
El Gobierno peruano ha incorporado la posibilidad de homologar dispersantes y productos químicos aprobados en países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Francia y Nueva Zelanda para el tratamiento de derrames de hidrocarburos. Esta medida responde a la experiencia internacional acumulada, especialmente la de Estados Unidos después del derrame del Exxon Valdez, y marca un cambio en la gestión ambiental del país.
Con la publicación del proyecto de resolución directoral N° 530-2025 MGP/DICAPI, el Ministerio de Defensa actualiza las directrices nacionales sobre la aprobación y el uso de productos químicos y orgánicos en la atención de derrames en aguas bajo jurisdicción peruana.
Perú prohíbe dispersantes químicos en zonas ecológicas sensibles
El nuevo marco normativo establece procedimientos para la evaluación, aprobación y homologación de dispersantes y productos alternativos, tanto nacionales como extranjeros, así como productos de biorremediación. Solo podrán ser utilizados aquellos autorizados por la Autoridad Marítima Nacional, que llevará un registro público para asegurar control y transparencia.
La norma detalla la composición de los dispersantes, que contienen surfactantes y disolventes que actúan en la interfaz agua-petróleo, favoreciendo la fragmentación del petróleo en gotas pequeñas. Así se facilita su dispersión en la columna de agua, lo que promueve su degradación natural por microorganismos marinos o su eliminación por métodos de limpieza. Los surfactantes utilizados suelen ser no iónicos y aniónicos.

Entre las ventajas del uso de dispersantes destacan la reducción de la contaminación costera, al evitar que el petróleo llegue a zonas sensibles, y la posibilidad de limitar la necesidad de limpieza manual sobre ecosistemas vulnerables. La rápida aplicación de estos productos puede disminuir el impacto en hábitats de aves y mamíferos marinos. Además, evita la formación de residuos oleosos cuya disposición debe regularse.
Operativamente, la dispersión química permite responder a incidentes en condiciones de mayor energía marina y en lapsos breves tras el derrame, manteniendo la biodegradación natural y reduciendo la toxicidad del petróleo en ciertas situaciones, como explosiones submarinas.
Nuevas reglas en Perú limitan productos químicos contra derrames
La normativa también establece límites en el uso de dispersantes. No todos los hidrocarburos pueden ser dispersados, sobre todo aquellos de alta viscosidad. La técnica es efectiva si se aplica al poco tiempo del derrame, antes del aumento de viscosidad del hidrocarburo. La dispersión química incrementa durante un tiempo la concentración local de compuestos en la columna de agua, lo que puede aumentar la toxicidad para organismos pelágicos.
Además, su uso en aguas poco profundas o de baja renovación puede favorecer la incorporación de hidrocarburos al sedimento. Si la energía marina es insuficiente, la dispersión pierde eficacia y puede dificultar la posterior aplicación de otros métodos, como separadores y absorbentes. La introducción de sustancias químicas externas al medio acuático también genera preocupación ambiental.

Ministerio de Defensa endurece control sobre dispersantes en Perú
La eficacia de los dispersantes está determinada por varios factores: tipo y viscosidad del hidrocarburo, contacto adecuado con el producto, energía de mezcla, condiciones ambientales, salinidad y concentración de sedimentos. Los dispersantes resultan útiles en hidrocarburos de viscosidad inferior a 5.000 cSt, pero dejan de ser adecuados cuando esta supera los 10.000 cSt. Los combustibles ligeros, como gasolina o diésel, no requieren dispersantes, ya que se evaporan o dispersan naturalmente; en estos casos, la dispersión química se contempla solo por motivos de seguridad.
El reglamento también regula el uso de sorbentes, desengrasantes y productos de biorremediación, que potencian la degradación microbiana del hidrocarburo, ya sea mediante bioaumentación o bioestimulación. Enzimas como lacasas, hidrolasas u oxigenasas facilitan la biodegradación de hidrocarburos y otros compuestos tóxicos.
El uso autorizado de estos productos no es automático: la empresa responsable debe solicitar permiso a la Capitanía de Puerto, que debe dar respuesta en un máximo de un día hábil. El uso de estos productos queda prohibido en zonas ecológicamente sensibles, como humedales protegidos, parques marinos, estuarios, zonas de desove, cuerpos de agua dulce o de circulación restringida, aguas poco profundas y áreas cercanas a tomas industriales de agua. Además, no se permite su aplicación en derrames de residuos de sentina, aceites lubricantes o combustibles ligeros como diésel.



