Del bisturí al robot: los beneficios reales de la cirugía mínimamente invasiva

La diferencia clave radica en que la robótica consolida todos los avances en un solo robot haciendo muy diferente y favorable la experiencia quirúrgica para el cirujano

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El sistema robótico Da Vinci
El sistema robótico Da Vinci Xi permite cirugías de alta precisión que reducen complicaciones y aceleran la recuperación de los pacientes. (Viamedsalud)

La cirugía ha experimentado una transformación sustancial en las últimas décadas. En 1991 se inicia una especie de revolución con la llegada de la Laparoscopía al Perú, rompiendo el esquema de lo que era la cirugía clásica a tajo abierto, transformándola en miniinvasiva. Esto abrió un nuevo horizonte: permitió que intervenciones como la colecistectomía (extracción de la vesícula) o la apendicectomía (extracción del apéndice) se realizaran con incisiones más pequeñas, sangrado mínimo y recuperación considerablemente más corta. Fue el inicio de una nueva forma de operar, marcada por la precisión y el menor impacto para el paciente.

Dos décadas más tarde, en el año 2000, un nuevo capítulo del avance tecnológico se consolidó a nivel mundial: la Cirugía Robótica. La diferencia es que, en la laparoscopía, el cirujano manipula directamente los instrumentos rígidos o poco flexibles, en la cirugía robótica los instrumentos son articulados como si fueran tus propias manos, e introduce una interfaz diferente: el cirujano se sienta en una consola que tiene visión 3D desde donde realiza y controla cada movimiento, que los brazos del robot ejecutarán con una precisión milimétrica. Esto elimina el temblor natural de la mano humana y permite maniobras imposibles con técnicas convencionales. En el año 2001 se realizó la primera operación de vesícula Transoceánica, el paciente en Estrasburgo- Francia y el cirujano el Dr. Marescaux en Nueva York – USA. Se le conoce como la Operación Lindberg en honor a la paciente operada y fue un éxito.

La diferencia clave radica en que la robótica consolida todos los avances en un solo robot haciendo muy diferente y favorable la experiencia quirúrgica para el cirujano. Mientras la laparoscopia ofrece una visión bidimensional y movimientos limitados por la rigidez de los instrumentos, la cirugía robótica brinda una visión en 3D de alta definición y una libertad de movimiento superior, con giros y ángulos que replican o superan la movilidad de la muñeca humana. De esta forma, estructuras complejas o de difícil acceso pueden abordarse con mayor seguridad y delicadeza.

Para el paciente, también tiene grandes beneficios que son inmediatos: incisiones más pequeñas, menor dolor, menos pérdida de sangre y una recuperación acelerada que facilita el retorno a la vida cotidiana. Pero más allá del confort postoperatorio, la robótica ha demostrado ventajas en resultados funcionales. En urología, la cirugía del cáncer de próstata, por ejemplo, permite preservar mejor la continencia y la función sexual que muchas veces en cirugías oncológicas complejas se afecta. En ginecología y cirugía digestiva, otorga mayor exactitud en zonas anatómicas de acceso difícil y muy delicadas, dándole márgenes quirúrgicos mucho más seguros.

Es importante subrayar que el robot no reemplaza al cirujano: lo potencia. El sistema no opera solo; cada acción y cada movimiento depende del criterio y la experiencia profesional, magnificando la pericia del especialista y potenciando sus resultados. Lo que hace esta plataforma es que amplifica las capacidades humanas, reduce riesgos y simplifica procedimientos complejos.

En conjunto, la incorporación de la cirugía robótica al sistema de salud representa un paso decisivo en la modernización de la práctica médica en el Perú. Su desarrollo marcará el futuro inmediato de la cirugía, acercando al país a estándares internacionales en beneficio del paciente. El gran desafío ahora es consolidar esta transformación con la incorporación continua de innovación y adelantos que se han realizado también cirugías con realidad virtual (VR), que es otro avance del cual hablaremos próximamente. Estas innovaciones hacen que se eleven los estándares de seguridad y resultados, siempre con el paciente en el centro de cada decisión quirúrgica.