La detención de Erick Moreno, conocido en Lima Norte como ‘El Monstruo’, puso fin a una búsqueda que se prolongó por más de tres años. Durante ese tiempo, el criminal logró construir un imperio basado en la extorsión, cobrando grandes sumas de empresarios y transportistas. Su caída se produjo luego de que cometiera un error clave en la forma en que gestionaba sus comunicaciones, lo que permitió a las autoridades rastrear su ubicación en Paraguay.
La organización de Moreno operaba con altos niveles de secreto y sofisticación, moviendo millones de soles mediante actividades ilegales. La combinación de vigilancia, geolocalización y la cooperación internacional permitió que se detectara su posición exacta. El error delictivo, sumado a la presión sobre su entorno y la pérdida de apoyo dentro de su estructura criminal, fue determinante para lograr la captura.
Error en la comunicación que facilitó su localización
Según Julio Chuquitaype, periodista de Cuarto Poder, Moreno tenía la costumbre de desechar los chips después de usarlos, evitando así ser rastreado. Sin embargo, tras quedarse sin recursos económicos, reutilizó un mismo teléfono vinculado a un correo electrónico en el que había registrado diversos chips. Este fallo permitió a las autoridades realizar una triangulación precisa, facilitando su ubicación y eventual captura en territorio paraguayo.

El periodista explicó que la combinación de geolocalización y técnicas de investigación financiera fue fundamental. “El error de utilizar un mismo celular con múltiples chips hizo posible que los equipos de inteligencia pudieran ubicarlo”, señaló Chuquitaype, resaltando la importancia de la constancia y precisión en las investigaciones.
Aislamiento dentro de su entorno
El seguimiento también evidenció que Moreno enfrentaba problemas dentro de su estructura criminal. Videos difundidos en Cuarto Poder muestran al detenido conversando con su madre, admitiendo que dependía de las extorsiones para sostener su vida y reconociendo que su entorno ya no le brindaba respaldo.
Este aislamiento habría debilitado la capacidad de Moreno para resistir la presión policial. Según fuentes citadas por Chuquitaype, la policía logró identificar a personas de su círculo cercano que proporcionaron información clave, acelerando su detención y demostrando que la aparente fortaleza de su organización estaba fracturada por tensiones internas.
Millones en extorsiones y afectación a empresas

Según se detalló durante la entrevista para Canal N, Moreno y su grupo movilizaron grandes sumas de dinero mediante extorsiones a transportistas y empresarios, con movimientos millonarios que incluso alcanzaron distintas localidades fuera de Lima. Esta actividad generó pérdidas significativas, algunas superiores a los cien mil soles al mes, y obligó a muchas empresas a reducir operaciones y limitar las horas de trabajo de sus choferes.
El periodista indicó que la acumulación de dinero ilícito no solo reflejaba el poder de Moreno, sino también el temor que imponía entre sus víctimas. La presión constante afectaba la rutina de negocios y provocaba paralización parcial de operaciones en varias zonas del cono norte.
Coordinación internacional y pasos posteriores

La captura se realizó principalmente por policías paraguayos especializados, sin presencia directa de agentes peruanos en el momento de la detención. No obstante, se confirmó que ya se desplazaban equipos de la División de Crimen Organizado de Perú para coordinar la posible expulsión o extradición del detenido.
El seguimiento de Moreno combinó errores delictivos, inteligencia financiera y técnicas de rastreo, lo que permitió poner fin a años de impunidad y consolidar la actuación internacional contra redes de extorsión que operaban en Lima Norte.