
Samuel Rodríguez Villa, de 22 años, recibió una orden de prisión preventiva por tres meses tras ser detenido en la Marcha de la Generación Z, realizada el 20 y 21 de septiembre en el Centro Histórico de Lima. La medida fue dictada por el Juzgado de Investigación Preparatoria a pedido de la Séptima Fiscalía Penal Corporativa de Cercado de Lima, Breña, Rímac y Jesús María.
Rodríguez había sido retenido por la Policía Nacional del Perú (PNP) el domingo 21, cuando se encontraba en la avenida Abancay. De acuerdo con el testimonio de sus compañeros, el joven fue identificado por los agentes por haber participado en jornadas anteriores y terminó detenido a pesar de que ayudó a trasladar a un efectivo herido durante los enfrentamientos.

Denuncias de represión y agresiones previas
Las protestas de la Generación Z estuvieron marcadas por la represión policial, con enfrentamientos, uso de perdigones y cierre de calles en el centro de la capital. Según denunció Mireya Carhuas, compañera de Rodríguez, el joven resultó herido en la mano el sábado 20 de septiembre por un disparo de perdigón y fue atendido por brigadistas en plena marcha.
“Su ampolla estaba llena de agua, le pusieron crema, pero creció mucho más”, contó Carhuas a La República. Ella añadió que la policía se habría ensañado con Samuel en manifestaciones anteriores: el 13 de septiembre terminó en el Hospital 2 de Mayo tras desmayarse por un golpe de vara policial en la cabeza y, además, le destruyeron su celular por grabar los enfrentamientos.
Mario Rodríguez, padre de Samuel Rodríguez, y su abogado Rodrigo Noblecilla presentaron las pruebas del arraigo familiar, laboral y domiciliario; la medicina que Samuel toma para sus crisis de epilepsia; y las lesiones que sufrió por parte de la policía y que necesitan atención médica. No obstante, para los jueces esa evidencia no fue suficiente.
Cabe señalar que sus abogados apelarán la orden de prisión preventiva de 3 meses.

“Samuel ayudó a un policía herido”
Carhuas también relató que, durante los enfrentamientos del 21 de septiembre, Samuel Rodríguez asistió a un agente policial que cayó al suelo.
“Samuel ayudó al policía, lo carga en sus brazos y lo lleva donde están los demás efectivos porque él es así. Es una persona muy solidaria con todos. Él se enfrentó, incluso, a los manifestantes”, sostuvo.
Pese a este gesto, horas después fue intervenido cerca de Abancay. Videos registrados por sus compañeros muestran cómo los agentes lo reconocen e incautan su mochila, donde llevaba un casco y otros implementos de seguridad.

Más de 48 horas detenido y plantones de apoyo
De acuerdo con la Constitución, el plazo máximo de detención sin orden judicial es de 48 horas, lo que implicaba que Rodríguez debía quedar en libertad el martes 23 de septiembre a las 11:35 p.m. Sin embargo, permaneció retenido en la División de Asuntos Sociales de la PNP.
La prolongación de su detención generó indignación entre colectivos y ciudadanos que se concentraron frente al Juzgado de Investigación Preparatoria en La Victoria para exigir su liberación. “El compañero Samuel no está solo. El pueblo lo respalda”, coreaban durante un plantón la noche del martes.
En paralelo, su compañera Carhuas denunció en redes sociales que el dedo del joven se encontraba infectado por el impacto de los perdigones y que su permanencia en detención agravaba su estado de salud.

Audiencia y prisión preventiva
La audiencia de prisión preventiva se realizó la noche del miércoles, donde la fiscalía solicitó que Samuel permanezca bajo medida cautelar. Finalmente, la jueza dispuso tres meses de prisión preventiva, decisión que colectivos y manifestantes calificaron como una vulneración a su derecho a la protesta.
La defensa de Rodríguez prepara recursos legales para revertir la medida, mientras el caso encendió nuevamente el debate sobre la represión policial y el tratamiento judicial hacia quienes participan en manifestaciones sociales.