
En la frontera sur del Perú, los anuncios recientes de las cancillerías de Perú, Chile y Bolivia abren un nuevo capítulo en la dinámica de integración regional. El tránsito en los límites geográficos de Tacna con Arica y de Tacna con La Paz ha sido objeto de largas jornadas de diálogo diplomático, y ahora se traduce en medidas concretas que buscan transformar la movilidad de miles de personas que cruzan diariamente esos pasos.
El encuentro realizado en Lima, durante la Reunión de Medio Término del Comité de Integración y Desarrollo Fronterizo (CIDF) Perú–Chile, colocó sobre la mesa una decisión esperada: desde 2025 se pondrá en marcha la fase inicial del Sistema Migratorio de Control Simplificado en el Complejo Santa Rosa–Chacalluta. Este mecanismo apunta a agilizar trámites migratorios, reducir colas y ofrecer mayor seguridad en la frontera más activa de Sudamérica.
Los equipos diplomáticos de ambos países insistieron en que se trata de una medida pensada para las personas. El director de Desarrollo e Integración Fronteriza de la Cancillería peruana resaltó que “el tránsito más rápido y seguro beneficiará directamente a ciudadanos, comerciantes y transportistas que usan este corredor todos los días”. Su par chileno, el director de Fronteras, coincidió en que el esfuerzo responde a un pedido constante de la población fronteriza.
De manera paralela, un segundo acuerdo con Bolivia abre otra ruta de integración. En Bogotá, durante la XXXI Reunión del Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores, se confirmó la habilitación permanente del paso fronterizo Collpa (Tacna)–Thola Kollo (La Paz). El entendimiento fue alcanzado entre el viceministro peruano Félix Denegri Boza y la ministra boliviana Celinda Sosa. La nueva ruta se proyecta como una vía clave para el comercio, el turismo y el tránsito seguro de personas y mercancías.
Control simplificado en Tacna–Arica

El sistema acordado entre Perú y Chile entrará en operación en una fase de prueba a partir de 2025. El objetivo es que el registro de ingreso y salida sea más rápido gracias a un procedimiento coordinado por ambas autoridades migratorias. Esta marcha blanca busca medir el impacto real en la frontera Santa Rosa–Chacalluta, paso por el que circulan miles de personas cada día entre Tacna y Arica.
Durante la reunión del CIDF se revisaron compromisos pendientes desde la última cita binacional realizada en abril en Arica. Las autoridades confirmaron que los equipos de trabajo mantienen como prioridad la implementación de medidas que generen un efecto inmediato en la vida de los ciudadanos. “La idea es reducir los tiempos de espera, pero también garantizar un tránsito ordenado”, señaló una fuente oficial de la Cancillería.
El CIDF, que en 2025 cumple 25 años de actividad, será además el espacio desde donde se articularán las reuniones con los gobiernos regionales de Moquegua, Tacna, Arica y Parinacota, y Tarapacá. Estos encuentros permitirán que las regiones tengan un rol más activo y aprovechen las oportunidades que genera la integración fronteriza.
Una frontera con Bolivia más conectada

El entendimiento con Bolivia apunta a consolidar el corredor Collpa–Thola Kollo como una vía permanente de conexión entre Tacna y La Paz. La Cancillería peruana destacó la importancia de la decisión, señalando que “para Tacna, se trata de una ruta que facilitará el acceso de sus productos a mercados bolivianos, mientras que para Bolivia representa una salida competitiva al Pacífico a través de los puertos peruanos, como el de Chancay e Ilo”.
El proyecto se enlaza con el asfaltado de la carretera Tacna–Collpa–La Paz, que permitirá un transporte más eficiente. Esta vía no solo acorta distancias, sino que fortalece la relación comercial y abre alternativas para productores de ambos países.
Según fuentes diplomáticas, el paso fronterizo permanente permitirá mayor flujo de mercancías y personas, dinamizando la economía de la región sur del Perú y ofreciendo a Bolivia una conexión estratégica hacia el océano.
Con estas decisiones, la geografía fronteriza del sur peruano se redefine en términos de movilidad y cooperación. El CIDF sigue siendo el espacio binacional donde se acuerdan medidas concretas que impactan en la vida cotidiana de los ciudadanos, mientras que el entendimiento con Bolivia suma una alternativa de integración con potencial económico y social.