La Policía Nacional del Perú (PNP) solicitó a los periodistas que cubren protestas en Lima utilizar credenciales de prensa más grandes para facilitar su identificación durante los reportes en manifestaciones. El pedido, realizado por Enrique Monroy, jefe de la Región Policial de Lima, surge después de agresiones a hombres y mujeres de prensa que ocurrieron durante la denominada ‘Marcha de la generación Z’.
Durante un diálogo con periodistas, Monroy argumentó que la PNP reconoce a los integrantes de medios tradicionales, pero afirmó que el personal policial no siempre logra distinguir a los reporteros de medios alternativos. “Yo les pediría a ustedes, seguro si esto va a seguir avanzando, pónganse las identificaciones más grandes, que se vea, nosotros nos conocemos”, manifestó el jefe regional en referencia a los intercambios registrados durante recientes coberturas.
Agentes de la PNP agredieron físicamente a un fotógrafo colaborador de EFE, a quien rodearon y golpearon con varas cuando cubría movilizaciones en el centro de Lima. Uno de sus reporteros recibió una patada de parte de agentes policiales a pesar de encontrarse plenamente identificado e informar de su función periodística. Los hechos ocurrieron en espacios donde ocurrían enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
Consultado por estos incidentes, Monroy justificó las dificultades para distinguir a todos los comunicadores ante la variedad de plataformas. “Los formales, toditos, se identifican y nos vamos conociendo en el camino. De repente yo tengo la capacidad de conocerlos a casi todos, por mis años de experiencia, pero no necesariamente mi personal policial los conoce. Eso queda como reflexión”, explicó el jefe policial de Lima de acuerdo a lo recogido por EFE.
Sobre los riesgos para los periodistas en zonas de tensión, Monroy advirtió que quienes se ubican en áreas de enfrentamiento “no están en un espacio propicio” y señaló: “Estás anteponiendo tu noticia a tu vida, y te estás poniendo en más riesgo para que de repente fueras lesionado de una u otra manera”. Insistió en que la libertad de prensa está garantizada, aunque recalcó que los periodistas que cubren estos eventos “parecieran los corresponsales de guerra, que en muchos casos sabemos como acaban, porque su espacio propicio no es ese lugar”.
Las recientes protestas en Perú han estado marcadas por tensiones entre las fuerzas de seguridad y manifestantes, escenario en el que comunicadores de diversas plataformas cumplen funciones informativas esenciales. Organizaciones defensoras de la libertad de expresión y gremios de prensa han exigido respeto a la labor periodística y garantías para la integridad de los profesionales presentes en la vía pública.
Críticas del premier Arana
El jefe del Gabinete Ministerial de Perú, Eduardo Arana, reprendió públicamente a la Policía Nacional del Perú (PNP) por las agresiones cometidas contra periodistas durante las recientes protestas de la llamada Generación Z en Lima. Durante una rueda de prensa, Arana expresó disculpas a los reporteros afectados y anunció que si se determina responsabilidad de los agentes, se aplicarán sanciones. Según Epicentro TV, el premier enfatizó la necesidad de mejorar la coordinación entre medios y autoridades para evitar nuevas agresiones, recordando que tradicionalmente la cobertura de manifestaciones se realizaba en conjunto.
La reacción del Ejecutivo siguió a los reportes de la Asociación de Fotoperiodistas del Perú (AFPP), que denunció el uso desproporcionado de la fuerza policial contra comunicadores, citando como ejemplo el caso del fotoperiodista John Reyes, quien recibió golpes mientras mostraba su identificación. La AFPP exigió la destitución de los efectivos implicados y la sanción de los responsables.
Por su parte, la Asociación Nacional de Periodistas (ANP) contabilizó ocho agresiones a reporteros durante el 27 y 28 de septiembre, de las cuales seis habrían sido perpetradas por policías. Las protestas han dejado 24 heridos y reflejan el rechazo de jóvenes y trabajadores hacia el Gobierno, el Congreso, la corrupción y la violencia.