El Hospital Víctor Larco Herrera, referente nacional en salud mental por ser el más antiguo y grande del Perú, vuelve a estar en el centro de la polémica. Tras más de un siglo de historia, sus pasillos hoy exhiben un panorama de abandono.
Paredes rajadas, baños impregnados de moho, camas deterioradas y duchas inoperativas que imposibilitan mantener una mínima higiene de los pacientes.
Las imágenes difundidas en recientes reportajes muestran bolsas con ropa sucia acumulada, sillas de ruedas inservibles y focos infecciosos a pocos metros de las salas donde se encuentran los internos. Incluso se ha reportado que una cocina explotó en medio de las deficiencias de infraestructura, aunque sin dejar víctimas.

La Contraloría General de la República, en un informe publicado meses atrás, ya había advertido que estas condiciones representan riesgos como infecciones, caídas, lesiones y fallas en la atención médica. Los pacientes que allí permanecen padecen cuadros de esquizofrenia, trastornos del espectro autista y discapacidades neurocognitivas, lo que los convierte en población especialmente vulnerable.
Señalamientos contra la gestión de Edgar Miraval
A las malas condiciones materiales se suman acusaciones de corrupción en la administración. Desde agosto de 2024, el hospital es dirigido por Edgar Miraval Rojas, cuya gestión ha sido cuestionada por el sindicato de trabajadores.
Los dirigentes sindicales denuncian que Miraval habría favorecido a Leonardo Callañaupa, arquitecto y presunta pareja sentimental de su hija, con órdenes de servicio por 12.000 y 24.000 soles en los meses de febrero y marzo de 2025, estos cobros son correspondientes a las Órdenes de Servicio N.º 146 y N.º 246.

Fotografías difundidas en redes sociales muestran la cercanía entre Callañaupa, la hija del director y el propio Miraval, lo que alimentó las sospechas.
Consultado sobre el tema, el arquitecto se limitó a responder. “Ese tema, la verdad, yo ya salí de ese lugar, así que no tengo nada más que decir”, declaró a ATV Noticias.
Una contratación bajo la sombra del acoso sexual
Otro caso que puso en entredicho la gestión de Miraval es la contratación de Johnny Choquehuanca, un trabajador previamente denunciado por chantaje sexual en un hospital de Ica. Pacheco ingresó al cargo de jefe de Servicios Generales y Mantenimiento, pese a estar inhabilitado por la Contraloría. La acusación fue presentada por una mujer que relató cómo le exigieron favores íntimos a cambio de mantener su puesto laboral.

Choquehuanca trabajó en el Larco Herrera hasta junio de 2024, cuando el sindicato presentó la denuncia de manera interna. Pese a ello, su ingreso al hospital se produjo sin que existiera impedimento legal registrado, según respondió la institución en un comunicado oficial.
Hospital Larco Herrera responde
Ante las acusaciones, el Hospital Larco Herrera emitió un breve pronunciamiento ante los intentos de comunicación de ATV Noticia en el que negó la existencia de vínculos familiares entre el director y trabajadores contratados. También rechazó las versiones sobre descuido de pacientes y sostuvo que ninguna norma impedía la contratación de Choquehuanca.
Lo ocurrido en el Larco Herrera es visto como un reflejo de la deuda histórica con la salud mental en el país. Aunque es el principal centro especializado, con más de un siglo de funcionamiento, sus pacientes y trabajadores enfrentan condiciones indignas que atentan contra el derecho a la salud.