El modelo Flywheel: cómo los negocios digitales de 2025 logran hacer más con menos

Las organizaciones que diseñan su propio “sistema nervioso digital”—capaz de conectar datos, IA y talento en tiempo real— multiplican su capacidad de adaptación

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Para Guillermo, "las redes son
Para Guillermo, "las redes son como una forma de comercio exterior digital. La marca personal también es un producto: somos exportables" (Imagen: Shutterstock)

Los negocios digitales se apoyaron en un modelo lineal durante dos décadas: atraer, convertir y retener. Pero ese paradigma ya quedó corto frente a un consumidor hiperconectado, un ecosistema saturado de datos y una competencia que se reinventa cada trimestre. En 2025, el crecimiento sostenible no se impulsa con embudos, sino con volantes—flywheels— capaces de generar tracción continua a partir de cada interacción.

En palabras simples: un flywheel transforma a cada cliente satisfecho en un nuevo punto de energía para el negocio. Y esa energía, cuando se combina con inteligencia artificial y datos soberanos, se multiplica.

El embudo fue el símbolo de la era del marketing digital 1.0: lineal, costoso y dependiente de campañas externas. El flywheel, en cambio, representa la era de la eficiencia aumentada. No se trata solo de vender más, sino de aprender más rápido, de crear sistemas donde cada experiencia alimenta la siguiente.

Este cambio no es solo de forma, sino de fondo. El embudo medía eficiencia transaccional; el flywheel mide inteligencia colectiva. Cada punto de contacto —una compra, una reseña, una devolución— deja una huella que puede transformarse en conocimiento accionable si la organización aprende a gobernar sus datos. Esa es la diferencia entre tener información y tener criterio: convertir la experiencia en energía que retroalimenta al negocio.

Amazon lo entendió hace años: más vendedores generan más variedad; más variedad atrae más clientes; más clientes mejoran la data; y esa data optimiza la logística, que a su vez mejora la experiencia. Es un círculo virtuoso. Pero hoy, con la llegada de la inteligencia artificial generativa y los agentes autónomos, ese círculo se acelera a velocidades sin precedentes.

Un reciente informe de Gartner (2024) señala que las empresas que integran IA en sus modelos operativos logran aumentar su productividad entre 25 % y 40 %, al eliminar tareas repetitivas y permitir que sus equipos se concentren en la innovación. Mientras tanto, McKinsey advierte que la adopción de IA generativa y predictiva puede incrementar los ingresos hasta un 15 % y reducir costos en áreas críticas como atención al cliente, merchandising y supply chain.

En esta nueva economía, la ventaja no se mide por tamaño, sino por velocidad de aprendizaje. Las organizaciones que diseñan su propio “sistema nervioso digital”—capaz de conectar datos, IA y talento en tiempo real— multiplican su capacidad de adaptación. El desafío no es implementar herramientas, sino construir una arquitectura viva que aprenda del cliente más rápido que la competencia.

Tres motores del flywheel digital

Datos con criterio: El dato por el dato ya no alcanza. La ventaja está en quién tiene la soberanía sobre su información y puede transformarla en decisiones accionables. El 41 % de las organizaciones está recién desarrollando una estrategia de IA, y más de la mitad reconoce que la falta de gobierno de datos es el principal obstáculo para crear valor (AI Trends 2025 Report). En otras palabras, el flywheel no gira si la base de datos no está limpia ni gobernada.

Experiencias aumentadas: Los líderes del comercio digital combinarán IA generativa con IA predictiva para ofrecer experiencias proactivas, capaces de anticipar necesidades, no solo responderlas (el retail trends watch 2025 de eMarketer). Ya no deben poner su atención solo en personalizar una campaña, sino también en predecir el comportamiento antes de que ocurra.

Cultura de reinvención: En los negocios digitales, la ventaja no es tener tecnología, sino saber cómo integrarla sin fricción. Las organizaciones que adoptan un enfoque buy over build—comprar soluciones probadas en lugar de construir desde cero— avanzan más rápido. Lo demuestran casos como JPMorgan Chase, que ya opera con más de 400 casos de uso de IA y reporta un impacto anual de entre 1.000 y 1.500 millones de dólares en valor generado.

Flywheel + IA: el nuevo músculo del ecosistema

Si el flywheel es el corazón, la inteligencia artificial es el músculo que lo impulsa. Los agentes de IA—autónomos, adaptativos y capaces de ejecutar tareas complejas sin intervención humana— ya están transformando la productividad en sectores como retail, banca y servicios.

Casos como el del “Artista Virtual” de Sephora demuestran que un solo agente bien diseñado puede gestionar el 72 % de las consultas rutinarias y aumentar 25 % las conversiones, liberando talento humano para tareas de mayor valor. En este contexto, el flywheel digital no solo retiene energía: la amplifica con cada interacción inteligente.

De la eficiencia a la rentabilidad sostenible

En nuestra región, el desafío sigue siendo conectar ecosistemas fragmentados. Las MiPymes que logren integrar datos, IA y cultura de aprendizaje continuo podrán escalar con eficiencia: “hacer más con menos” ya no es una frase, es una estrategia.

Por eso hablamos de un nuevo liderazgo: el liderazgo que orquesta, que entiende que los dedos de una mano —empresas, instituciones, talento, tecnología y consumidores— hacen más fuerte el puño que impulsa al ecosistema.

El modelo flywheel no es una moda: es la arquitectura del crecimiento exponencial. Cada giro acumula aprendizaje, confianza y rentabilidad. Y en un entorno donde la atención es el recurso más escaso, los negocios que logren mantener ese ciclo virtuoso—basado en propósito, datos y tecnología con criterio— serán los que definan la próxima década del comercio digital iberoamericano.

En Perú, el comercio electrónico ya supera los 15.000 millones de dólares anuales (CAPECE, 2025) y sigue creciendo a doble dígito. Pero el verdadero salto vendrá cuando más empresas locales adopten modelos flywheel, integrando inteligencia artificial y datos soberanos para competir de igual a igual con los gigantes regionales.

Como ya mencioné en el último el eCommerceDAY Perú 2025: “El futuro no se conquista con velocidad, sino con propósito amplificado por inteligencia artificial. Los que aprendan a gobernar sus datos con criterio—y no solo a acumularlos— serán los que transformen cada clic en confianza y cada interacción en valor.”

El ecosistema peruano tiene la oportunidad de dar un salto cualitativo: pasar de plataformas aisladas a un modelo colaborativo donde retailers, fintechs, operadores logísticos y startups compartan datos con propósito común. Cuando la confianza se convierte en infraestructura, el flywheel no solo impulsa ventas, sino también inclusión, competitividad y sostenibilidad.

El próximo paso es pasar del crecimiento táctico al crecimiento exponencial: hacer girar su propio flywheel digital, con propósito, datos y colaboración entre sectores.