
El Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), sede Ucayali, ha iniciado estudios pioneros para la reproducción artificial de la palometa (Mylossoma albiscopum), especie de gran valor en la región amazónica. Este proyecto busca asegurar la disponibilidad de este recurso para las familias locales y ofrecer a los piscicultores alternativas de producción sostenibles que reduzcan la presión sobre las poblaciones silvestres.
La palometa, ampliamente consumida en la Amazonía peruana, enfrenta amenazas por la pesca excesiva y otros impactos de la actividad humana. Los investigadores del IIAP señalan que garantizar su reproducción en cautiverio permitirá proteger el ecosistema acuático, al tiempo que fomenta la seguridad alimentaria de miles de hogares amazónicos.

Métodos innovadores para la reproducción
El proyecto combina el uso de inductores hormonales con dietas enriquecidas en vitaminas que estimulan la maduración gonadal de los peces. Esta metodología permite aumentar la eficiencia reproductiva y preparar a la palometa para adaptarse a distintos sistemas de cultivo, garantizando su supervivencia y crecimiento saludable.
El monitoreo de los reproductores es constante: los científicos evalúan mensualmente peso, longitud, adaptación al entorno, estado sanitario y niveles de sobrevivencia. Este seguimiento detallado asegura que los peces se mantengan en óptimas condiciones, minimizando riesgos y fortaleciendo la calidad de la producción.

Ventajas para las comunidades
Entre las características que hacen de la palometa una especie ideal para cultivo destacan su fácil manejo, rápida adaptación a los sistemas de crianza y aceptación de alimento balanceado. Además, su alta demanda y valor económico en mercados regionales la convierten en una opción atractiva para los productores locales.
Los ensayos de cultivo se realizan en tanques de fibra de vidrio, estanques de tierra y jaulas flotantes, con control riguroso de la calidad del agua. Estos sistemas permiten simular condiciones óptimas para el desarrollo de los peces, asegurando su crecimiento sano y sostenible.
Con estos avances, el IIAP busca sentar las bases para la producción sostenible de palometa en la Amazonía peruana. La iniciativa no solo protege las poblaciones silvestres, sino que también fortalece la economía local y promueve prácticas responsables de acuicultura que benefician directamente a las comunidades de Ucayali.

Nuevo parasito afecta a las palometas
En julio pasado, un equipo de investigadores peruanos anunció el descubrimiento de Anacanthorus santaclarae, una nueva especie de parásito hallada en palometas curuhuara, un pez de agua dulce muy valorado como recurso alimenticio en la Amazonía peruana. El parásito fue identificado en ejemplares comercializados en el mercado de Santa Clara de Iquitos, lo que plantea interrogantes sobre su impacto en cruceros, piscigranjas y la salud acuícola de la región.
De los 30 ejemplares muestreados en pescaderías locales, 20 mostraron señales del nuevo parásito en las branquias. Según los pescadores, el pescado provino del río Nanay, lo que orienta la investigación hacia esa cuenca. El hallazgo se realiza en el marco del proyecto “Caracterización morfológica, ultraestructural y mitogenómica de helmintos con potencial zoonótico en la Amazonía Peruana”, liderado por el Dr. John Chero De la Cruz de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Los investigadores indicaron que el siguiente paso será realizar una infección experimental o aislar el parásito de peces de cultivo para determinar los signos clínicos específicos que podría causar, como alteraciones en el crecimiento o insuficiencia respiratoria, ya que en las muestras examinadas se observaron lesiones en las branquias. Jefferson Yunis, de la Universidad Científica del Sur, destacó que estos estudios son clave para comprender el efecto de este helminto en la acuicultura amazónica.

¿Afecta a los humanos?
Aunque el hallazgo genera preocupación para la acuicultura, los científicos aclaran que hasta el momento no presenta características zoonóticas. “No tendría efecto perjudicial en humanos, ya que no se han observado rasgos que indiquen transmisión a personas”, señaló Jefferson Yunis. Además, al encontrarse en las branquias —parte que se descarta durante la preparación del pescado—, no hay evidencia de riesgo directo por consumo.

El descubrimiento también alerta sobre otras especies de interés comercial, como el pacu (Piaractus brachypomus) y la gamitana (Colossoma macropomum), que se crían en la región. Los investigadores advierten que el parásito podría colonizar entornos de cultivo, especialmente si las condiciones de conservación son deficientes, lo que facilitaría la propagación entre los ejemplares y podría afectar la productividad acuícola.