Papa León XIV rechazó reunirse con Rafael López Aliaga, según periodista que lo entrevistó

La también escritora Elise Ann Allen reveló que la negativa del sumo pontífice a recibir al burgomaestre limeño, respondió a la política del Vaticano de no intervenir en procesos electorales y evitar interpretaciones de apoyo político en Perú

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Papa León XIV
Papa León XIV

La autora del libro ‘León XIV: Ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI’, Elise Ann Allen, brindó detalles sobre los motivos que impidieron la reunión solicitada por el alcalde de Lima en su reciente visita al Vaticano. De acuerdo a lo expuesto por la periodista, la decisión responde a la política de mantener la neutralidad ante coyunturas políticas, especialmente en momentos previos a elecciones generales en Perú.

El pasado miércoles 17 de septiembre, Rafael López Aliaga gestionó una audiencia privada con el Papa León XIV acudiendo a su posición como máxima autoridad municipal. La negativa del encuentro fue interpretada públicamente por el alcalde como un intento de boicot a su imagen, al señalar que existió un supuesto complot auspiciado por intereses locales.

En entrevista con Exitosa, Ann Allen relató que la normativa vaticana prohíbe cualquier interacción directa entre un candidato político y el sumo pontífice durante periodos electorales. Esto busca impedir que una fotografía o encuentro pueda asociar a León XIV con posturas políticas, especialmente por tratarse de un Papa de nacionalidad peruana.

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Rafael López Aliaga no se reunió con el papa León XIV. Foto: Andina / Andina

“Fue un error en comunicación o algo, pero es importante mantener la neutralidad del Vaticano o del Papa, en especial porque ese Papa (León XIV) tiene sus raíces en Perú. Si es visto con político peruano ese tendría más peso. Entonces el Vaticano tiene más cuidado en ese sentido. (...) El Vaticano no quiere involucrarse. Un gesto así (reunirse con el alcalde) podría manipularse para fines políticos”, subrayó la periodista durante la entrevista.

La reportera remarcó que la preocupación del Vaticano trasciende las fronteras peruanas: la Santa Sede procura extender la misma distancia a autoridades de otras naciones en coyuntura electoral. De acuerdo con la información reunida para su libro, el propio Papa prefiere priorizar su rol pastoral y evitar cualquier acción que pueda resultar en manipulación partidaria. La agenda de León XIV contempla una posible visita a Perú después de las elecciones de 2026, para minimizar cualquier riesgo de uso político de su imagen y liderazgo espiritual.

Gestión fallida, denuncias y repercusión en la diplomacia vaticana

El frustrado intento de audiencia privada entre López Aliaga y León XIV se inició mediante una solicitud que no respetó los protocolos establecidos por la Santa Sede. Según informes de Religión Digital, el pedido se gestionó a través de la Embajada del Perú ante el Vaticano y derivó en una respuesta desfavorable desde la Curia romana, al margen de los canales habituales de la Nunciatura Apostólica. El cruce diplomático no habría considerado el momento electoral ni las controversias públicas en torno al alcalde de Lima, incluyendo denuncias de corrupción y su participación en foros de tendencia ultraconservadora.

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El papa no recibió a Rafael López Aliaga: “La gran ventaja de León XIV es que no hay que explicarle lo que ocurre en Perú”

La autorización inicial contempló solamente un breve saludo en la audiencia general papal, mas no un encuentro privado. Ante el rechazo formal, López Aliaga denunció un presunto complot en su contra y cuestionó la decisión ante los medios.

La noticia desencadenó respuestas de asociaciones civiles y defensores de derechos humanos. Algunas organizaciones enviaron comunicaciones formales al Vaticano alertando sobre los potenciales efectos de un posible encuentro, que sería interpretado como un respaldo implícito a intereses polémicos o a figuras polémicas dentro de la política local.

Entre ellas, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) envió una carta al nuncio apostólico en la que transmitió su preocupación sobre los “intereses que representa el actual alcalde” y la conveniencia de salvaguardar la institucionalidad y la neutralidad eclesiástica.