Pamela López reveló por primera vez que el beso con Piero Arenas ocurrió en un contexto marcado por dolor y resentimiento. Según su testimonio, la decisión fue premeditada y nacida de un impulso de venganza contra Christian Cueva.
Narró que, tras beber tequila, tomó la determinación de conocer a alguien nuevo y “sentir otros labios”. Además, aseguró que confesó lo ocurrido a Cueva y que este la enfrentó sin perdonarla. La situación derivó en un quiebre emocional y marcó el inicio de una serie de conflictos que, según ella, terminaron afectando su vida personal y la relación que mantenía con el padre de sus hijos.
Un impulso nacido del dolor

Pamela López explicó que el beso con Piero Arenas no fue casualidad. Según su versión, esa noche estaba dispuesta a romper con todo lo que la ataba emocionalmente. “Recuerdo que bebí tequila y me dije: ‘Hoy voy a ser otra Pamela’. Quería salir de la rutina y darme el gusto de saber que yo también podía”, relató con voz pausada.
Durante su declaración, señaló que el ambiente en el que se encontraba influyó en su decisión. “Inmaduramente, pensé que conocer a un chico guapo y besar a alguien distinto me haría sentir mejor. Fue un impulso, una forma de mostrarme a mí misma que tenía control sobre mi vida”, comentó.
La situación, sin embargo, no tardó en desatar consecuencias personales. Pamela aseguró que el gesto no estuvo motivado por amor, sino por el deseo de reafirmar su independencia y enfrentar las heridas abiertas por problemas en su relación con Christian Cueva.
La confesión que desató un quiebre

Pamela López reveló que no ocultó lo sucedido y decidió contárselo directamente a Christian Cueva. “Fui yo quien se lo contó al papá de mis hijos”, afirmó. Según su relato, la conversación se dio en un tono tenso y marcó un punto de inflexión en la relación.
“El beso fue algo que él no perdonó”, indicó. Pamela sostuvo que, tras su confesión, la dinámica con Cueva cambió drásticamente. “Me lo encaró, me chantajeó emocionalmente. Ese momento fue determinante en todo lo que vino después”, dijo.
Además, aseguró que la reacción de Cueva no se limitó al ámbito personal. Según su versión, el futbolista buscó inmediatamente acercarse a la persona con la que hoy mantiene una relación estable, refiriéndose a Pamela Franco. “Esa decisión fue su respuesta directa a lo que pasó entre Piero y yo”, explicó.
Para Pamela, la conversación con Cueva significó enfrentarse no solo a sus propios errores, sino también a un escenario donde ambos comenzaron a tomar decisiones que terminaron distanciándolos aún más.
Un episodio que cambió el rumbo

El testimonio de Pamela López dejó entrever que aquel episodio marcó un antes y un después en su vida personal. Reconoció que el beso con Piero Arenas fue parte de un proceso complejo en el que buscaba sentirse valorada y libre, aunque ahora admite que fue una acción precipitada.
Pamela recordó que en ese momento sintió la necesidad de demostrar que también podía tomar las riendas de su vida. Sin embargo, las consecuencias fueron inmediatas y profundas. “Él no lo perdonó y eso generó una serie de conflictos que nos afectaron como familia”, mencionó.
La situación, además, provocó un ambiente de tensión que se trasladó a las redes sociales y a la opinión pública. Cada declaración, gesto y decisión de los involucrados pasó a ser observado y analizado, intensificando la presión sobre la relación y sobre ella misma.
Pamela insistió en que su intención al hablar ahora no es justificar lo ocurrido, sino explicar el contexto emocional en el que tomó aquella decisión. El episodio con Piero Arenas y la posterior reacción de Christian Cueva desencadenaron un proceso personal que transformó de manera definitiva su relación y su vida familiar.