El distrito de Breña amaneció sacudido por un crimen que ha conmocionado a todo Lima. La Policía Nacional del Perú (PNP) halló el cuerpo sin vida de Alexander Valverde Laines, de 42 años, oculto en la maletera de su propio vehículo tras varios días de desaparición. La autora confesa del hecho es su esposa, Keillys Aguilera Meneses, una ciudadana venezolana que admitió haberle quitado la vida y convivido con el cadáver durante casi una semana antes de intentar deshacerse de él.
Según fuentes policiales, Aguilera durmió seis noches junto al cuerpo escondido bajo su cama, en la misma habitación donde permanecían sus hijos. Durante ese tiempo, trató de ocultar el crimen ante familiares y vecinos, llegando incluso a celebrar el cumpleaños de su hijo menor mientras el cadáver reposaba en el interior del automóvil estacionado frente a su vivienda, en la cuadra 9 del jirón Huaraz. La historia salió a la luz cuando los residentes alertaron a las autoridades por el fuerte olor que emanaba del vehículo abandonado.
Una discusión violenta y un crimen planificado

La noche del 21 de septiembre, una acalorada discusión marcó el inicio de la tragedia. De acuerdo con su testimonio ante la PNP, Keillys Aguilera relató que su esposo reaccionó con insultos tras enterarse de un diagnóstico médico suyo. “Yo no quiero a una enferma a mi lado”, habría sido una de las frases que la desató. Cansada de los maltratos, decidió ponerle somníferos en la bebida y, una vez que Valverde quedó inconsciente, lo asfixió hasta causarle la muerte.
Horas después del crimen, la mujer arrastró el cuerpo hasta el suelo y lo escondió debajo de su cama. Allí permaneció durante seis días, mientras dormía en la misma habitación junto a sus hijos. El olor nauseabundo comenzó a invadir la casa, por lo que Aguilera decidió envolver el cuerpo en una sábana y trasladarlo hasta la maletera del auto de la víctima, un vehículo que dejó estacionado en una calle cercana.
En su declaración, Aguilera admitió que intentó mantener la apariencia de normalidad ante la familia de su esposo. Incluso, cuando la madre de Alexander preguntó por él, respondió que “se había ido de viaje” y que pronto regresaría. También mintió sobre el paradero del vehículo, asegurando que lo había llevado a un taller mecánico. Su intención, dijo, era evitar que descubrieran lo que había hecho.
El Ministerio Público confirmó que el caso es investigado por el presunto delito de parricidio, mientras la Primera Fiscalía Penal Corporativa de Lima Centro dispuso su detención preliminar judicial para continuar con las diligencias y la recolección de pruebas.
Vecinos alertaron a la policía por el olor del vehículo

El 2 de octubre, el macabro secreto quedó al descubierto. Vecinos del jirón Huaraz alertaron a las autoridades por un olor insoportable que provenía de un auto estacionado durante varios días. Agentes de la comisaría de Breña acudieron al lugar, rastrearon la placa y llegaron hasta el domicilio de Aguilera Meneses, quien los recibió con visible nerviosismo.
Al ser interrogada, la mujer insistió en que su esposo se encontraba fuera de la ciudad. Sin embargo, su actitud levantó sospechas. A pedido de los policías, abrió la maletera del vehículo y comenzó a llorar desconsoladamente, reconociendo en ese instante que había asesinado a su pareja.
El hallazgo del cuerpo generó conmoción en todo el vecindario. Testigos afirmaron que la relación entre Keillys y Alexander era violenta, con peleas frecuentes y denuncias previas por agresión. “Se escuchaban gritos casi todas las noches”, dijo uno de los residentes. Otros indicaron que la policía había intervenido en más de una ocasión por episodios de violencia doméstica dentro de la vivienda.
La Fiscalía y la PNP no descartan la participación de posibles cómplices, ya que el traslado del cadáver habría requerido ayuda. Las cámaras de seguridad de la zona son ahora una pieza clave para determinar si alguien más intervino en el ocultamiento del cuerpo. Mientras tanto, los menores de edad de la pareja quedaron bajo la supervisión del Inabif, en espera de medidas de protección.
La investigación continúa abierta. Keillys Aguilera Meneses permanece detenida y enfrenta cargos por parricidio agravado, un delito que podría llevarla a cadena perpetua si la justicia confirma su responsabilidad total en el crimen. Las autoridades también indagan otros hechos violentos dentro de la familia Valverde, incluyendo la reciente desaparición de una cuñada vinculada al entorno del caso, lo que podría abrir nuevas líneas de investigación.