Una serie de ataques con armas de fuego contra buses de transporte público dejó tres personas heridas en San Juan de Lurigancho (SJL), Lima, en las últimas horas. Los hechos involucraron a unidades de Transportes Huáscar (línea C) y Las Flores (línea 57).
Según información preliminar, los ataques están vinculados al cobro de cupos por parte de bandas criminales activas en el distrito. Las autoridades investigan los casos.
Dos ataques en tres horas: así fue la jornada violenta
El primer incidente reportado ocurrió en la unidad de Huáscar, donde Jorge Rubén Dueñas López, conductor de 45 años, fue baleado mientras circulaba por la avenida José Carlos Mariátegui. Un sujeto que se hizo pasar por pasajero abordó el bus, permitió que avanzara unos minutos, y tras la bajada de algunos usuarios, disparó varias veces contra el chofer, alcanzándolo en la pierna y el brazo.
Un menor de edad, también presente a bordo, recibió una herida a causa de una bala perdida. Ambos fueron trasladados al Hospital de Canto Grande y se encuentran fuera de peligro, según declaraciones de familiares y el reporte de la Policía Nacional del Perú (PNP).
En el interior del vehículo, la policía halló una nota extorsiva firmada, no por la banda que habitualmente exigía pagos a la empresa (conocidos como “injertos de Bayóvar”), sino por un grupo identificado como Cártel de los Soles. Este mensaje exigía comunicarse de inmediato con los extorsionadores y advertía que “no están jugando”.

Poco después, un segundo ataque afectó a un bus de la empresa Las Flores, la línea 57. A la altura del paradero 16 en la avenida Las Flores, Demetrio Gregorio Osorio Villegas, conductor de la unidad, fue herido de bala por otro falso pasajero que, tras el ataque, descendió del bus y escapó junto a un cómplice en una motocicleta.
Osorio Villegas fue auxiliado por usuarios y vecinos antes de llegar a la Clínica San Juan Bautista, donde permanece bajo vigilancia médica. Según América Noticias, las autoridades barajan la hipótesis de que ambos ataques responden a la misma modalidad de extorsión y habrían sido ejecutados por las mismas redes criminales.
Extorsión, miedo y consecuencias para pasajeros
Las empresas de transporte en San Juan de Lurigancho enfrentan extorsiones constantes. Conductores de Transportes Huáscar deben entregar hasta diez soles diarios. Aunque realizan estos pagos, los ataques armados continúan por las disputas entre bandas que buscan el control de las extorsiones en el distrito. Las rivalidades mantienen la violencia y la amenaza en el sector.
El terror se ha instalado también entre los pasajeros habituales de estas rutas. Los sucesos no solo han dejado heridos a conductores, sino también a menores de edad y usuarios comunes, quienes temen ser alcanzados por balas perdidas. Varios testimonios recogidos por medios de comunicación mostraron la preocupación por el riesgo que implica utilizar el transporte público en rutas peligrosas, motivando a muchos trabajadores y padres de familia a modificar sus hábitos de viaje.
Según cifras recogidas por la prensa nacional, en el último año han resultado heridos 15 conductores y 11 pasajeros, y han sido asesinados al menos 35 choferes y 6 usuarios en Lima, vinculados a delitos de extorsión en el sector transporte.
Ataques a empresa 41 S.A. y Santa Catalina

La madrugada del 24 de septiembre, la empresa de transporte 41 S.A. fue blanco de un ataque armado en Villa El Salvador. Delincuentes dispararon tres veces contra un bus estacionado y dejaron una carta extorsiva en la plumilla del parabrisas. El mensaje exigía a la gerencia el pago de un cupo y advertía que la seguridad de los trabajadores no estaba garantizada si no recibían respuesta. Incluía un número telefónico con extensión extranjera.
Ningún pasajero ni conductor se encontraba en el bus durante el ataque, registrado por cámaras de seguridad. Tras el hecho, los vehículos de 41 S.A. fueron retirados de circulación y estacionados en la avenida Mariano Pastor Sevilla. Los trabajadores señalaron que no habían recibido amenazas previas y expresaron temor ante nuevos atentados.
La empresa Santa Catalina registró otro ataque el 24 de septiembre. Marco Antonio Huamán Cosco, conductor de 47 años, fue baleado mientras esperaba abastecer combustible en San Juan de Lurigancho. Sujetos en motocicleta llegaron, uno subió al bus y disparó, hiriendo a la víctima en la pierna y el abdomen. Huamán Cosco fue trasladado al hospital de Canto Grande y se encuentra fuera de peligro.
Este fue el quinto atentado contra Santa Catalina en los últimos meses. Los conductores paralizaron operaciones y bloquearon la avenida Próceres de la Independencia, lo que provocó congestión y obligó a los pasajeros a continuar su trayecto a pie. La violencia y la extorsión afectan directamente la movilidad y la seguridad en el transporte público.