
La alimentación escolar es un derecho consagrado en la Ley General de Educación y en la Política Nacional de Desarrollo e Inclusión Social (PNDIS), ya que contribuye a mejorar las competencias de niñas, niños y adolescentes y de esa manera lograr su desarrollo físico, cognitivo y socio emocional, es por ello que el Gobierno ha señalado que la alimentación escolar es una de sus prioridades.
Hace unas semanas la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó el Informe sobre Seguridad Alimentaria, indicando que el 51.7% de la población peruana sufre de inseguridad alimentaria, en el año 2023, 17,6 millones de peruanos padecieron de inseguridad alimentaria moderada o grave.
Por lo tanto, no cabe duda que la alimentación escolar en el Perú, es un derecho de todos los niños, niñas y adolescentes y es una necesidad, sobre todo en los hogares en situación de pobreza y vulnerabilidad.
Durante estos últimos nueve meses, el Gobierno creó un nuevo Programa de Alimentación Escolar denominado Wasi Mikuna sobre la base del Programa de Alimentación Escolar Qali Warma y recientemente en agosto (6 meses después) se declaró la extinción del Programa Wasi Mikuna y creó el nuevo Programa de Alimentación Escolar, que deberá implementarse en lo que queda del presente año e iniciar atención a más de 4.2 millones de niños, niñas y adolescentes que asisten a Instituciones Educativas Públicas.
En este contexto, ¿cuáles son los desafíos que deberá afrontar el MIDIS para la implementación de nuevo Programa de Alimentación Escolar?
Garantizar el consumo de los alimentos que brinde el servicio de alimentación, eso implica que debe diseñarse con enfoque territorial, es decir, que contemple las diferentes realidades y costumbres alimenticias y tipos de alimentos.
Garantizar que se brinde todos los días del año escolar, aproximadamente 193 días del año.
Incorporar los roles y responsabilidades que tienen otras entidades públicas, partiendo por el Ministerio de Educación, ya que el servicio alimentario se brinda en las Instituciones Educativas y se requiere compromiso y acción concreta de toda la comunidad educativa y desde las diferentes instancias, nacional, regional y local. Además que garantizar que la infraestructura educativa y los servicios básicos, permitan brindar con seguridad e inocuidad el servicio alimentario.
Contemplar claramente los roles del Ministerio de la Producción, de Salud y de Agricultura, por tener adscritos a los organismos de sanidad que regulan y supervisan la inocuidad y sanidad en nuestro país, como son SANIPES, DIGESA y SENASA. Y en el caso de Producción, adicionalmente, por tener adscrito a INACAL entidad que tiene a su cargo todo el sistema de calidad en el país, y acredita a los laboratorios que luego evaluarán la calidad de los alimentos que se brindan desde el Programa de Alimentación.
Involucrar a los futuros proveedores, se requiere sensibilizar a quienes provean los insumos y productos para la alimentación, los niños, niñas y adolescentes merecen alimentación de calidad; además de contar con una supervisión adecuada.
Retomar la confianza de los padres de familia, actores clave en el proceso, y con quienes se debe codiseñar el nuevo Programa, teniendo en cuenta que forman parte de la comunidad educativa.
Conformar un equipo humano comprometido, con conocimiento técnico, honesto, responsable y con ética.
Incorporar mecanismos de transparencia de los procesos y evite la corrupción.
Estos son algunos de los muchos retos que enfrenta el MIDIS, además de contar con muy poco tiempo para este proceso; sin embargo, se debe aprovechar al máximo el apoyo de toda las entidades y organizaciones que sumen a este proceso, ya que a inicios de marzo del 2026, más de 4.2 millones de niños, niñas y adolescentes, iniciarán sus clases y en simultáneo deberán recibir su alimentación escolar.



