
El estreno de Mistura en la cartelera peruana marcó el regreso de Bárbara Mori a Lima, ciudad donde la actriz uruguaya-mexicana filmó este proyecto que combina drama, gastronomía y reflexión social. En entrevista exclusiva con Infobae Perú, la artista compartió detalles de su experiencia en el set, su reencuentro con Christian Meier, el desafío de dar vida a una mujer limeña y su visión sobre el poder femenino a partir del reconocimiento personal.
Durante más de veintisiete años de carrera, Bárbara Mori ha transitado personajes diversos, pero posiciona a Norma, la protagonista de ‘Mistura’, entre los más impactantes y transformadores de su trayectoria.
“Ha sido de las experiencias más lindas que he tenido. Yo llevo 27 años actuando, más o menos, y ha sido una experiencia tan luminosa, transformadora también, porque Norma es un personaje que viene a mostrarnos muchas cosas que las mujeres, aunque vivimos en otra época, todavía cargan, como esos códigos, en donde la sociedad es quien determina lo que tú puedes llegar a ser o no. Esos códigos hay que romperlos, porque el potencial que tenemos las mujeres es mucho mayor de lo que se nos ha permitido”, afirmó.

La actriz detalla que Norma encarna cuestiones universales de la mujer frente a las estructuras sociales. “Hacer una película que tenga este mensaje, que esté tan alineado y empalmado con mi vida hoy, ha sido muy transformador. Estoy muy agradecida”, sostiene.
Elección de historias y responsabilidad artística
Aunque la actuación es su gran pasión, Bárbara Mori se muestra muy selectiva al momento de decidir qué quiere transmitir a través de sus personajes. Su experiencia en Mistura reforzó su convicción de que el arte escénico puede convertirse en un poderoso vehículo de transformación, tanto personal como colectiva.
“Tomo esta carrera no solamente como una pasión, que es algo que me gusta mucho, sino como una responsabilidad, porque las nuevas generaciones son las que van a tener el poder de transformar el mundo que les estamos dejando. Ellos consumen mucho contenido. Tengo la responsabilidad de elegir qué tipo de historias vamos a contar. Es rico morirte de risa, pero hay mucho entretenimiento. ¿Qué es lo que no hay casi? Ahí me enfoco, en lo que dice mi corazón, historias que me gustan contar“, explicó la reconocida actriz sobre su preferencia por personajes y tramas que aborden una dimensión más profunda.
Reencuentro con Christian Meier
El estreno de ‘Mistura’ significó para el público peruano el esperado reencuentro en pantalla de Bárbara Mori y Christian Meier. Ambos actores comparten una relación de amistad y profesionalismo que se ha mantenido vigente a lo largo de los años.
“Mi Christian tan bello y tan amado, no solamente por mí, sino por Perú. Todo Perú. Pues, muy lindo reencuentro, realmente nos quedamos con muchas ganas de más, porque Christian y yo cuando compartimos pantalla siempre estábamos acostumbrados a compartir mucho. Y en este caso, nos quedamos con muchas ganas de seguir compartiendo. Sin embargo, siento que lo que hizo Christian en el proyecto fue maravilloso y, bueno, también estamos como co-coproductores los dos. Ha sido un camino lindo, un lindo reencuentro”, dijo con gran emoción.
El resultado en pantalla fue motivo de conversaciones en medios y redes debido a la química entre ambos. Ante ello, la actriz fue clara al indicar que su amistad genuina con Meier y el respeto mutuo prevalecen como cimientos conforme los años pasan.
La cinta incluyó también la participación de Stefano Meier y Pudy Ballumbrosio. Sobre el trabajo con Stefano, hijo de Christian Meier, Mori relató que lo conoció desde muy pequeño, recibiendo con mucha alegría el hecho de actuar juntos.
“A Stefano lo conocí muy chiquito por Christian, lo he visto crecer y luego lo vi en un corto que hizo Christian y le dije: ‘mira, es muy buen actor’. Nos tocó trabajar acá y fue hermoso. Ha sido un agasajo. Es un chico muy talentoso, muy amoroso, muy de buena cuna, ¿sabes? Tiene un corazonsote enorme y muy dispuesto a trabajar y eso es hermoso. Fue cortito, pero, conciso, rico, nutriente y bello", detalló.

En cuanto a la experiencia con Pudy Ballumbrosio, músico que debutó como actor, Mori recalcó su calidad humana y profesional. “Pudy es un ser maravilloso, que tiene mucho que aportarle al cine. Se le conocía como músico, pero como actor también sorprende, conecta y escucha. Eso es muy valioso en un actor”, señaló.
Bárbara resaltó el hecho de que Pudy Ballumbrosio le permitiera conocer su casa, a su familia y a sus hijos, en medio de música y cajón, un recuerdo que atesora mucho. “Lo lindo de transitar proyectos en otros lugares del mundo, es que conoces gente hermosa que se queda en tu corazón para siempre, como me pasó con Christian (Meier) hace tantos años atrás. Ahora con Pudy, que es un ser bello y los seres bellos hay que conservarlos. Son los que nos inspiran”, sentenció.

