Una joven de 18 años fue declarada muerta en el Hospital de Apoyo de Sullana, en Piura, pero su familia asegura que aún presentaba signos vitales al momento de la certificación. El caso de Lucero Flores Castillo ha provocado conmoción en la región y abrió investigaciones en torno a la actuación del personal médico.
Familia denuncia irregularidades tras declaración de muerte
Lucero Flores Castillo ingresó al área de emergencia del Hospital de Apoyo de Sullana el 18 de septiembre, luego de presentar problemas digestivos y un cuadro de deshidratación. Su padre relató que la joven pedía asistencia mientras aún interactuaba con él. Durante su internamiento, Flores Castillo fue sometida a varios intentos fallidos de colocación de vías, lo que generó preocupación en sus familiares.
Según narraron sus allegados, la joven fue pasada a una sala de observación, donde comenzó a recibir oxígeno únicamente en la fase final, cuando ya no respondía a estímulos. “Mi hija entró hablando conmigo: ‘Papá, no me dejes morir’. Después de algunos minutos, ya no pudo hablar más”, relató el padre a Buenos Días Perú. El entorno familiar insistió en que la joven aún hacía movimientos y conservaba pulso, lo cual advirtieron tanto a médicos como a personal hospitalario.

El certificado de defunción, firmado por la doctora Kattya Farfán Valdez, consignó como hora de muerte la 1:35 a. m. del 19 de septiembre, atribuyendo el deceso a septicemia. No obstante, los familiares alegaron irregularidades en la atención y explicaron que el personal del hospital requirió el retiro de la joven para disponer de la camilla para otro paciente, aun percibiendo que Flores Castillo respiraba.
Reingreso a observación y traslado por iniciativa familiar
Tras el retiro del cuerpo, Flores Castillo fue llevada a la morgue, donde también se detectó que tenía pulso. “El mismo encargado de la morgue la devolvió porque la bebé tenía signos vitales”, sostuvo la familia. La joven fue reingresada al área de observación. Los familiares denunciaron que, ante la falta de respuesta adecuada, optaron por trasladarla a una clínica privada por sus propios medios.
En el domicilio, su tía utilizó un saturador de oxígeno que marcó un valor de 97. “Le dimos agua con un algodón y ella movía la lengua”, agregó la tía. En la clínica Santa Rosa, los médicos confirmaron que la joven mantenía funciones vitales a su llegada, procedimiento que consta en un documento en poder de la familia.

Fallecimiento final y acciones de las autoridades
Horas después, pese al esfuerzo de los médicos de la clínica, Flores Castillo falleció. Los familiares afirman que este desenlace se produjo cerca de once horas después de la constatación original de muerte realizada en el hospital público.
El Ministerio Público de Sullana inició una investigación por presunto homicidio culposo contra el personal médico que intervino en la atención. Al mismo tiempo, la Dirección Regional de Salud comunicó la apertura de una investigación para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades administrativas. La familia de Lucero exige justicia y explica que el caso pone en evidencia la falta de recursos, maltrato y negligencias que denuncian en el sistema de salud regional.
Las investigaciones buscan establecer si existieron omisiones en los protocolos de emergencia y confirmar la secuencia exacta de intervenciones a lo largo de las horas críticas que precedieron al fallecimiento de la joven. Mientras tanto, la familia mantiene la exigencia de respuestas claras sobre lo que consideran un episodio de negligencia médica evitable.