
Cada año, miles de peregrinos se trasladan a Ayabaca, en Piura, para rendir homenaje al morenito de las alturas, conocido también como el Señor Cautivo. Esta fiesta religiosa, reconocida como una de las más importantes de Sudamérica, congrega a fieles que recorren largas distancias cargando promesas y penitencias. En un diálogo exclusivo con Infobae Perú, el periodista e investigador Gerardo Cabrera detalló los elementos que hacen de esta peregrinación un fenómeno único: “Es impresionante ver cómo la fe mueve a miles de personas, incluso atravesando condiciones extremas y terrenos difíciles”, señaló.
Cabrera, quien documentó la ruta y la experiencia de los fieles en su libro La ruta de los cautivos, destacó que los sacrificios físicos forman parte esencial del ritual. “Muchos caminan más de 30 horas seguidas, sin descanso, llevando ofrendas o cargando cadenas en señal de penitencia. Es un acto de fe que no muchos comprenden desde fuera”, agregó.
Más allá de la resistencia física, el periodista indicó que la festividad es un espacio de encuentro comunitario donde la devoción se combina con la solidaridad: los peregrinos se ayudan entre sí, comparten alimentos y cuidándose unos a otros en el camino. “Hay una especie de fraternidad espontánea que se genera. No importa la procedencia de cada uno, todos caminan con el mismo propósito: cumplir su promesa”, explicó.
Los primeros pasos de una investigación

Gerardo Cabrera relató a Infobae Perú que su interés por la peregrinación al “morenito de las alturas” comenzó en su infancia, cuando su abuelo lo llevó por primera vez a Ayabaca. “Recuerdo la emoción y la devoción de la gente; fue un momento que quedó grabado en mi memoria y que marcó mi vínculo con esta tradición”, comentó el periodista.
Ya como joven periodista en el diario El Tiempo, Cabrera decidió que escribiría el primer libro de investigación dedicado a esta festividad. Su objetivo era registrar no solo las manifestaciones de fe, sino también los aspectos históricos, culturales y sociales que rodean la peregrinación. “Desde mis primeros reportajes entendí que había un mundo de relatos que no se documentaba; quería contar la historia completa, desde sus raíces hasta los desafíos actuales”, explicó.
<i>‘La ruta de los cautivos’</i>: un registro del fervor popular
En La ruta de los cautivos, Gerardo Cabrera documenta con rigor los orígenes y la evolución de la devoción al Señor Cautivo de Ayabaca, que se consolidó en la sierra norteña como una de las festividades religiosas más importantes del norte de Perú. Durante la entrevista, Cabrera explicó que el libro nació como una manera de registrar “historias que normalmente no se registran, relatos de sacrificio, de promesas cumplidas y de milagros atribuidos al morenito de Ayabaca”.

El periodista destaca que la obra también examina la riqueza cultural que rodea la peregrinación: danzas, música y tradiciones locales se mezclan con la fe, ofreciendo un panorama de la identidad piurana que se transmite de generación en generación. Cabrera enfatiza que el libro aborda aspectos muchas veces ignorados por la prensa: la diversidad de los participantes —desde niños hasta adultos mayores—, cada uno con motivaciones distintas que van desde agradecer favores recibidos hasta pedir por la salud de un familiar o por trabajo. “No es solo caminar o rezar, es vivir y preservar un legado que forma parte de la historia de la región”, explicó.
Además, La ruta de los cautivos analiza la transformación de la peregrinación a lo largo del tiempo, incluyendo cómo ciertos mitos se han caído y cómo el evento genera un impacto social y económico notable. Cabrera señala que la festividad atrae turismo, dinamiza la economía local y, al mismo tiempo, enfrenta retos como la contaminación y la logística para albergar a miles de peregrinos. Entre sus páginas, el lector encontrará también los riesgos físicos que enfrentan los fieles, las horas de caminata, las promesas cumplidas y los testimonios de milagros, elementos que reflejan la devoción y la fe que movilizan a la comunidad.
Riesgos y desafíos de la peregrinación
Además de la devoción, la peregrinación conlleva riesgos significativos. Cabrera narró episodios de agotamiento extremo, accidentes menores y condiciones climáticas adversas que los peregrinos enfrentan en su recorrido. “Es común ver a personas que se desmayan por el ejercicio físico o que sufren lesiones en el camino. La preparación física y la resistencia emocional son cruciales para llegar hasta el santuario”, explicó.
El investigador resaltó que, más allá del esfuerzo físico, el componente espiritual impulsa a los peregrinos a superar cualquier obstáculo. Según su observación, la experiencia se convierte en un acto de transformación personal, donde la fe y la promesa cumplen un papel central: “Cuando alguien cumple su peregrinación, no solo honra una tradición, sino que también experimenta un crecimiento interior. Es un compromiso que trasciende lo físico”.
Cabrera detalló que los riesgos aumentan por la geografía accidentada de Ayabaca y la duración de la caminata. “Hay tramos de montaña donde el camino es resbaladizo o rocoso. Muchos peregrinos caminan de noche y enfrentan temperaturas extremas. Todo esto exige preparación y confianza en la comunidad que los acompaña”, señaló.
Impacto social y cultural

La festividad del Señor Cautivo de Ayabaca no solo tiene un alcance religioso, sino también cultural y económico. Cabrera explicó que la congregación de miles de fieles genera un movimiento que beneficia a comerciantes locales y fortalece la identidad regional. “Cada año, la ciudad se prepara para recibir a cientos de peregrinos. Los efectos se sienten en el comercio, la gastronomía y en la promoción del turismo religioso”, aseguró.
El periodista insistió en que el morenito representa un símbolo de esperanza y unidad para la región. “Es fascinante ver cómo, en medio de la adversidad, la fe congrega a personas de distintos lugares y clases sociales. Todos comparten un objetivo común: cumplir con su promesa y rendir tributo al Señor Cautivo”, concluyó Cabrera.
Cabrera añadió que documentar estas vivencias también sirve como registro histórico y cultural. “Es importante dejar constancia de cómo la devoción transforma la vida de las personas, cómo la tradición se mantiene viva y cómo el morenito se convierte en un referente espiritual y social para toda la región”, dijo.
Testimonios y memorias registradas
Parte del valor de La ruta de los cautivos radica en los testimonios que Cabrera recopiló. Historias de peregrinos que arriesgan su integridad física, de familias enteras que se trasladan por tradición y de milagros que refuerzan la devoción, forman un archivo que preserva la memoria de la festividad. “Quise mostrar tanto la dimensión humana como la espiritual de esta ruta. No es solo caminar o rezar, es vivir una experiencia que transforma”, afirmó durante la entrevista.
El registro del periodista ofrece un retrato completo de la peregrinación, capturando la mezcla de fe, sacrificio y emoción que caracteriza a los seguidores del Señor Cautivo de Ayabaca. La obra, según Cabrera, busca que los lectores comprendan el significado profundo de cada paso que dan los peregrinos: “Cada caminata, cada promesa, cada gesto de devoción tiene un valor incalculable. Eso es lo que quise reflejar en el libro”.
El libro está disponible en Librería de Lima (Jr. Cailloma 843 – Centro Histórico, detrás de la Plaza San Martín), y en Casa Tomada (Av. Petit Thouars 3506 – San Isidro).