Este único equipo en el mundo que cambia el color de su camiseta por una tradición religiosa en octubre y es peruano

La tradición, nacida en 1971 por necesidad e ingenio, hoy es un emblema que identifica a generaciones de hinchas y jugadores

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Alianza Lima es el único
Alianza Lima es el único club en el mundo que cambia de uniforme un mes entero por motivos religiosos. (Composición: Infobae)

Cada octubre, el fútbol peruano revive una historia única que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo. Alianza Lima, uno de los clubes más populares del país, deja de lado su tradicional uniforme blanquiazul para vestir de morado en honor al Señor de los Milagros. Este gesto, que nació hace más de medio siglo, no solo refleja la devoción de sus hinchas y dirigentes, sino también el modo en que la fe ha marcado el destino de una institución deportiva.

La singularidad de esta tradición trasciende el ámbito deportivo y se convierte en una muestra de la relación entre religión y fútbol en el Perú. No se trata únicamente de un cambio de colores, sino de un símbolo que identifica a generaciones enteras. Cada lanzamiento de la camiseta blanquimorada genera expectativa en los aficionados, quienes la reciben como una prenda cargada de historia y respeto.

El historiador aliancista Armando Leveau Guzmán señaló que este vínculo se explica por la profunda devoción de los hinchas hacia la imagen del Cristo Moreno. “Alianza Lima es el único club en el mundo que viste una camiseta de color morado por un tema religioso por un mes completo”, explicó en una entrevista. La afirmación resume el carácter irrepetible de esta tradición, que no se limita a un ritual, sino que forma parte del calendario cultural y deportivo del país.

Detrás de esta costumbre existe un relato que combina necesidad, ingenio y fe. Una historia que comenzó con un utilero y terminó convirtiéndose en uno de los símbolos más reconocidos del fútbol sudamericano.

El origen de la camiseta blanquimorada

La camiseta morada de Alianza
La camiseta morada de Alianza Lima en octubre no es solo un cambio de uniforme, es una muestra de lealtad y espiritualidad que ha perdurado por décadas. Crédito: Twitter de Alinza Lima

La versión más difundida remite a José Carrión Meigg, conocido como ‘Chino Pepe’, utilero histórico de Alianza Lima y devoto hermano del Señor de los Milagros. En 1971, el equipo enfrentaba un serio inconveniente: las camisetas oficiales no se habían secado por la humedad limeña y no había indumentaria suficiente para el partido contra Sporting Cristal.

Presionado por el directivo Alfonso de Souza Ferreyra, el ‘Chino Pepe’ recurrió a las telas moradas usadas para confeccionar los hábitos de la Hermandad del Cristo Moreno. Así nacieron los uniformes improvisados que el club vistió el 3 de octubre en el Estadio Nacional. Contra todo pronóstico, el equipo venció con goles de Teófilo Cubillas y César Cueto.

El triunfo fue interpretado como un gesto de fe recompensado. Sin embargo, la primera reacción de De Souza Ferreyra fue de furia: insultó y expulsó a Carrión del club. Con el paso de los días, y tras otra victoria en Trujillo frente a Carlos Mannucci, el dirigente reconsideró su postura y pidió que los uniformes morados siguieran siendo usados en octubre. A partir de entonces, nació una tradición que permanece viva hasta la actualidad.

“Para muchos, aquel triunfo fue un verdadero milagro”, recordaba Leveau Guzmán en una de sus crónicas. La camiseta, que empezó como un recurso de emergencia, se convirtió en un símbolo inseparable de la identidad aliancista.

El Señor de los Milagros en Matute

Alianza Lima, un equipo que
Alianza Lima, un equipo que va más allá del fútbol: explora cómo su tradición octubre morado es una manifestación de identidad y devoción. Créditos: El Comercio

El vínculo religioso no se limita al uniforme. Desde la inauguración del estadio Alejandro Villanueva, conocido como Matute, en 1974, los jugadores y técnicos acostumbran rezar ante la imagen del Cristo Moreno antes de los partidos. Según el periodista Javier Salvador, quien entrevistó al notario Máximo Luis Vargas Hornes, expresidente del club, y al propio Teófilo Cubillas, la costumbre nació con la iniciativa del ‘Chino Pepe’.

Carrión colocó una copia de la imagen en las instalaciones del club para que los futbolistas pidieran su bendición. Con el tiempo, la práctica se hizo habitual. Vargas gestionó ante la Hermandad de Las Nazarenas la posibilidad de que la sagrada imagen pasara por el estadio en construcción, aunque en un inicio la solicitud fue rechazada.

No obstante, la fe siguió marcando la historia del club. En una ocasión, el propio Cubillas y Vargas cargaron el anda del Señor de los Milagros. El periodista Nicomedes Santa Cruz incluso le dedicó una décima publicada en El Comercio, reforzando la relación entre la tradición religiosa y el sentimiento deportivo.

La camiseta del 2025

Carlos Zambrano presentó la nueva
Carlos Zambrano presentó la nueva indumentaria blanquimorada. - Crédito: Alianza Lima

Más de cinco décadas después de aquel episodio inicial, la tradición continúa firme. Este 2025, Alianza Lima presentó oficialmente su nueva camiseta blanquimorada para el Torneo Clausura. El club la difundió a través de sus redes sociales, generando la expectativa usual entre sus seguidores.

El diseño de este año, bautizado como “la morada del pueblo”, resalta por su tonalidad intensa. Incluye una franja lila sutil que recorre la camiseta desde el cuello hasta el final, además de un detalle especial en el escudo: las letras y las coronas aparecen en morado, mientras que el borde resplandece en dorado.

El anuncio estuvo acompañado por referentes del equipo. Carlos Zambrano, jugador experimentado, y Piero Cari, joven promesa que debutó recientemente con la selección peruana, fueron los encargados de lucir la indumentaria ante los hinchas.

Con esta presentación, Alianza Lima reafirma una tradición que trasciende el fútbol. Cada octubre, el club no solo compite en el torneo local, sino que también rinde homenaje a una de las expresiones religiosas más representativas del Perú. La camiseta blanquimorada sigue siendo un recordatorio de cómo la fe y el deporte pueden entrelazarse en una misma historia.