
La reconocida agrupación piurana Cantaritos de Oro, con 47 años de trayectoria musical, atraviesa una de las crisis más graves de su historia. Raúl, Alfonso y Francisco Ayala Pinglo, líderes de la agrupación, denunciaron públicamente a su hermano Fidel Ayala Pinglo, a quien acusan de haberse apropiado de las redes sociales del grupo, registrar como propios algunos de sus temas musicales y, lo que es más delicado, intentar crear una nueva agrupación con el mismo nombre para confundir al público.
La situación ha encendido las alarmas en el medio artístico y entre sus seguidores, quienes ven con preocupación cómo un conflicto familiar amenaza con opacar la reputación de una de las agrupaciones más queridas del norte peruano.
Según relató Alberto Querevalú, abogado y representante legal de Cantaritos de Oro, el conflicto se remonta a los tiempos de la pandemia. En aquel momento, los hermanos Ayala decidieron delegar a Fidel la administración de las redes sociales y el canal de YouTube del grupo, bajo el argumento de que sus hijos tenían conocimientos en el manejo digital.
Lo que en un inicio parecía un apoyo estratégico para modernizar la presencia virtual de la agrupación, terminó convirtiéndose en un foco de problemas. “Desde entonces comenzaron los inconvenientes. Fidel dejó de asistir a las presentaciones, creó nuevas páginas en Facebook con el nombre del grupo y luego las eliminó, incluso dio de baja las cuentas personales de los integrantes”, denunció Querevalú.
A esta situación se sumó la falta de transparencia en la monetización de los canales digitales, que, según los hermanos, nunca fue reportada de manera clara. “No daba informes de los ingresos y, además, eliminó las cuentas oficiales, dejándonos sin plataformas para comunicarnos con nuestros seguidores”, añadió el abogado.
La pugna por el nombre del grupo
El conflicto escaló cuando Fidel Ayala solicitó registrar ante Indecopi el nombre “Cantaritos de Oro de Fidel Ayala”, lo que fue considerado por sus hermanos como un intento de apropiación indebida de la marca.
“Cantaritos de Oro no es una persona natural, es una empresa constituida con 47 años de historia. No puede ser que alguien intente quedarse con el nombre para confundir al público. Ya hemos presentado oposición legal ante Indecopi”, afirmó Querevalú.
El riesgo, según la agrupación, es que promotores y empresarios puedan contratar al grupo equivocado, creyendo que se trata de la agrupación original, lo que afectaría directamente su imagen y su trayectoria.

La disputa por los temas musicales y redes sociales
Los problemas no se limitan al ámbito digital. Según los integrantes, Fidel también habría inscrito en APDAYC canciones que no le correspondían, atribuyéndose la autoría de composiciones que en realidad pertenecen a sus hermanos.
Un caso emblemático fue el del tema “Vete de aquí”, una de las canciones más recientes del grupo. Tras su lanzamiento en YouTube, el videoclip fue retirado de la plataforma. Según denunciaron, el propio Fidel reclamó la autoría de la obra, pese a que el tema estaba registrado a nombre de Alfonso Ayala.
“Fue como un autoboicot. El señor Fidel denunció el video y lo bajaron de nuestro canal oficial. Eso no solo nos perjudicó económicamente, sino que afectó la difusión de un tema que estaba teniendo buena acogida”, indicó Querevalú.
Actualmente, la agrupación ha intentado rehacer su presencia digital creando nuevas cuentas oficiales. Sin embargo, aseguran que Fidel las denuncia constantemente, lo que provoca que las redes sean dadas de baja en cuestión de días.
“El señor se autodenomina dueño del grupo, cuando en realidad era un integrante más, específicamente el tecladista. La voz oficial y la dirección del grupo siempre han estado en manos de Raúl Ayala Pinglo, junto a sus hermanos Alfonso y Francisco”, sostuvo el abogado.
Esta situación, denuncian, los ha dejado en una desventaja frente al público, que muchas veces no sabe cuál es la página oficial o qué conciertos corresponden a la agrupación original.
En medio de la crisis, Cantaritos de Oro pidió a sus seguidores no dejarse confundir y seguir únicamente sus nuevos canales oficiales. “El grupo está unido y sigue adelante. Lo que pedimos es que promotores, empresarios y público no se dejen engañar. Nuestra única cuenta oficial en YouTube es Cantaritos de Oro VEVO”, remarcaron.
La disputa, además de tener un trasfondo familiar, se ha convertido en un caso legal que podría sentar precedentes en el manejo de marcas musicales en el Perú. En un contexto donde cada vez más artistas dependen de sus redes sociales para difundir su trabajo, la pérdida del control de estas plataformas puede significar un duro golpe para la continuidad de una agrupación.
