

La Policía y el Ministerio de Cultura investigan el origen y antigüedad de los restos, ante la sospecha de que pertenezcan a contextos arqueológicos

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La intervención ocurrió el 28
La intervención ocurrió el 28 de octubre en el distrito de Santiago (Cusco), en la empresa “Molina Cargo Express S.A.C.”, durante un control rutinario de encomiendas realizado por la División de Antidrogas (DIVANDRO). (Redes sociales)

Eran las 10:00 de la mañana cuando los agentes revisaban los paquetes acumulados en el almacén. Entre ellos, dos cajas de cartón llamaron su atención. Llevaban como destinatario a un hombre identificado como Diego Dueñas. Dentro, las autoridades encontraron ocho cráneos, cada uno envuelto en bolsas plásticas negras. Según las guías de transporte, el remitente figuraba como Roberto Alejandro García, con dirección de envío en la capital.

El hallazgo no solo sorprendió a los efectivos, sino que generó una inmediata coordinación con el Ministerio Público. Las primeras hipótesis apuntan a un presunto caso de tráfico de restos humanos, delito tipificado dentro de los atentados contra el Patrimonio Cultural de la Nación.

Intervención en flagrancia

Se encontraron ocho cráneos humanos,
Se encontraron ocho cráneos humanos, embalados en dos cajas de cartón, con destino a un ciudadano identificado como Diego Dueñas y remitente Roberto Alejandro García, desde Lima. (Composición: Infobae)

Menos de una hora después del hallazgo, el operativo dio un nuevo giro. A las 11:20 de la mañana, Diego Dueñas llegó al local para recoger las encomiendas. Los agentes ya lo esperaban. Según el informe policial, el sujeto fue intervenido y detenido en flagrancia delictiva. La Policía detalló que el procedimiento se desarrolló sin incidentes, bajo supervisión del fiscal de turno.

Los dos paquetes tenían características distintas: una caja beige contenía cinco cráneos, y otra blanca con letras azules guardaba tres. Ambas habían sido embaladas sin documentación legal que justificara su traslado. Las autoridades dispusieron su incautación y el inmediato traslado de las evidencias a la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco.

El Gabinete de Antropología Física de la Dirección Desconcentrada de Cultura asumió la evaluación de los restos. Su labor será determinar si se trata de piezas arqueológicas o de origen reciente. “Se están verificando las características morfológicas y el estado de conservación de los cráneos para establecer su antigüedad y procedencia”, indicaron fuentes vinculadas a la investigación.

El Ministerio Público abrió una carpeta fiscal por presunto delito contra el Patrimonio Cultural. De acuerdo con la normativa vigente, el traslado no autorizado de restos humanos pertenecientes a contextos arqueológicos constituye un delito que puede acarrear penas de prisión efectiva.

Los investigadores no descartan que el envío forme parte de una red que opera entre regiones, aprovechando los servicios de carga y encomiendas para movilizar materiales de valor histórico o científico. Este tipo de casos, según la Policía, ha sido detectado en distintas zonas del país, lo que refleja la permanencia de un mercado clandestino que se alimenta de la extracción y venta de bienes culturales.

Los restos fueron trasladados a
Los restos fueron trasladados a la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco, donde el Gabinete de Antropología Física determinará si son piezas arqueológicas o recientes.(Redes sociales)

Las autoridades han insistido en la importancia de la participación ciudadana en la protección del patrimonio. El Ministerio de Cultura habilitó canales de denuncia para que cualquier persona pueda reportar daños o situaciones de riesgo en bienes culturales.

  • atenciondedenuncias@cultura.gob.pe (para casos de bienes inmuebles)
  • recuperaciones@cultura.gob.pe (para casos de bienes muebles)

La Dirección de Recuperaciones, entidad adscrita a la Dirección General de Defensa del Patrimonio Cultural, enfatizó la necesidad de reforzar la vigilancia sobre los bienes culturales, especialmente ante el riesgo de tráfico ilícito. La colaboración con organismos internacionales ha permitido identificar mercados físicos y virtuales donde se comercializan piezas de origen dudoso.