
El sector energético de Perú atraviesa un período de marcada transformación, con el gas natural consolidado como el eje central de la matriz energética mientras crecen las fuentes renovables y persisten los desafíos en producción e infraestructura petrolera.
De acuerdo con el informe más reciente de Aggreko, Perú combina hidroelectricidad, gas natural y energías limpias en proporciones inéditas de los últimos 20 años, rumbo a objetivos de expansión renovable e incentivos para nuevas fuentes.
Aggreko: Perú avanza en energías renovables y moderniza su matriz energética
Durante el segundo semestre de 2024, según Aggreko, el gas natural aportó cerca del 40% de la oferta interna de energía del país, relegando el uso exclusivo de hidrocarburos que predominaba décadas atrás. Las fuentes renovables, tales como solar, eólica y bagazo, representaron cerca de 9% de la producción total, y la hidroelectricidad, apalancada en la geografía andina, generó casi la mitad de la electricidad nacional durante este año.
Esta estructura híbrida, que utiliza la hidroelectricidad como base y el gas como respaldo, sostiene a sectores como la minería, responsable de aproximadamente un tercio del consumo eléctrico de Perú.

Petroperú, empresa estatal, desempeñó un papel esencial al operar el Oleoducto Norperuano y la recién inaugurada Refinería de Talara, cuya capacidad se destina a reducir la dependencia de importaciones de petróleo ligero. No obstante, la producción nacional solo cubrió una cuarta parte de la demanda interna, por lo cual las importaciones siguen siendo necesarias.
El informe de Aggreko resalta que la refinería de Petrperú, puesta en marcha en 2023, integra tecnologías para producir diésel de bajo azufre, adecuándose a exigencias medioambientales de la región.
Hidroelectricidad genera casi la mitad de la electricidad en Perú
El bloque de Camisea permaneció como el activo estratégico más importante para el suministro de gas en Perú. Según el reporte, este proyecto suministró aproximadamente el 96% del gas natural nacional y abasteció el 70% del mercado de gas licuado de petróleo (GLP), considerado clave en la organización de la transición energética por su bajo nivel de emisiones y capacidad para responder al crecimiento de la demanda.
En cuanto al marco normativo, el gobierno peruano fijó metas para aumentar la incorporación de energías renovables no convencionales hasta el 20% de la generación, así como una reducción del 40% en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.
Por otra parte, Aggreko reportó que en 2025, el Congreso aprobó la Ley de Fomento del Hidrógeno Verde, la cual propone incentivos fiscales y mayor agilidad en las licencias para el desarrollo de proyectos en regiones con alto potencial solar y eólico, como Ica y Piura.

Gas natural se consolida como pilar energético en Perú, según Aggreko
El camino hacia estos compromisos involucra retos estructurales. Para cumplir las metas de neutralidad en carbono hacia 2035, el país requiere triplicar las inversiones anuales en generación renovable y cuadruplicar la capacidad de transmisión. Este proceso presiona el presupuesto público y motiva el debate sobre el grado de apertura al sector privado, mientras se discuten las regulaciones y tarifas energéticas.
Aggreko subraya que, aunque las condiciones naturales y la infraestructura favorecen una posición estratégica en Sudamérica, la estatal Petroperú finalizó el 2024 con pérdidas económicas y debió enfrentar complicaciones adicionales como el derrame de petróleo reciente en la Amazonía, hecho que llevó a declarar la emergencia ambiental. Estos incidentes aceleraron la discusión sobre la posible apertura del capital de Petroperú a inversores privados para fortalecer las inversiones y reducir el impacto fiscal.

Perú debe triplicar inversiones en renovables para alcanzar neutralidad de carbono
En línea con las proyecciones del Banco Mundial, Perú dispone de uno de los gases más competitivos de la región, lo que otorga flexibilidad y capacidad de respuesta durante la transición energética. El informe señala que Camisea es el pilar energético y fiscal del país por su capacidad de suministro firme y precios estables.
De cara a los próximos años, el sector se prepara para una mayor intervención del sector privado, combinada con la adopción de tecnologías para mejorar la eficiencia en el consumo, automatización, monitoreo remoto y control de la demanda.
Aggreko concluye que el futuro del sector energético peruano depende de una infraestructura adaptable y de alianzas con actores regionales capaces de responder ante escenarios de inestabilidad y transformación acelerada del mercado.



