
La ciudad de Eten, en la región peruana de Lambayeque, se prepara para recibir la construcción del ansiado Santuario Divino Niño del Milagro Eucarístico, después de que una sentencia emitida por el Quinto Juzgado Especializado Civil de Chiclayo eliminara la principal traba legal. La sentencia N° 096-2025 (Resolución N° 33 del 5 de septiembre de 2025) declaró infundada la demanda sobre la propiedad del terreno destinado, ratificando su cesión al Obispado de Chiclayo y allanando el camino para obras largamente esperadas. Este avance representa el cumplimiento del sueño promovido durante años por el Papa León XIV, quien mostró un decidido apoyo para que Eten se transforme en la primera “Ciudad Eucarística” del Perú.
El fallo que cambia el destino de Eten
La disputa legal sobre el terreno clave había retrasado durante años el inicio del santuario. El expediente N° 02336-2021, ahora resuelto, establece una base sólida para la edificación sobre un predio de once hectáreas. Según la resolución, el juzgado confirmó que el predio pertenece al Obispado de Chiclayo, confirmando la validez de la cesión de uso otorgada para fines religiosos y de beneficio social.
“Esta decisión judicial devuelve la esperanza a todos los fieles y a la población de la región”, quedó expuesto en los fundamentos leídos durante la audiencia. La sentencia no solo consagra la titularidad del predio, sino que garantiza la seguridad jurídica para desarrollar el proyecto que ha cobrado relevancia regional y nacional.
El milagro eucarístico de 1649: fe y tradición
El proyecto rinde homenaje al único Milagro Eucarístico reconocido en Perú, fechado en 1649. Fuentes eclesiásticas y documentos históricos destacan que, durante una exposición del Santísimo Sacramento, se hizo visible el rostro del Niño Jesús sobre la hostia consagrada, junto a tres corazones que evocan la Santísima Trinidad. Ese acontecimiento, conservado durante más de tres siglos, ha convertido a Eten en centro de devoción y peregrinación.
El impulso para elevar este santuario provino, de manera decisiva, de Robert Prevost, anterior obispo local y figura relevante en el proceso de reconocimiento del milagro ante el Vaticano. Prevost gestionó la adquisición de las once hectáreas y dejó establecidas las bases para un complejo destinado a recibir a millones de peregrinos, albergar una basílica y proyectar la construcción de un hospital.
El sueño de León XIV, elegido tras un proceso inédito
El Papa León XIV encaró su pontificado con una mirada especial dirigida hacia América Latina, y particularmente hacia Perú. En su elección, celebrada luego de un cónclave extenso donde primó el consenso, su designación fue recibida con expresiones de alegría por grupos religiosos y civiles peruanos. Sectores de la sociedad interpretaron su acceso al papado como una muestra de reconocimiento a la diversidad católica latinoamericana.
Durante sus primeras intervenciones, León XIV expresó públicamente su deseo de ver a Eten reconocida como “Ciudad Eucarística”, subrayando la trascendencia del milagro ocurrido allí en 1649. El papa alentó al Obispado de Chiclayo a perseverar en el proyecto, transmitiendo su apoyo frente a los obstáculos legales y promoviendo la realización del santuario.
Impacto local y próxima etapa
La comunidad de Ciudad Eten mantiene una de las devociones religiosas más arraigadas del país y ve en este proyecto la posibilidad de consolidarse como polo nacional e internacional de peregrinación. Con la reciente sentencia, el inicio de las obras es inminente y la ciudad se encamina a recibir miles de visitantes. El santuario se concibe como elemento dinamizador no solo de la fe, sino del turismo y el desarrollo social de Lambayeque.
La culminación de esta etapa legal marca el avance más concreto para un proyecto que ha atravesado años de disputas y espera. Así, el legado impulsado por León XIV y sostenido por líderes religiosos peruanos toma forma de realidad, transformando la fe histórica de Eten en un referente vivo para futuras generaciones.