La historia de Carlos Alberto Vázquez Ávalos, más conocido como Chino Verde, expone la operación de una organización criminal que infiltró a policías y sometió a decenas de empresarios en Trujillo, al norte del Perú, según detalló Cuarto Poder en una investigación reciente.
Este hombre, con vida pública de empresario y protagonista en fiestas y celebraciones, era en realidad el rostro visible de los Letales del Norte Nueva Generación, una red dedicada a la extorsión, el sicariato y la usurpación de terrenos que, de acuerdo con los reportes, tejió alianzas con agentes policiales en actividad.
De acuerdo con la información recogida por el dominical, Chino Verde se presentaba como una figura intocable entre orquestas, celebraciones y una exposición constante en redes sociales.

Sin embargo, la Policía Nacional lo identificó como una pieza clave en una estructura que habría controlado la extorsión y el cobro de cupos en el norte del país.
En enero de este año, fue detenido, pero cinco días después recuperó su libertad ante “la falta de pruebas”, lo que, según se precisó en el informe de Cuarto Poder, profundizó la percepción de impunidad.
Maquinaria criminal
La organización Letales del Norte Nueva Generación se consolidó como una maquinaria criminal alimentada por la intimidación y la violencia.

Cuarto Poder informó que esta red llegaba a recaudar más de seis millones de soles al mes gracias a la extorsión sistemática contra empresarios, comerciantes y transportistas, quienes debían entregar dinero a cambio de seguridad o su propia vida.
El extracto de un audio de uno de los integrantes de la banda, que se expuso en el reportaje, lo ilustra: “El primer familiar tuyo que se me bote, le voy a partir el pecho a balazos”.
Detrás del funcionamiento de la banda, según documentó el dominical, operaban también efectivos policiales especializados en investigación criminal en Trujillo, precisamente aquellos grupos dedicados a combatir el delito que desangra la ciudad.

Cercanía con malos agentes
El suboficial de la PNP Óscar Paredes Crispín fue grabado impartiendo clases de uso de armas a familiares de los cabecillas, y las investigaciones establecieron que su vínculo iba más allá del profesionalismo: el agente era cuñado de uno de los principales líderes de la organización, Celso Moreno Cabrera, alias Gringo Celso o Doctor.
Los reportes señalan que Paredes Crispín habría filtrado información de víctimas y operativos a los criminales, colaborando activamente en el seguimiento y accionar delictivo de Los Letales del Norte.
A él se sumó el suboficial en actividad Daniel Reyes Morales, detective de la División de Investigación Criminal de Virú, quien proporcionaba datos clave sobre las acciones de la policía.

Ambos agentes fueron finalmente identificados y detenidos durante una operación que involucró a más de cuatrocientos policías y veinte fiscales anticrimen, según el reportaje de Cuarto Poder.
Cúspide de la estructura
En la cúspide de la estructura se mantenía Celso Moreno Cabrera, quien dirigía la organización desde la clandestinidad, fugado y con una condena pendiente de 30 años por extorsión y crimen organizado. Sobre él pesa una recompensa de treinta mil soles para quien aporte información que conduzca a su captura.
Los delitos perpetrados por Los Letales del Norte quedaron registrados en videos, donde exhibían armas largas y mensajes intimidatorios dirigidos a comerciantes y transportistas.

Una de las grabaciones recogidas por Cuarto Poder contenía la amenaza: “Los balazos que lo acabo de meter a la unidad de la empresa Gran Chimú es una pequeña demostración para que se pongan en línea”.
El restobar
La investigación también develó el uso de un restobar en el distrito de El Porvenir como centro de operaciones, cuya fachada legal no impedía que en su interior se planificaran extorsiones, asesinatos y usurpaciones de terreno.
La pareja sentimental de Chino Verde, Claudia Segura Felipe, figuraba en viajes a varios países —Paraguay, Chile, Panamá, Estados Unidos, España y Egipto—, registrando un tren de vida incompatible con sus ingresos declarados.

Las autoridades sostienen que estos desplazamientos y ostentaciones habrían sido financiados con dinero proveniente de la extorsión.
13 homicidios
A Los Letales del Norte se les atribuyen al menos trece homicidios, según confirmaron voceros policiales citados por Cuarto Poder.
La mayoría de las víctimas eran personas que se resistían al pago de cupos o entorpecían la usurpación de terrenos. La banda también empleaba stickers diferenciadores para identificar a quienes ya habían pagado, y en una fase de expansión fusionó esa modalidad con la utilizada por otra organización criminal: Los Pulpos.

La operación de captura, que se extendió durante dos años y fue supervisada por la División de Investigaciones Especiales de la Policía y la Fiscalía contra el Crimen Organizado, finalizó con la detención de dieciocho personas, incluidos los dos suboficiales comprometidos.
La intervención, desarrollada en la región La Libertad, representa la tercera vez en que se desarticula formalmente a Los Letales del Norte, según información de Cuarto Poder. No obstante, las autoridades reconocen que la organización tiende a recomponerse e intentar retomar el control de las actividades ilícitas en la zona.