La Policía Nacional desarticuló a la organización criminal conocida como ‘DESA II’, un grupo dedicado a la extorsión y al sicariato que operaba en Lima Norte y Lima Este. El golpe incluyó la detención de Jhorman Alexis Barrios Martínez, identificado como cabecilla, y de su pareja Wensy Mileisis Márquez Aguilar, quienes se presentaban en redes sociales como una pareja que vivía rodeada de lujos. En la vivienda de ambos se hallaron armas de fuego, municiones y hasta una granada.
La investigación permitió congelar cerca de 20 millones de soles distribuidos en 50 cuentas bancarias vinculadas a siete empresas de fachada. Según la Policía, el dinero era producto del cobro de cupos a transportistas, sumas que crecieron con rapidez y que los detenidos no dudaban en exhibir a través de automóviles, motocicletas de alta gama y viajes, sin mostrar temor a ser descubiertos.
El operativo de captura
El megaoperativo se ejecutó durante la madrugada y terminó con la captura de 24 personas, la mayoría de nacionalidad venezolana. Los agentes de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) intervinieron simultáneamente varios inmuebles en Lima y dieron con el paradero del cabecilla, alias Jhorman, de 25 años, quien habría tomado el liderazgo de la organización tras la caída de los denominados ‘DESA I’.
En la vivienda que compartía con su pareja se encontraron armas de guerra, municiones y explosivos. Pese a que Márquez intentó deslindar responsabilidades, la Policía sostiene que la evidencia hallada en el inmueble la compromete directamente. Ambos pasaron la primera noche detenidos en la sede de la Dirincri bajo un pedido de 15 días de detención preliminar.
Una vida de lujos en redes sociales

Las investigaciones revelan que Jhorman y Wensy mostraban en internet una vida marcada por los excesos. En videos y fotografías posaban junto a vehículos de alta gama, motocicletas personalizadas y artículos de lujo que no coincidían con actividades laborales conocidas. Incluso, en más de una ocasión, el líder criminal publicaba la compra de nuevas motos tras sufrir accidentes con las anteriores, lo que evidenciaba su capacidad de gasto.
Ella, por su parte, relataba en sus redes que no trabajaba porque había escogido a la pareja “correcta”, con la que presumía un estilo de vida sustentado en el dinero de las extorsiones. Estas publicaciones fueron pieza clave para que los agentes de inteligencia rastrearan su ubicación y confirmaran que los ingresos provenían de actividades ilícitas.
Dinero y poderío criminal
La organización ‘DESA II’ amasó una fortuna a través de las amenazas y asesinatos de transportistas que se negaban a pagar cupos. Según la investigación, el grupo manejaba una estructura con lugartenientes y brazos armados, entre ellos Brayan Franco Correa, alias Brayan, y Jefferson Borromelaya, conocido como Cero Uno. Ellos habrían sido responsables de ejecutar los ataques violentos que generaron zozobra en diversas rutas del transporte público.

El hallazgo de 50 cuentas bancarias con 20 millones de soles congelados demuestra el alcance financiero de esta organización. Sin embargo, la Policía no descarta que exista más dinero oculto producto de las actividades ilícitas. El uso de empresas de fachada permitió a los cabecillas mover parte de los fondos, aunque finalmente el rastro digital los delató.
La investigación continúa
Aunque la Policía todavía no determina cuál era el rol específico de Wensy Márquez dentro de la organización, las autoridades consideran improbable que desconociera las operaciones de su pareja. La fiscalía busca establecer si cumplía funciones logísticas o de administración de dinero.
Por ahora, tanto Jhorman como su pareja permanecen detenidos junto a los otros 22 capturados. La investigación fiscal se centra en identificar la red de contactos, el destino de las ganancias ilícitas y el grado de participación de cada uno en los delitos de extorsión, sicariato y lavado de activos.