A la recolección de firmas para la presentación de censuras contra Juan José Santiváñez y Eduardo Arana, se suma la de Fabricio Valencia, ministro de Cultura. El congresista Edward Málaga confirmó que impulsará la salida del titular del Mincul tras la advertencia internacional sobre la posible pérdida del estatus de ‘Maravilla del Mundo’ de Machu Picchu por el manejo del sitio arqueológico más emblemático del país.
“Estamos retomando y hemos retomado desde la semana pasada la moción de censura al ministro de Cultura, porque luego de la interpelación que se le hizo antes del receso parlamentario no ofreció las respuestas del caso. [...] Creemos que ya es importante un cambio de dirección ahí”, declaró Málaga en declaraciones a Canal N. El parlamentario señaló que las deficiencias en la gestión del transporte, la venta de boletos y la falta de mejora en otros sitios turísticos del país han agravado la situación, lo que confirma la necesidad de un cambio en la dirección de la cartera cultural.
“No podemos caer en esta suerte de amoralidad donde solamente nos importan los aspectos legales, porque este es un espacio político donde tenemos que escuchar los cuestionamientos de la opinión pública”, sostuvo con una clara referencia al titular del Poder Legislativo, José Jerí, quien invocó a pensar en la “estabilidad”.
Mientras tanto, desde el gobierno regional de Cusco, el gobernador Werner Salcedo calificó el llamado de atención de New7Wonders como una alerta que trasciende las disputas políticas. “Lo recibimos con mucha preocupación, pero también como un jalón de orejas al gobierno central”, mencionó en entrevista con el mismo medio en mención. El funcionario responsabilizó al Ejecutivo y criticó el centralismo estatal.
“A los gobiernos regionales, provinciales y distritales nos han convertido en meros entes consultivos y no en instancias que toman decisiones”, reprochó e insistió en que la actual estructura administrativa limita severamente la capacidad de respuesta local ante crisis como la que ahora enfrenta el Cusco.“No podemos permitirnos seguir en ese desorden y caos”, dijo.
“Seguimos con políticas de los años 90, cuando se concesionaron los servicios. Quienes brindan estos servicios hoy se han apropiado de ellos y no se observa una adecuada administración del patrimonio. […] No se puede seguir arrastrando este problema cuando entidades y mafias han hecho de Machu Picchu un negocio propio en vez de preservarlo”, agregó.
La preocupación regional fue reforzada por la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR), que emitió un respaldo público a las propuestas del gobernador de Cusco y exigió una reunión de alto nivel para rediseñar la estructura administrativa del turismo y la gestión patrimonial en Perú.
“Desde la ANGR, coincidimos con la necesidad urgente de crear una autoridad autónoma de gestión turística y patrimonial para Machu Picchu, que permita un manejo eficiente, descentralizado y libre de intereses que han convertido al gobierno regional y a los municipios cusqueños en meros entes consultivos. Respaldamos la exigencia de una reunión de alto nivel con el premier, el titular del Congreso y los sectores competentes, para enfrentar de raíz los problemas que hoy ponen en riesgo el prestigio de Machu Picchu y, con ello, la reputación del Perú ante el mundo”, escribieron.
