
En medio de la densa selva del noreste peruano, un peculiar visitante nocturno fue captado por cámaras trampa instaladas en lo alto de los árboles. La escena, ocurrida en el Amazon Conservatory for Tropical Studies, cerca de Iquitos, muestra a un extraño mamífero descrito como un “duende” de la selva trepando por un puente artificial suspendido en pleno dosel. El hallazgo llamó la atención de los investigadores porque no se trata de un animal común, sino de una especie poco conocida y difícil de registrar.
El singular registro forma parte de un proyecto científico que buscaba identificar qué mamíferos utilizan los puentes de dosel artificiales instalados en esta reserva amazónica. Estas estructuras, que alcanzan entre 6 y 36 metros de altura, permiten a los animales desplazarse por distintos niveles del bosque sin necesidad de bajar al suelo. Durante tres semanas, cuatro cámaras monitorearon el paso de especies nocturnas en busca de respuestas. Lo que captaron sorprendió a los especialistas.
Los animales que usan los puentes del dosel amazónico

Entre las imágenes más llamativas aparecieron varios ejemplares del coendú enano o puercoespín enano rayado (Coendou ichillus), un mamífero descrito recién en 2001 y del cual se conocen pocos avistamientos en estado silvestre. Las fotos muestran al pequeño roedor trepando con habilidad las vigas del puente en plena noche, confirmando su comportamiento arborícola y esquivo.
Pero no fue el único visitante. Las cámaras también registraron a un perezoso de dos dedos (Choloepus didactylus), especie que resultó ser la más frecuente en los cruces. Según el estudio, estos animales usaron exclusivamente las cuerdas del puente para trasladarse, revelando la importancia de estas estructuras para su desplazamiento seguro.
A la lista se suman otros roedores espinosos como el puercoespín de cola larga (Coendou longicaudatus) y el puercoespín bicolor (Coendou bicolor). Algunos de estos incluso fueron captados mordisqueando las vigas de madera, una conducta típica de la especie. También aparecieron en los registros un mono saki, un ratón espinoso neotropical y dos zarigüeyas lanudas de orejas marrones, lo que confirma la diversidad de animales que aprovechan los puentes artificiales.
En total, los investigadores contabilizaron 35 observaciones independientes de siete especies de mamíferos, lo que evidencia que la instalación de pasarelas suspendidas en el dosel no solo conecta diferentes áreas del bosque, sino que se convierte en un corredor activo para especies de hábitos nocturnos y arborícolas.
El Amazon Conservatory for Tropical Studies, ubicado a unos 670 kilómetros de Lima, alberga uno de los sistemas de puentes de dosel más largos de América, con plataformas y pasarelas que atraviesan varios niveles de la selva. Gracias a esta red elevada, los científicos pudieron confirmar que la fauna amazónica no duda en aprovechar la infraestructura humana para continuar con sus desplazamientos naturales bajo el manto verde de la selva.
Puentes de dosel en Madre de Dios: la estrategia que conecta a los animales en medio de la tala
En la región de Madre de Dios, considerada uno de los últimos bastiones de bosques intactos en el país, también se han instalado cerca de 20 corredores aéreos que permiten a los animales desplazarse por encima de trochas y carreteras madereras. Estas estructuras, hechas con cuerdas trenzadas, tubos de PVC y mallas, alcanzan alturas superiores a los diez metros y simulan las lianas y ramas naturales del dosel amazónico. Gracias a este sistema, especies como monos aulladores, tamarinos, kinkajús y puercoespines enanos recuperan la conectividad perdida por la fragmentación del bosque.
La iniciativa es impulsada por WWF Perú junto con la concesión forestal Madaracre, que maneja de forma sostenible más de 202.000 hectáreas de selva con certificación internacional. Aunque la empresa extrae solo entre uno y tres árboles por hectárea cada 20 años, la apertura de vías interrumpe el hábitat de los animales arborícolas. Para mitigar este impacto, los puentes se han convertido en pasos seguros y de bajo costo: cada estructura tiene un precio aproximado de 200 dólares, una inversión muy inferior a la de los pasos elevados o subterráneos convencionales para fauna silvestre.
El monitoreo con cámaras trampa ha revelado detalles inéditos sobre el comportamiento de las especies en estos cruces. Los kinkajús prefieren las estructuras en forma de “X”, los monos buscan mallas adicionales para tener mayor estabilidad, y los puercoespines enanos son los más audaces, siendo los primeros en utilizar las sogas sin vacilar. Con estos resultados, el proyecto liderado por la especialista Vania Tejeda busca generar evidencia para que otras concesiones forestales y proyectos de conservación repliquen el modelo en zonas críticas, fortaleciendo así la resiliencia del ecosistema amazónico frente a la presión de la tala ilegal y la pérdida de bosques.