
La escena artística peruana se prepara para un acontecimiento histórico: Sara Flores, reconocida artista amazónica y miembro del pueblo shipibo-konibo, ha sido elegida para representar a Perú en la 61ª Bienal de Arte de Venecia, que se llevará a cabo del 9 de mayo al 22 de noviembre de 2026. La designación fue anunciada por el Patronato Cultural del Perú (pacupe) tras un Concurso Curatorial que marcó récord de postulaciones y donde la propuesta “Sara Flores. Entre dos mundos” resultó seleccionada por un jurado de ocho especialistas de trayectoria internacional.
Esta elección representa la primera vez que una artista shipibo-konibo será la imagen de Perú en el Pabellón nacional en Venecia, lo que marca un hito en la historia cultural del país. Según declaraciones del comisario del Pabellón Peruano, Armando Andrade, el país vive un momento de madurez en su escena contemporánea, evidenciada en la diversidad y calidad de las 31 propuestas presentadas. “El Perú hoy es un referente a tomar en cuenta, no solo por el pasado que nos respalda, sino por la calidad de artistas que nos representan”, expresó Andrade durante la ceremonia de anuncio.

La participación de Sara Flores en la Bienal no solo refleja un reconocimiento internacional, sino también una reivindicación del legado ancestral. Medio siglo después del Premio Nacional de Cultura otorgado a Joaquín López Antay, el Perú vuelve a situar la sabiduría tradicional al centro del debate artístico. El trabajo de Sara entrelaza la memoria colectiva, los saberes indígenas y la innovación visual, en sintonía con la línea curatorial “In Minor Keys (En Clave Menor)”, definida para esta edición bajo el concepto de la fallecida curadora Koyo Kouoh (1967–2025).
Obra de Sara Flores y su arte kené
El impacto de la obra de Flores ya trasciende fronteras. En los últimos meses, piezas suyas se han incorporado a la colección permanente de instituciones como The Metropolitan Museum of Art (Met) y el Guggenheim en Nueva York. Museos de prestigio global, entre ellos la Tate London, el Hammer Museum de Los Ángeles y el Museum of Fine Arts de San Francisco, cuentan con obras de la artista amazónica. Su trabajo ha sido respaldado también por la Ford Foundation y la JPMorgan Chase Art Collection, consolidando su proyección internacional.
En palabras de la propia artista, “la selva es mi estudio. Ser indígena implica un sentido de conexión con la vida, con la Tierra y sus habitantes, así como con el bosque y el río como seres. Mi trabajo es un portal a la dimensión espiritual”.
Sara nació en 1950 en la comunidad de Tanbo Mayo, a orillas del río Ucayali. Desde temprana edad, conectó con el arte kené, un complejo sistema de diseños geométricos que posee un profundo significado espiritual y curativo. En 2008, el kené fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación por condensar la cosmovisión, el conocimiento y la estética originaria del pueblo shipibo-konibo.
El trabajo de Sara Flores también ha traspasado el ámbito museístico para incidir de lleno en la cultura contemporánea. Recientemente, la casa de moda francesa Dior convocó a artistas internacionales para reinterpretar su emblemático bolso Lady Dior. Flores fue seleccionada para la novena edición de Dior Lady Art, que celebrará su prelanzamiento de colección 2025 el próximo 7 de noviembre. La artista peruana incorporó a su pieza el tocuyo, un algodón grueso pintado a mano con tintes vegetales, materializando su diálogo con la Amazonía y trasladando la riqueza del kené a la alta costura global.

El Lady Dior, convertido en ícono desde que fuera regalado a la princesa Diana en 1995, ha sido reinterpretado por artistas de distintas latitudes, llevando narrativas visuales tradicionales al universo de la moda. Flores, junto a nombres como Jeffrey Gibson, Vaughn Spann, Danielle McKinney y Faith Ringgold, explora temas como la espiritualidad, la naturaleza y el simbolismo ancestral en un puente entre saberes amazónicos y los circuitos internacionales.
La propuesta seleccionada por el Patronato Cultural del Perú para la Bienal de Venecia permitirá exhibir en el escenario más destacado del arte contemporáneo la fuerza y actualidad del kené, posicionado hoy como símbolo de identidad, resistencia y creatividad. El jurado resaltó el carácter visionario de Flores, así como el diálogo de su obra con los desafíos globales de la contemporaneidad y la preservación cultural.
