En el sur del Perú, donde los volcanes dominan el horizonte y la altitud se convierte en un reto constante, un joven de 22 años acaba de marcar un antes y un después en la historia del montañismo nacional. Se trata de Thomas Schilter, un atleta cusqueño con ascendencia suiza y francesa, cuya vida estuvo vinculada desde niño a las montañas y a la naturaleza. Su reciente travesía por los tres volcanes más emblemáticos de Arequipa —Chachani, Misti y Pichu Pichu— ha despertado admiración y asombro en la comunidad de montañistas.
La hazaña no solo consistió en alcanzar las tres cumbres en poco más de treinta horas, sino en completar el recorrido sin apoyo vehicular, corriendo maratones enteras entre cada base. Una prueba que combinó resistencia física, disciplina y fortaleza mental.
“Yo empecé este récord a las dos de la tarde. Llegué a la cima del primer volcán al atardecer, bajé, cambié de ropa, comí algo y seguí. Entre cada volcán había que correr una maratón entera para que las personas tengan como referencia lo grande que fue. No paré toda la noche, no dormí absolutamente nada”, relató Schilter.
Lo que para muchos parecería imposible, para Thomas fue la materialización de un sueño forjado desde su niñez, cuando acompañaba a su padre en largas caminatas por los nevados del Cusco. Esa infancia, distinta a la de otros niños de su edad, fue el inicio de una relación inseparable con la montaña.
Infancia marcada por la aventura

Thomas nació en Cusco, hijo de un padre suizo y una madre francesa, y creció rodeado de los paisajes del Valle Sagrado. “Durante los fines de semana, en vez de que mis padres me llevasen al mall, siempre lo pasábamos en la naturaleza. Era caminar, hacer picnic o montar bicicleta en la montaña”, recuerda.
Su primera gran experiencia llegó a los diez años, cuando decidió escalar el Nevado Chicón junto a su padre. “Fue mi regalo de cumpleaños número diez. Mi papá se sorprendió, pero me dijo: ‘¿No quieres hacer algo más grande?’. Yo le respondí que lo que quería era subir ese nevado. Caminaba más rápido que todos, la emoción superaba todas mis fuerzas”, rememora.
Ese vínculo con su padre se convirtió en su mayor inspiración. Años más tarde, él mismo reconoce que sus logros no pueden entenderse sin esa compañía. “Seguro si estaría aquí, estaríamos planeando algún otro proyecto. Eso no cambia, yo voy a seguir haciendo lo que me apasiona”, comenta sobre Franz Schilter, quien falleció recientemente en un accidente deportivo en Colombia.
La ruta hacia la “Trilogía de los volcanes”

La idea de unir en un solo recorrido a los tres volcanes de Arequipa nació en octubre del año pasado, durante una de sus excursiones regulares al Misti. Allí compartió el proyecto con su amigo Abel Ccallo, montañista arequipeño. “Él me dijo que era algo que nunca nadie había hecho y me motivó más a volverlo realidad”, recuerda.
Desde noviembre se preparó intensamente, con entrenamientos diarios que incluyeron resistencia, fuerza y concentración mental. “En enero me sentía en muy buena condición física, listo para enfrentarme al reto. No me preocupó hacerlo en temporada de lluvias porque sabía que podía lograrlo”, explicó.
El 6 de enero comenzó la travesía. Partió a las 2 de la tarde hacia el Chachani, alcanzando su cima a las 5 p.m. Tras descender, emprendió camino hacia el Misti, al que llegó cerca de las 6 de la mañana del día siguiente. Sin descanso, avanzó hacia el Pichu Pichu, donde se impuso a los 5.400 metros de altura alrededor de las 7 de la noche. Había completado un recorrido inédito en la historia del montañismo peruano.
En su travesía, Thomas contó con el respaldo de un equipo cercano que lo alentaba en puntos estratégicos. Entre ellos estaba su padre, que lo esperaba con alimento, bebida y palabras de ánimo. “Al principio no calaban tanto, pero al final, cuando ya tenía el cuerpo cansado y los ojos adoloridos, era lo que más me motivaba”, relata.
Tres semanas después, la vida le daría un giro inesperado con la pérdida de Franz Schilter en Colombia. Thomas recuerda que sentía prisa por completar el reto a inicios de enero y hoy entiende el motivo. “Finalmente, la vida me demostró que ese sería el último proyecto que compartiría con mi padre”, comparte.
La travesía fue registrada y se prepara un documental titulado Trilogía de los volcanes. “Ya no será solo un documental sobre el reto, sino también un homenaje a mi padre, en el último proyecto que pudimos cumplir juntos”, afirma.