La probable visita del papa León XIV al Perú en 2026 ha quedado en duda debido a la coincidencia con el calendario electoral nacional, una situación que históricamente influye en las decisiones del Vaticano respecto a los viajes papales. De acuerdo con la autora Elise Ann Allen, quien recientemente publicó el libro “León XIV, ciudadano del mundo, misionero del siglo XI”, “usualmente los papas nunca viajan en un país en un año de elecciones”, una práctica destinada a evitar cualquier tipo de interpretación política o injerencia durante procesos electorales.
En 2026, Perú celebrará sus elecciones presidenciales y parlamentarias en abril, así como comicios regionales y municipales en octubre. Esta coincidencia disuadiría a la Santa Sede de confirmar una visita papal al país, tal como han señalado especialistas a medios como Exitosa. Voceros de la iglesia local y observadores internacionales recuerdan antecedentes en los que el Vaticano optó por posponer o cancelar giras ante escenarios electorales para asegurar absoluta neutralidad.
El debate cobró relevancia en la misma semana que el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, canceló su viaje al Vaticano. El líder de Renovación Popular, posible candidato a la presidencia, buscaba ser recibido en audiencia privada por León XIV, primer sumo pontífice de nacionalidad peruana. Ante la negativa del Papa para concretar la reunión y la imposibilidad de obtener la foto protocolar, López Aliaga desistió de su visita, según informaron medios peruanos. El hecho se produce a pocas semanas de la fecha límite para que funcionarios públicos oficialicen su postulación.
La expectativa en torno a una posible visita papal había cobrado fuerza entre fieles y autoridades, dado que León XIV marcaría un regreso simbólico al país que lo acogió durante décadas tras asumir el pontificado. Sin embargo, las rígidas reglas del Vaticano sobre la agenda en años electorales y la necesidad de preservar la distancia institucional parecen prevalecer. Representantes diplomáticos y eclesiásticos mantienen abiertas las negociaciones respecto a una nueva fecha para un eventual viaje en años posteriores.
El alcalde en su laberinto
El viaje del alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, al Vaticano quedó marcado por la controversia tras la negativa del papa León XIV a concederle una audiencia privada el miércoles 17 de septiembre. López Aliaga denunció públicamente la existencia de un supuesto complot contra su imagen promovido por la presidenta Dina Boluarte y los periodistas Gustavo Gorriti y Paola Ugaz, a quienes acusó, junto a otros, de orquestar una “emboscada diplomática” que habría impedido su encuentro con el pontífice.
El periodista Pedro Salinas calificó en declaraciones a Infobae Perú la versión del alcalde como una “suerte de pensamiento conspiranoico e idiota” y enfatizó que no existe coordinación alguna entre los mencionados y que la determinación del Vaticano siguió canales estrictamente protocolarios. La Santa Sede argumentó la negativa en la falta de espacio en la agenda papal, aunque fuentes cercanas explicaron que se buscó evitar cualquier mensaje de respaldo al alcalde limeño, en especial, por el contexto político y denuncias asociadas.

Organizaciones como la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y la Red de Sobrevivientes Perú enviaron cartas a la Nunciatura Apostólica y al Vaticano, advirtiendo del posible uso político de una eventual foto o saludo entre López Aliaga y el pontífice, dadas las denuncias previas sobre libertad de prensa y casos vinculados al Sodalicio de Vida Cristiana. Paralelamente, la Asociación Nacional de Periodistas del Perú subrayó en otra comunicación los antecedentes del alcalde respecto a amenazas a la prensa.
El intento de audiencia privada coincidía con la cercanía de la fecha límite para que López Aliaga renuncie a la alcaldía e impulse formalmente su candidatura presidencial. Ante la negativa del Vaticano y la imposibilidad de lograr al menos un saludo protocolar en la audiencia pública, López Aliaga canceló su participación. Durante su estadía en Europa, el alcalde organizó además actividades para la comunidad peruana en Madrid y promovió la recaudación de fondos para obras en Lima.