
Cada octubre, Ayabaca, en la sierra piurana, se convierte en epicentro de una de las manifestaciones religiosas más concurridas del norte del país. Devotos de diversas regiones del Perú, así como visitantes de países vecinos, llegan para venerar la imagen del Señor Cautivo y cumplir promesas de fe. La celebración atrae a miles de personas que participan de la procesión, las misas y otras actividades religiosas que muestran la devoción por Cristo Moreno.
La festividad también tiene un impacto económico importante, pues la llegada de peregrinos dinamiza comercios locales y servicios turísticos. Se estima que para 2025 más de 10 mil personas asistirán a la provincia de Ayabaca, generando ingresos superiores a los 10 millones de soles. Esta combinación de fervor religioso y actividad económica convierte a la fiesta en uno de los eventos más significativos de la región Piura.
Señor Cautivo de Ayabaca 2025: cuándo y cómo se celebra

La festividad se desarrolla del 1 al 15 de octubre, con énfasis en los días 13 y 14, cuando se realizan la procesión central y la misa solemne. La imagen del Señor Cautivo, ubicada en la iglesia Nuestra Señora del Pilar frente a la plaza de armas, es llevada por las calles de la ciudad mientras los fieles acompañan la imagen con cánticos y oraciones. Muchos peregrinos recorren largas distancias a pie, incluso de rodillas, como muestra de devoción profunda.
Durante estos días, se llevan a cabo novenas y actividades de preparación espiritual que permiten a los creyentes reforzar su fe antes de los actos principales. Los ornamentos y hábitos de los fieles muestran predominancia del color morado, símbolo de penitencia y devoción, similar a otras celebraciones religiosas tradicionales del país.
Historia y leyenda detrás del Señor Cautivo

La escultura del Señor Cautivo fue encargada en 1751 por el párroco García Guerrero, quien solicitó a artesanos ecuatorianos su elaboración. La leyenda cuenta que los artesanos desaparecieron misteriosamente tras terminar la obra, lo que fortaleció la creencia de que la imagen fue tallada por ángeles. Desde entonces, la imagen ha sido objeto de veneración y considerada un símbolo de identidad y fe para los ayabaquinos y los habitantes de la región Piura.
El reconocimiento cultural se ha consolidado a lo largo de los años. En 2013, el Ministerio de Cultura declaró la festividad como Patrimonio Cultural de la Nación por su convocatoria masiva y su relevancia como manifestación religiosa y social. Además, el 13 de octubre es feriado regional en Piura, permitiendo a los fieles y visitantes participar plenamente en los actos de la celebración.
Devoción y participación de los peregrinos
Miles de fieles recorren caminos de la sierra para participar en la festividad, provenientes de lugares como La Libertad, Lambayeque, Tumbes, e incluso de Ecuador, Chile y Bolivia. La procesión central se convierte en un espectáculo de fe, con cánticos, oraciones y la participación activa de la comunidad local. Los peregrinos acompañan la imagen del Señor Cautivo desde la iglesia hasta las principales calles de Ayabaca, reforzando la tradición y la identidad cultural de la región.

El fervor se expresa también en la preparación espiritual, con misas y novenas previas a los días centrales. Estas ceremonias constituyen el núcleo de la festividad, generando un ambiente de recogimiento y devoción que se mantiene a lo largo de la celebración.
Impacto cultural, turístico y económico
La festividad no solo es religiosa, sino que también moviliza la economía local. Se instalan ferias, puestos de comida y actividades culturales que atraen visitantes y fortalecen el comercio de la región. Para 2025, se espera que los ingresos generados superen los 10 millones de soles, según la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo de Piura.
Además, la festividad funciona como un referente cultural que refuerza la identidad del pueblo ayabaquino y de la región Piura. La combinación de tradición, fe y dinamismo económico convierte al Señor Cautivo de Ayabaca en uno de los eventos más importantes del calendario religioso y turístico del norte del país.