El Gobierno peruano, a través del ministro de Defensa, Walter Astudillo, ha confirmado la compra de 12 aviones subsónicos con el objetivo de reforzar el control del espacio aéreo nacional, en especial frente a delitos como el narcotráfico y la minería ilegal. Este anuncio se suma al proceso de licitación para adquirir 24 aviones de combate supersónicos, cuya adjudicación se espera para octubre de 2025.
Sin embargo, la reciente decisión ha generado dudas sobre la verdadera utilidad de estos nuevos aparatos en misiones operativas concretas. Para el vicealmirante en retiro Francisco Calisto Giampietri, exjefe militar con experiencia en operaciones tácticas, existen confusiones sobre los tipos de naves, sus funciones específicas y el impacto que podría tener esta compra tanto a nivel interno como en las relaciones con países vecinos.
Un avión para patrullar desde cerca
En entrevista con 24 Horas, el vicealmirante Calisto explicó que es importante no confundir esta compra con la de los aviones de combate supersónicos, como los F-16, Rafale o Gripen, que Perú también planea adquirir. Mientras los primeros están diseñados para escenarios de guerra convencionales, los subsónicos cumplen funciones operativas más adaptadas a la geografía nacional.

“Un avión supersónico no puede patrullar 7.000 kilómetros de frontera con eficiencia ni volar a baja velocidad para misiones de observación o exploración. Los subsónicos, en cambio, son el equivalente a un ‘patrullero’ en la tierra”, sostuvo Calisto.
También destacó su utilidad para brindar apoyo de fuego aéreo en situaciones de combate terrestre contra narcotraficantes o remanentes terroristas en la selva.
Además, estos aviones permiten una mayor maniobrabilidad a baja altitud, lo que los hace ideales para zonas complicadas como el VRAEM o áreas amazónicas. Su bajo costo de operación frente a los aviones supersónicos también los convierte en una alternativa eficiente para el patrullaje constante.
“No es una compra cualquiera”

El vicealmirante Calisto sostuvo que una compra de esta envergadura no puede evaluarse solo desde la aeronave en sí, sino como parte de un sistema integral de defensa. En ese sentido, la elección del proveedor internacional será determinante para garantizar la sostenibilidad y eficacia del equipamiento adquirido.
“Se tiene que evaluar, no solamente el avión como plataforma, sino el sistema de comunicaciones, el sistema comando y control, los sistemas de armas, la capacidad logística, la transferencia tecnología. Hay mucha información que se tiene que cruzar acá, no es ir y comprar un engrapador”, señaló.
Millonaria inversión en lo que ahora sumarían 36 aviones
Mientras avanza el proceso de adquisición de los subsónicos, el Ministerio de Defensa continúa con los trámites para la compra de 24 aviones de combate. Se ha informado que el Perú ha aprobado una inversión de SD 3.500 millUones para renovar la flota de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), en reemplazo de los antiguos Mirage 2000 y MiG-29.
Entre los modelos en competencia se encuentran los F-16 Block 70 (EE.UU.), Rafale (Francia) y Saab Gripen (Suecia). Según medios especializados, Estados Unidos ya aprobó la posible venta al Perú, y se espera que la empresa ganadora de la licitación sea anunciada en octubre.

Astudillo también precisó que al menos dos de los 12 aviones subsónicos llegarían antes del 28 de julio de 2026, fecha en que culmina el actual gobierno. Además, el Ejecutivo planea ampliar la flota de helicópteros y mejorar pistas de aterrizaje en zonas estratégicas.
Defensa, soberanía y rol geoestratégico
El vicealmirante Calisto también abordó el contexto geopolítico de la compra. Afirmó que el Perú está recuperando capacidades que perdió hace décadas por falta de inversión. “Hace 40 años que no se compran aviones nuevos. Hay que tener las cosas que uno necesita para poder defenderse después”, indicó.
Asimismo, advirtió que la posición geográfica del país, con acceso al Pacífico, puertos estratégicos y recursos como el litio, exige capacidad de defensa. “Es como poner cámaras en casa cuando compras algo valioso. No es una amenaza, es defensa”, afirmó Calisto.
Sobre la reacción de medios chilenos cuando se supo la noticia, Calisto sostuvo que “Chile ha tenido una política de compra militar muy ascendente ya hace muchos años atrás. No le debe sorprender que nosotros compremos otras cosas”.