Desafíos del acento peruano
Uno de los retos más grandes que encontró Bárbara Mori en la producción de Mistura fue encarnar a una peruana de clase alta con un acento limeño convincente. Para lograrlo, confiesa que trabajó de manera exhaustiva.
“Fue uno de los retos más difíciles que he hecho como actriz, porque el acento peruano es de los más difíciles de replicar, porque es bastante neutro. No es como el argentino, por ejemplo. El peruano es complicado, más el que Norma hablaba, porque está el peruano que habla como de calle, que se nota mucho más el acento, pero el peruano de Norma era superneutro. Era una mujer de alta sociedad limeña que no tenía estas formas de hablar. Fue más difícil. Fue un proceso hermoso, porque a mí me gusta mucho los retos fuertes y sacarme de mi zona de confort, crecer”, señaló Morí, reconociendo el gran apoyo del actor Óscar Beltrán.

“Hermoso, me empujó, me tuvo paciencia, creyó en mí... Todo. Me ayudó a llegar a donde yo quería llegar con Norma. Y bueno, parece ser que le gustó a la gente, porque creyó que puedo llegar a ser peruana, quiere decir que tan mal no me salió”, dijo con alegría.
Del impacto de Rubí al aprendizaje propio
La trayectoria de Bárbara Mori guarda una huella imborrable para el público latinoamericano: la telenovela ‘Rubí’. Dos décadas han pasado desde que la actriz interpretó a ese icónico personaje.
Consultada sobre el impacto y las múltiples lecturas que aún despierta Rubí, la actriz confesó que, en un inicio, solía juzgar a su personaje por su falta de valores. Sin embargo, con el tiempo se sorprendió gratamente al descubrir que para muchas personas se convirtió en una inspiración de fortaleza y en un ejemplo de no dejarse pisotear por nadie.
“Yo hice Rubí hace 22 años mas o menos. Yo tenía 26 años, hoy tengo 47. O sea, la mirada que yo tenía de esa telenovela en ese momento era, ‘esta mujer que no le importaba pasar por encima de cualquier cosa con tal de lograr lo que ella quería, ambiciosa y egoísta con el mundo’. Me parecía divertido, distinto a todo lo que había hecho en televisión y en ese momento, pues la interpreté. Resultó y tuvo un éxito mundial muy cabrón”, contó Bárbara, indicando que su visión sobre el personaje cambió gracias a sus propias seguidoras.

“Las personas me decían: ‘Ay, mi hija te admira, y se llama Rubí como tú’. No entendía, pero hoy me doy cuenta que Rubí, en un país como el nuestro, también fue un ejemplo de no permitir que el hombre te pise, de no quedarte callada, de luchar por tus sueños y aunque el mundo se esté cayendo, creer en ti y salir adelante. Rubí no tenía límites ni tenía valores, pero es lo que tú saques de cada personaje, erradicar la mirada sumisa en nuestra sociedad. Eso me hizo entender una señora. Yo creo que cualquier situación en la vida tiene tantas lecturas y todo depende donde tú estés parada hoy y lo que estés pasando”, agregó.
Es gracias a este personaje que alcanzó fama internacional. Es por ello que su sentimiento, confiesa Bárbara, siempre será de gratitud. “Me trajo tantas alegrías en mi carrera y muchas sombras también. Gracias a esas sombras busqué la luz y traté de construir ese amor por mí para que no pusiera mi valor en mi cuerpo y en mi belleza física, sino que fuera más allá y que encontrara cuál era mi real valor. Y Rubí me vino a mostrar todo eso. También me llevó a viajar por el mundo y, si yo puedo llegar a la gente con otro tipo de mensajes, es gracias en gran parte a este personaje. No siento más que puro agradecimiento por todo lo que me enseñó y me vino a dar”, dijo.

Dejar atrás las heridas y reconocer el valor de sí misma
A lo largo de la entrevista con Infobae Perú, Bárbara Mori cuestiona el concepto de empoderamiento femenino, indicando que es mucho más que eso lo que intenta inspirar, es reconocerse como mujer.
“Ni siquiera es una palabra que yo utilizo porque creo que está mal utilizada. El tema es reconocerse como mujeres, recuperar un lugar que te pertenecía en la sociedad como mujer, que no se te dio, pero te lo tuviste que labrar a través de un camino interno. De descubrir qué es lo que te enriquece como mujer y lo que te fortalece. Entonces, más allá de un empoderamiento, que a veces esa palabra se utiliza para demerecer al hombre, es reconocer lo que siempre has sido, sin dejar de reconocer el papel tan importante que juega el hombre en este mundo también”, indicó Bárbara Morí, dejando en claro que lo que busca es igualdad en la sociedad, pero a consciencia.
En base a su experiencia, la actriz sabe que muchas veces no es fácil, pero todo parte en sentirse valiosa y amarse. “Yo tengo mi historia particular, que ya mucho lo he comentado, pero todas tenemos un momento de maltrato, se aprovecharon del poder, fuimos sometidas, despreciadas o rechazadas. Cargamos esas heridas y si no hacemos un trabajo interno para reconocernos valiosas más allá de lo que es nuestro cuerpo físico, el amor propio no llega. Y cuando llega es un arma hermosa que te ayuda a transitar este mundo que ha sido construido por el pensamiento masculino”, remarcó.

Finalmente, Bárbara Morí sostiene actualmente una mirada crítica hacia la industria y el lugar de la mujer en ella. Considera que, aunque se visibilicen avances y haya más protagonismo femenino en algunos proyectos, buena parte de estos cambios siguen siendo superficiales y no modifican los cimientos desiguales que persisten en la sociedad. Para Morí, el verdadero cambio implicaría abandonar la lógica de competencia entre hombres y mujeres y buscar una colaboración genuina, tanto a nivel social como personal.